Los 7 errores más frecuentes del emprendedor Con tener una buena idea no basta. Para triunfar hace falta, además, rodearse de la gente adecuada y definir un plan de negocio realista y un objetivo al que dirigirnos asumiendo que por el camino habrá baches.

Perder de vista al cliente.

Al crear nuestro modelo de negocio debemos tener en mente al cliente. Parece obvio, pero hay muchos emprendedores que están más preocupados por ganar dinero cuanto antes que por satisfacer las necesidades del público al que se dirigen. La manera de asegurar la supervivencia de nuestra empresa a largo plazo es ganarnos la fidelidad de los clientes adecuando nuestra oferta a sus necesidades.

Mi tesoro…

Nadie conoce como nosotros nuestro producto, nadie siente la pasión que sentimos nosotros por él pero, ¿sabremos venderlo? Los emprendedores tienden a creer que, si se esfuerzan, podrán hacerlo todo por ellos mismos pero la ilusión no podrá jamás sustituir a la experiencia. Por eso es necesario dar con algún consultor o mentor que nos ayude a tomar perspectiva y que conozca las aguas en las que nos vamos a mover.

Esperar demasiado

El momento es ahora. Como ocurre con la mayoría de las cosas, si esperamos a que se den todas las condiciones óptimas para dar el paso, acabaremos por no darlo nunca o por darlo tarde. Es preferible llegar al mercado antes y con algunos cabos por atar, que con un proyecto perfectamente definido pero tarde.

Demasiado corazón

Es nuestra criatura, la hemos visto nacer y crecer, la hemos alimentado, hemos pasado noches en vela pensando en ella, ¿cómo no vamos a estar enamorados de nuestra startup? Este es uno de los errores más comunes de los emprendedores, Para lograr tener éxito, hay que dejar el romanticismo a un lado y ser prácticos y preguntarse, si, además de ser bonita, la idea es rentable y, si es así, qué necesito para ponerla en marcha. Es más que probable que durante el proceso tengamos que cambiar distintos aspectos de nuestro modelo de negocio original para adaptarlo a la realidad del mercado. Nos costará aceptar esos cambios si estamos demasiado apegados emocionalmente al proyecto.

Sin margen

Poner en marcha una empresa cuesta dinero, más del que tenemos y más de lo proveímos en cualquiera de nuestros planes de negocio. Por eso es necesario tener un holgado margen de maniobra o, de lo contrario, es probable que te veas obligado a incrementar el precio de tu producto antes de que hayas logrado una cartera fiel de clientes. Piensa en tus costes de producción y operación y comprueba cómo son de flexibles, ¿podrías reducirlos en el futuro si fuera necesario? Si no, procura elevar tu margen de beneficios desde el principio para poder sortear esos costes en el futuro.

Elegir al socio equivocado

Siempre es preferible embarcarse en un nuevo proyecto con alguien con quien poder compartir, además de recursos, decisiones, éxitos y fracasos. Sin embargo, asociarse con alguien es quizás una de las cuestiones más peliagudas porque de esta decisión depende en gran medida que la aventura empresarial llegue o no a puerto. Por este motivo, es importante dar con alguien que comparta nuestra visión, que tenga los conocimientos que a nosotros nos faltan y, sobre todo, que nos inspire confianza.

Muchas ataduras

Sin tener ninguna experiencia previa y con una empresa que acaba de echar a andar resulta peligroso establecer demasiados costes fijos. Estos nos restan capacidad de maniobra y no nos permitirán redistribuir nuestros gastos en caso de necesitarlo. La externalización de servicios, o outsourcing, es una manera eficaz de ahorrar costes y de ganar flexibilidad presupuestaria sin correr riesgos.

Con estos consejos, Chivas quiere ayudar a los emprendedores a alcanzar sus metas con éxito y acompañarles en cada paso del camino porque, como dijo Mark Twain, “un hombre con una nueva idea es un loco hasta que ésta triunfa”.

Fuente: The Venture Spain (17/08/2016)