Las cinco verdades de la transformación en las empresas

Cambiar una gran organización tradicional con muchos años sobre sus espaldas es una tarea muy complicada. Posiblemente, una de las más difíciles que existen. Pero el cambio no sólo es posible, sino que a veces es necesario pues puede significar la supervivencia de una empresa.

Decía Albert Einstein que “si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”. Un dicho que cualquier compañía debería aplicarse, aunque no todas las empresas saben cómo acometer un cambio en su sistema.

Según William C. Taylor, autor de Hazlo distinto y triunfa (Editorial Gestión 2000), existen cinco verdades que permiten la transformación en una organización:

1) Originalidad. Éste es el primer desafío para un cambio. Es muy difícil identificar los problemas de una organización desde dentro, pero es necesario realizar este ejercicio de autoanálisis. Para ello, Taylor aconseja a los líderes que miren a su empresa como si la vieran desde fuera, con nuevos ojos, para desarrollar un punto de vista distinto. Y pone como ejemplo a Nicolas Hayek, quien fuera el presidente del grupo Swatch, pues defendía la originalidad en las empresas. “Puede que algunos se rían de que el director de una enorme empresa suiza hable de fantasía, pero ése es el verdadero secreto que se esconde detrás de lo que hemos logrado”, aseguraba en una entrevista publicada por la Harvard Business Review.

2) Buscar ideas en otros sectores. La mayoría de los responsables de empresas creen que lo mejor es imitar lo que hacen los mejores de su sector. Sin embargo, Taylor defiende la reimaginación, es decir, trasladar lo que funciona en un sector a otro distinto, encajarlo. Un buen ejemplo es el de Lexus, que obtuvo algunas de sus mejores ideas de servicio al cliente estudiando los hoteles de lujo y las tiendas de Apple.

3) Romper con el pasado sin desautorizarlo. Aunque parezca una paradoja, este tercer paso es necesario pues de la tradición y la historia se pueden sacar muchas ideas innovadoras. “Los líderes más efectivos que conozco no desdeñan el pasado. Reinterpretan lo que ha existido antes para desarrollar una línea de visión de lo que ha de venir”.

4) Crear una sensación de urgencia dentro y fuera de la organización. Una cosa es que el jefe de una organización se dé cuenta de que es necesario un cambio y otra es conseguir el compromiso de su equipo. Por ello Taylor aconseja convertir en urgente esta transformación para que se materialice. Para explicarlo utiliza unas palabras que John Kotter, de la Harvard Business School, plasmó en uno de sus libros, “tras pensar detenidamente en el mayor error que comete la gente cuando intenta cambiar, decidí que la respuesta era que no creaban una sensación de urgencia suficiente entre los que generaban el marco necesario para dar un paso arriesgado en una nueva dirección”.

5) Los agentes de cambio no pueden dejar de aprender. “Los mejores líderes que he conocido, independientemente de su sector, experiencia o estilo personal, han sido unos estudiantes infatigables”. Y es que no se debe dejar de aprender, en ninguna de las facetas de la vida. Menos aún en un entorno empresarial que no deja de cambiar, de evolucionar, quien no sigue absorbiendo conocimientos, experiencias y saber se queda atrás.

Fuente: Expansión (25/05/2012)