Internet, un territorio aún por explorar El negocio a través de la Red es un salto que aún no demasiados autónomos españoles se han atrevido a dar
El comercio electrónico crecerá este año a un ritmo del 13,8%, según las previsiones de la consultora eMarketer. Un dato que confirma a España como uno de los países de Europa con una mayor expansión de este tipo de negocio. Sin embargo, aún son pocos los autónomos que se animan a expandir su actividad en internet.
«Bien es cierto que la mayoría de los autónomos informatizados se encuentran aún en un nivel de tecnificación básico, pero también aumentan los que han superado esa primera toma de contacto con las Tecnologías de la Comunicación y la Información (TIC) y se lanzan a descubrir nuevos horizontes, a comercializar sus productos y servicios a través de internet, a comprar vía web a sus proveedores, a aprovechar las ventajas que les ofrecen las redes sociales a la hora de relacionarse con sus clientes reales y potenciales… A optimizar al máximo sus procesos para conseguir ser cada vez más competitivos», explica Alfonso Arbaiza, director general de la Fundación para el Desarrollo Infotecnológico de Empresas y Sociedad, Fundetec.
El estudio «El Trabajador Autónomo y la Sociedad de la Información 2011», elaborado por la fundación, revela que dos de cada tres autónomos declaraba tener algún equipamiento informático. De ellos, el 68,7% disponía de acceso a internet. Y casi la mitad de estos últimos estaba presente en la red a través de una página web.
Ésta presenta múltiples ventajas para el autónomo. Por ejemplo, abre la posibilidad de tener clientes en todo el mundo, reducir la inversión necesaria para llegar a ellos, estar disponible en todo momento a la recepción de pedidos, o simplemente como elemento diferenciador de la competencia. También ventajas de tipo productivo, como la reducción de costes y el aumento de la productividad al optimizarse los procesos: logística, gestión administrativa, atención al cliente, etc…
Definir objetivos
Una vez tomada la decisión de lanzase a la red, el siguiente paso es definir los objetivos concretos de la web, ya que de ello dependerá el tipo de página a desarrollar. Puede ser sólo un sitio informativo, para reforzar la imagen corporativa del negocio. Otra posibilidad es la de construir una web informativa, pero que contenga un catálogo de productos o servicios. No permite realizar pedidos, pero impulsa la comercialización «offline».
Por su parte, la tienda virtual o web de comercio electrónico sí permite que el cliente, además de consultar un catálogo, pueda realizar sus pedidos. El abanico de posibilidades es muy amplio: también se puede abrir un blog donde publicar contenidos de interés para el potencial público o cliente al que uno se dirige. O un sitio de comunidad virtual. Es decir, una red social para que las personas con intereses comunes compartan sus inquietudes y puedan comunicarse.
Pero abrir el negocio a la red no es sinónimo de éxito. Hay que plantear una estrategia comercial que normalmente debe correr por cuenta de expertos en desarrollo web y posicionamiento. A la hora de emprender con éxito la aventura del negocio de Internet, un primer paso es elaborar una estrategia de marketing, para lo que habrá que reservar los recursos financieros necesarios.
También ha de estar clara la estructura de la web. Es decir, cómo organizar las secciones y los contenidos. Por supuesto que el diseño de la página debe ser lo más atractivo posible, sin que ello implique una merma de la usabilidad. Y si responde a nuestra imagen de marca, mejor que mejor.
La necesidad de contar con la colaboración de algún un experto en desarrollo web queda patente en la importancia que hoy en día tiene el posicionamiento SEO (Search Engine Optimization). Es decir, la posición en los resultados de los buscadores, que depende fundamentalmente de los contenidos de la adaptación de los contenidos de una web a los criterios de búsqueda, y de la relevancia del sitio en internet.
Estos expertos también pueden asesorar sobre la conveniencia de utilizar determinadas herramientas que permiten optimizar el rendimiento de la web. Por ejemplo, Google Analytics, con la que se analiza el comportamiento de los usuarios y el resultado de las campañas de marketing digital.
O Google Adsense, un programa para incluir en la web una sección dedicada a publicar anuncios de Google, o un buscador. A cambio, se obtendrán unos ingresos -generalmente no muy cuantiosos, es cierto- en función del número de visitas a la página y, fundamentalmente, de las veces que los usuarios pinchen en el anuncio.
Fuente: ABC (28/04/2014)