Crean una tecnología que clasifica la fruta según su calidad El proyecto europeo Fruitgrading permite a los agricultores determinar, de forma automática, cuáles son las piezas más valiosas de su cosecha por sus propiedades externas e internas.

El municipio riojano de Rincón de Soto ha acogido hoy una reunión para ultimar los detalles del proyecto europeo «Fruitgrading», cuyo fin es lograr una tecnología de bajo coste que permita clasificar la fruta con criterios de calidad y en el que participan entidades de seis países.

«Esta tecnología optimizará la selección de frutas de acuerdo con su calidad y, sobre todo, con sus características internas; de manera que los productores podrán identificar el producto de más alta calidad garantizando al consumidor una fruta ‘premium’ al mejor precio», ha subrayado María Martín, directora de investigación y desarrollo rural de La Rioja.

Ha precisado que las centrales hortícolas, en general, clasifican la fruta de una forma automática en base a sus características morfológicas y a su apariencia externa para establecer diferentes categorías. Con esto optimizan el valor total de la producción ya que pueden ofrecer distintas calidades.

Sin embargo, estos parámetros no reflejan en su totalidad la calidad del producto, que exige otras propiedades organolépticas, como sabor y aroma, valor nutritivo, estado de maduración, constitución química o propiedades mecánicas y funcionales. Esto hace, ha indicado Martín, que «los métodos tradicionales de clasificación de la fruta resulten muy limitados acorde a criterios de calidad cercanos a los percibidos por los consumidores europeos».

Criterios de calidad interna

Además, las diferencias entre los criterios de clasificación usados en la industria, basados en indicadores de calidad externa, y los de calidad percibidos por los consumidores tiene un impacto en el precio de la fruta. De acuerdo con un estudio facilitado por la DOP «Peras de Rincón de Soto», las cooperativas y agrupaciones de pequeñas y medianas empresas, el precio normal de la fruta «clase extra» podría incrementarse entre un 20 % y un 40 % si los productores de fruta asegurasen que supera unos criterios mínimos de calidad interna.

El proyecto «Fruitgrading», que comenzó en enero de 2012, apostó por el desarrollo de una nueva tecnología para la clasificación de la fruta basado en sensores no destructivos ni invasivos, facilitando a las centrales la diferenciación de sus productos de acuerdo con los niveles de calidad que se persiguen.

En este periodo se ha investigado sobre dos nuevos sistemas basados en la tecnología ‘LED’ y en la inducción magnética para conocer el estado de madurez interno de la fruta. De este modo, se podría ofrecer al consumidor una nueva línea de calidad superior con el producto que está en su mejor punto para consumir o que tiene mayor contenido en azúcar o acidez, en función de lo más apropiado para cada fruta.

Fuente: Ideal (06/10/2014)