Santiago Carbó: «Creo que Granada no explota sus potencialidades”

Santiago Carbó, tiene un currículo extenso e importante. Catedrático de Análisis Económico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UGR. Aunque en la actualidad, con licencia, imparte docencia de su especialidad en la Universidad de Bangor (Reino Unido). Persona vitalista, dinámica y trabajadora y ya que colabora en innumerables foros de economía. Y amable y sencillo, y porque a este modesto servidor no le ha puesto ninguna objeción para ser entrevistado, tanto en lo digital como en lo televisivo. Deberíamos de sopesar, sin duda alguna, que las personas tan brillantes como Santiago Carbó, de forma independiente a los designios políticos de una formación política, son los que deberían de llevar las riendas de la economía de nuestro país (España). Y porque podrían realizar políticas económicas objetivas frente a los subjetivismos de los mandamás políticos y económicos que son manejados, con rostro o sin él, por los que siempre están ahí maquinando, los grupos de presión económicos, y para que los ministros de los Gobiernos de España trabajen para sus intereses. Muchas gracias, señor Carbó por las entrevistas, y que han sido abusar de su tiempo tan valioso. Un placer. 

Pregunta.- El dinero quizá ha hecho pobre a España… ¿Si se buscan los culpables de la situación económica infernal por la que pasa nuestro país, a quién o quiénes señalaría usted, y porque habrá que pedir las oportunas responsabilidades? ¿O son estos responsables intocables? 

Respuesta.- Estamos empeñados en hablar de culpa. Por supuesto, ha habido comportamientos menos responsables pero la crisis en España es producto de la acumulación de múltiples desequilibrios. La supervisión financiera, la regulación y la gestión de entidades financieras están siempre en la lista de elementos que, cuando menos, se pudieron mejorar. En todo caso, uno de los principales problemas que se han generado es la enorme deuda privada acumulada y ahí las responsabilidades son más amplias. Al margen de todo esto, es necesario depurar responsabilidades en los ámbitos donde ha habido negligencia y, por supuesto, donde ha habido comportamiento delictivo. Al esfuerzo que hacen la mayoría de los ciudadanos para salir de esta situación deben sumarse otros estamentos. 

P.- Alemania no tira piedras a su propio tejado… ¿Y las medidas económicas impuestas a España, sobre todo por Alemania de la mano de frau Merkel, son las correctas para tomar el buen rumbo de la maltrecha economía española? 

R.- Alemania aplica al resto las recetas que a ella le han funcionado. Se trata de un país que ha pasado por enormes sacrificios para alcanzar una estabilidad presupuestaria y una sostenibilidad en su crecimiento importantes. Eso sí, en el contexto actual, Alemania tiene que darse cuenta –y algunos hechos apuntan a que parece empezar a darse cuenta- de que la austeridad siempre y para todos y con plazos de consolidación fiscal muy exigentes no va a ser útil para los países con problemas que, además, son algunos de sus principales clientes comerciales. Por lo tanto, si Alemania no cambia la actitud, acabará teniendo problemas y, de hecho, la amenaza de la recesión ya se cierne sobre la economía germana. 

P.- Rescate suena a sumisión e intervención a vasallaje económico… ¿Y se puede salir de esta situación económica española tan larga y angustiosa sin ayuda europea? 

R.- No, no se puede. Forma parte del sistema que hemos creado, y no vale sólo aceptarlo en épocas de bonanza. España viene financiándose del exterior desde hace bastantes años y cuando todo ha funcionado, nadie se ha quejado de los socios europeos ni de los “mercados”. Ahora la situación financiera no hace viable caminar solos. Si el Tesoro está precisamente pudiendo refinanciarse es porque los mercados están más tranquilos y descuentan el rescate. Sin rescate, las cosas se pondrían muy feas. 

“Sin rescate, las cosas se pondrían muy feas” 

P.- Los bancos son máquinas de desahuciar y las cajas de ahorros quizá avaricia de los partidos políticos… ¿Y no ayudarle a los bancos y a las cajas englobadas en ellos hace que el sistema financiero español se venga abajo totalmente? 

R.- Hay que ayudar depurando responsabilidades y teniendo en cuenta que en los bancos no son entes independientes que se pueden castigar de forma simple. En ellos está la mayor parte del ahorro de los españoles y cuando se ayuda a esos bancos se protege ese ahorro. Es algo común en otros países. El gran reto actual para la regulación es cómo prevenir estas situaciones para que ninguna entidad sea “demasiado grande para caer”, para poder liquidar entidades o solucionar sus problemas de forma ordenada sin que ello conlleve grandes costes para el contribuyente o riesgos sistémicos. 

P.- Dicen los expertos anglosajones que las medidas económicas tomadas en España es como un suicidio económico estatal para la ciudadanía… ¿Todas las medidas económicas tomadas por el Gobierno del PP, para salir de esta crisis letal, son las contrarias de las que se deberían de tomar? 

R.- Las medidas de austeridad son necesarias si se hacen en un plazo razonablemente amplio que no dañe el crecimiento más de lo que ya lo está. Sin consolidación fiscal, los inversores no volverán a España porque la reputación se perdería. Es fácil decir que la austeridad es contraria al crecimiento y, de hecho, yo lo creo así, pero en el contexto actual lo que hay que ver es cómo combinar el control del déficit en un plazo suficientemente amplio con políticas de crecimiento, dentro y fuera de España, en el contexto europeo. 

“Las medidas de austeridad son necesarias si se hacen en un plazo razonablemente amplio que no dañe el crecimiento más de lo que ya lo está” 

P.- Repúblicas, Estados Federales, Monarquías Parlamentarias y demás modelos de Estado son como mariposas que vuelan dislocadas en un mundo económico feroz… ¿El modelo de las Autonomías en España representa un dispendio económico que no puede ser asumido por más tiempo? 

R.- Parece evidente que hay solapamientos y falta de eficiencia en numerosas instancias. Tan sólo comparar con otros países con más niveles administrativos (como Alemania) pero con menos políticos y estructuras para mantenerlos resulta revelador. 

P.- Todo el personal español quiere o desea ser funcionario, y algunos pocos locos se meten a emprendedores… ¿A España le sobra burocracia, duplicidades y funcionarios, pero le falta investigación, por ejemplo? 

R.- No creo que todo el mundo quiera ser funcionario y sinceramente no creo que ser funcionario en España siga siendo muy conveniente si las cosas siguen como siguen porque tan sólo en tres años han perdido ya entre un 15% y un 20% de capacidad adquisitiva. Por otro lado, cada vez hay más emprendedores pero necesitan también de una estructura fiscal, burocrática y legal más conveniente para su expansión. Y en ese sentido se está trabajando. 

P.- Cuando el bienestar de la mayoría supera al de la minoría, un país va sobre ruedas… ¿Al Estado Social o del Bienestar lo van a enterrar rápidamente porque no le interesa al Capitalismo y a su Libre Mercado? 

R.- El Estado del Bienestar ha supuesto grandes avances sociales a los que no habría que renunciar, pero el mejor ejercicio que podemos hacer para pensar cómo sostenerlo es realizar una reflexión interna sobre cuánto aportó al Estado y cuánto recibo de él. La mayoría no somos conscientes de los costes que supone un Estado de Bienestar y se ha extendido una cultura de que es un derecho sin más. Esto está cambiando para bien, pero lo más triste es que por el camino pagan los que más necesitan el apoyo de ese Estado del Bienestar. 

P.- El Capitalismo es vampiro de seres humanos a los que explota antes de chuparle la sangre… ¿En un futuro quizá el Capitalismo desaparezca o es como el Ave Fénix que se regenerará eternamente? 

“La mayoría no somos conscientes de los costes que supone un Estado de Bienestar y se ha extendido una cultura de que es un derecho sin más” 

R.- El Capitalismo es un sistema generalmente aceptado, pero después de cada crisis durante el siglo XX y el XXI parece que se fuera a refundar de algún modo. Yo creo que esta crisis cambiará algunas cosas, pero las desigualdades siguen y seguirán ahí y lo que tenemos que tratar es de combinar ciudadanos más exigentes con ciudadanos más responsables. Y todos ellos solidarios. Ese sería el éxito de cualquier país en los próximos años dentro del sistema capitalista. 

P.- Vivir en Granada es como bien vivir los pobres en lo opuesto a un edén, y sin tener en cuenta a los ricos que viven espléndidamente en esta ciudad y en todas las ciudades… ¿Qué consejos económicos, sabios desde luego, le daría usted a la ciudad de Granada, esa que de ella decía Ángel Ganivet, “que le gustaba el paisaje, pero no el paisanaje”? 

R.- No me gusta dar consejos. Creo que Granada no explota sus potencialidades y creo que debe desprenderse de algunas etiquetas y abrirse algo más al exterior para descubrir su verdadero potencial. Con uno de cada tres granadinos desempleados, en todo caso, los consejos sobran.

Fuente: Granada Digital (05/11/2012)