Poner al día las habilidades y no quedarse fuera del mercado laboral

La crisis parece que empieza a amainar y es el momento de poner al día nuestras habilidades y recuperar el ritmo, de lo contrario, podemos quedarnos fuera del mercado. Hasta hace no demasiados años, la vida laboral era bastante convencional. Lo normal es que una persona se mantuviera durante años en la misma empresa, muchas veces desde el primer trabajo hasta la jubilación.

Las únicas interrupciones eran las vacaciones o alguna enfermedad. También había unos pocos afortunados que decidían tomar un año sabático para viajar o seguir estudiando. No había grandes interrupciones en el desarrollo de nuestra vida laboral y se mantenían al día fácilmente los conocimientos.

La crisis económica ha fracturado esta línea, provocando una fuerte discontinuidad entre lo que hacíamos, conocíamos y manejábamos hace cuatro años y lo que nos pedirán mañana. Un desfase que afecta no sólo a los que perdieron el empleo sino a la mayoría, ya que sus empresas pararon los procesos de modernización y dejaron de actualizar las nuevas versiones. Esta ruptura es especialmente significativa en el ámbito de las Tecnologías de la Información (TI) y, dentro de ellas, en los equipos, tecnología y aplicaciones más avanzadas.

Nuevas habilidades

Lo normal es que, ante el nuevo horizonte y para impulsar la recuperación del negocio, las empresas vuelvan a invertir en TI y la consecuencia será que, incluso los trabajadores que no perdieron el empleo tendrán serías dificultades para adaptarse a lo nuevo, lo que, paradójicamente, puede llevarles a perder el trabajo, a ser menos necesarios o a quedar relegados. Otros, que han permanecido agazapados, querrán dar un salto hacia arriba, pero tendrán que acreditar que están preparados para lo nuevo.

Uno de los principales problemas de la vuelta al trabajo después de un periodo de descanso o desempleo es que las empresas con más éxito y más futuro han cambiado, especialmente en el apartado tecnológico. Esto es especialmente dramático en las empresas relacionadas con la creación digital. Aquí la tecnología ha avanzado a pasos agigantados. Ha cambiado la manera de diseñar los edificios, los productos, las infraestructuras, la planificación, las cadenas de suministro y la programación de todo el proceso.

La puesta al día teórica en el ámbito de la gestión resulta más sencilla, requiere menos tiempo que la actualización tecnológica. Si para estos es importante conocer las últimas ideas en el pensamiento empresarial, la gestión y otros desarrollos de negocio, para aquellos la mejor manera de eliminar nuevas lagunas es realizar cursos de capacitación TI que, además, incluyan la certificación de las nuevas habilidades y conocimientos.

Cada vez más la tecnología se sitúa en el centro de muchas de las estrategias de negocio, y las habilidades y conocimientos adquiridos en un curso de capacitación ofrecerán una base sólida para una carrera revitalizada. Incluso a aquellos con un alto nivel previo de habilidad técnica les resultará beneficioso porque conocerán las versiones más recientes y los nuevos procesos que les rodean.

Conocimiento y dominio

Pero no basta con el conocimiento, el empleador quiere tener la certeza de que se domina determinada materia y es aquí donde entra la certificación, que le ofrece una validación tranquilizadora de ciertos niveles de competencia. Es más, muy probablemente en un futuro cercano, se exigirán certificaciones en cualquier proceso de licitación. El certificado también ofrecerá pruebas de que el titular posee los conocimientos de las mejores prácticas, de que puede trabajar de forma productiva y de que ayudará a maximizar la inversión de los empleadores. Además, muchos programas de certificación, al realizarse por los propios fabricantes, validan los conocimientos en cualquier parte del mundo, lo que abre el mercado de trabajo internacional a aquellos que han logrado la calificación.

Pero, ¿qué tipo de certificación hay que buscar? En primer lugar, comprobar que los instructores están autorizados por el fabricante. Si no es así, el curso sólo servirá para actualizar los conocimiento y no siempre de las últimas versiones. Algunos proveedores de software invierten en nuevas formas de mejorar los conocimientos técnicos de sus formadores con otras habilidades que acompañan los estilos de aprendizaje y supervisan continuamente a los instructores para asegurar que se mantienen los estándares. La elección de un centro de formación autorizado es la mejor decisión a largo plazo. Es recomendable que incluya pruebas de rendimiento basadas en situaciones de la vida real, que añadirá esta experiencia a aquellos que no tienen trabajo.

Conviene, también, elegir un curso que se complete con actividades online, ya que normalmente se pueden descargar los materiales de manera gratuita, lo que ayuda a estirar aún más cualquier inversión. No hay que olvidar que la puesta al día es una tarea continua y exigirá nuevas certificaciones en el futuro. En todo caso, hay que pensar que los empleadores con visión de futuro saben que no basta con una determinada personalidad ni un gran potencial y en este punto, no hay nada mejor que demostrar la determinación, el compromiso y la competencia para impulsar un currículum vitae.

Kirstin Donoghue, administradora de programas de Autodesk para la UE en Connect

Fuente: El Economista (15/09/2014)