«Para tener éxito no hay que olvidarse de la familia»
El ‘trainer’ de ejecutivos tiene las claves para dirigir una empresa y motivar al empleado.
Muhammad Gandhi, la madre Teresa de Calcuta, Winston Churchill o Nelson Mandela son líderes, y todos tienen en común el reconocimiento popular y mundial de su saber hacer. Pero las grandes personalidades, seguidas y aplaudidas por mucha gente, escasean y, hoy en día, cualquier corporación necesita tener al mando a un fuera de serie que esté al frente de la empresa.
El experto en liderazgo Brian Bacon cree que un directivo tiene que poseer ciertos valores que él conoce muy bien. Por eso, por la Academia de Liderazgo de Oxford, de la que es presidente y fundador, han pasado más de 200.000 alumnos de 90 países distintos, que se preparan para ser los mejores ejecutivos del mundo. “Nuestro objetivo principal es enseñar a los futuros directivos a ser capaces de liderar una organización”, afirma Bacon, que también forma y asesora a los líderes de multinacionales como Telefónica o McDonald’s.
Para Brian Bacon, el error más común en la mayoría de los dirigentes es la manera que tienen de planificarse. El consultor destaca que “cuando ves líderes que no conducen su empresa hacia su propio interés, te das cuenta de que esa organización es más efectiva”.
La clave del éxito de una empresa no existe, pero sí conductas que favorecen su progreso. Brian Bacon asegura que el directivo ha de “personificar lo que quiere que hagan los demás”, tiene que “ser un ejemplo de los valores que considera importantes para que los empleados lo sigan”. Por otro lado, afirma que hay “jefes que se guardan sus conocimientos”, y debe ser generoso y “compartir todo lo que ha aprendido para que aquel que tenga alrededor avance”.
Brian Bacon explica que la razón más común por la que una compañía puede hundirse es que “muchos jefes toman malas decisiones” y no entienden la filosofía empresarial. Bacon sostiene que algunos directivos no se ponen en la piel de sus empleados.
La solución que propone el experto en liderazgo consiste en “consultar y tener más conversaciones con la gente que desarrolla el trabajo, y tomar decisiones consensuando los gustos comunes”. Bacon destaca que existe una ventana que consigue atraer a las masas rápidamente, y que redes sociales como “Facebook o Twitter son instrumentos efectivos para hacer partícipes de una decisión a mucha gente”.
El trabajo de Bacon está centrado en las business school o escuelas de negocios y, según el experto, estos institutos formativos “no tienen una responsabilidad profesional, sino ética”. “Tienen que formar a líderes que comprendan los intereses profundos de la sociedad, no sólo de los negocios”, apunta.
El consultor reconoce también el valor de la familia en la empresa, pero “mucha gente opina que para tener una carrera con éxito tienes que olvidarte de la satisfacción que te aporta la vida familiar”. Bacon asegura que “el mejor regalo que puedes ofrecerle a tu familia es la satisfacción de sentirte bien en el trabajo y, al mismo tiempo, lo mejor que puedes darle a la compañía es una sensación de felicidad que consigues por el confort que te proporciona tu familia”. El directivo asegura que la gente que mejor balance y éxito ha tenido en el terreno profesional, también ha conseguido tenerlo en el personal.
Brian Bacon es australiano pero vive con su mujer japonesa en Oxford. Como ella, es afín a la energía zen y lleva una vida espiritual plena que pone en práctica una vez a la semana. Además, es vegetariano, como recomienda su filosofía, y le encantan “las verduras japonesas y el sushi”.
Cuando lee, prefiere las novelas históricas, y los libros de Bernard Cornwell le apasionan porque “escribe sobre acontecimientos históricos de Inglaterra o de Napoleón con un gran poder narrativo”. Bacon es aficionado a los deportes, como el boxeo, pero sólo ha practicado rugby “cuando era joven”. Le encanta Oxford y Estocolmo, pero él y su mujer son “fans de Hawái” porque tienen familia allí, pero sobre todo porque es un lugar perfecto para “escribir, relajarse, refrescarse y reflexionar en la naturaleza”.
Cinco motivaciones para generar productividad en el empleado
1. El empleado no sólo trabaja por dinero, sino porque cree en lo que está haciendo, como un equipo de fútbol.
2. Él ha de sentirse parte de la empresa.
3. La sensación de seguridad es fundamental para su rendimiento profesional.
4. Confía en el jefe y éste confía en él.
5. Hay que darle responsabilidades y crear el ambiente adecuado para que responda.
Fuente: Expansión (19/07/2011)