Las pequeñas editoriales, negocios que no pasan página

La especialización en obras aún no editadas o en traducciones y la conexión con los gustos del lector se han convertido en las oportunidades de los sellos independientes frente a las grandes compañías.

El papel del editor es el de seleccionar los mejores escritores y obras. Con esta base, grosso modo, ya se puede poner en marcha un negocio dedicado al libro. En los últimos años han aparecido en el mercado español numerosas editoriales independientes que han identificado oportunidades en un sector que, a primera vista, puede tener más inconvenientes que beneficios. “Lo que realmente construye una editorial es su capacidad para conectar con los lectores, para acertar y defenderse en el nicho que ha decidido explotar”, considera Joaquín Sabaté, director general de Ediciones Urano.

En este sentido, la editorial pequeña posee una gran ventaja frente a las grandes: la especialización. Estos negocios se centran en un campo concreto, por lo que les resulta sencillo conocer al consumidor, saber sus gustos y, así, acertar con la edición de las obras. “Las barreras de entrada en este sector son bajas porque incluso una persona puede autoeditarse. Lo que se ha hecho difícil es que el libro salga de la librería, que el lector lo compre. Y en esto, al sello independiente le resulta más fácil llegar al consumidor”, opina Marcelino Elosua, presidente de LID Editorial Empresarial, quien añade que “antes lo importante era la distribución, donde las grandes ganaban. En la actualidad, es la promoción y venta el ámbito en el que las pequeñas triunfan por estar dedicadas a un tema concreto y por su conexión con el lector”.

El paso digital

El negocio editorial está viviendo una transformación: se ha pasado de la venta en una librería física a la virtual y de comprar un libro tradicional a uno electrónico. En este escenario los profesionales del sector esperan su momento para lanzarse a este nuevo entorno. “Todo el mundo dice que el libro digital es una realidad. Pero también es cierto que en España se han vendido más dispositivos de lectura que libros electrónicos”, opina Rubén Hernández, editor de Errata Naturae.

En nuestro país el ebook representa el 1% del total de las ventas de libros, según Elosua, si bien es cierto que la comercialización ha aumentado considerablemente a través de las plataformas virtuales. Es por esto que Ana Pareja, coeditora de Alpha Decay, considera que “todavía es prematuro hablar del impacto de este dispositivo. Su venta es algo embrionario en España”. Sin embargo, vaticina que “la piratería aumentará con toda probabilidad, porque los libros al alcance de todos y a precios bajos suenan bien. Por eso, tendremos que encontrar nuevos modelos para conseguir equilibrar la producción en papel y seguir publicando con normalidad”.

Actualmente, los editores independientes están buscando el sistema para entrar en el ámbito digital. El fundador de Errata Naturae comenta que “estamos estudiando la fórmula que más nos conviene, y nos uniremos a este sistema en poco tiempo”.

En cambio, Donatella Ianuzzi, fundadora de Gallo Nero, apunta que “la gente, en un formato o en otro, no dejará de leer. A mí me gusta editar en papel y creo que mi producto perdería si no se hace de este modo”.

Independencia para publicar

Los miembros de Blackie Books, Jan Martí, Diana Hernández y Alice Incontrada, se definen como una empresa ‘SLU’: un solo socio. “La diferencia con las grandes editoriales es que siendo pocos, podemos repartirnos las tareas y llevar cada uno sus proyectos de principio a fin. Esto ofrece más independencia y versatilidad”, comenta Martí. La idea surgió en 2008, pero hasta un año después no comenzaron a publicar los primeros libros. “Este negocio aún mantiene vivo su canal de distribución y venta: las librerías. Pero el problema es la crisis, porque genera desconfianza en aquéllos de los que dependemos para difundir nuestro trabajo”, cuenta el editor. Por ahora publican diez títulos al año, pero sus planes incluyen aumentar hasta 15 o 20; además pretenden sacar una colección rústica y, para verano, un cuaderno de ejercicios y pasatiempos para adultos.

Una época de crisis con mucho futuro

Rubén Hernández, fundador junto a Irene Antón de la editorial independiente Errata Naturae, dice que “este negocio puede crearse con mucho dinero, con mucho esfuerzo o con ambos aspectos. En nuestro caso, hubo más trabajo que capital”. Errata Naturae publicó su primer libro en 2008 y desde entonces ha editado más de 60 títulos. Hernández reconoce que “en estos cuatro años, no hemos vivido otra cosa que la crisis y sus consecuencias, pero por supuesto que hay futuro”. El libro digital está transformando este negocio “que nadie dirige y nadie termina de saber a dónde va”. Pero a este emprendedor le preocupa mucho más un problema común a todos los editores: “El índice de lectura en España es muy bajo comparado con Europa, y ese es el origen y la razón de que el sector editorial sea un campo considerado en crisis permanente”.

Especialización para ganar al azar

La saturación del mercado español por las grandes editoriales, una oferta poco diferenciada y un amplio abanico de obras aún por editar fueron las tres claves que animaron a Donatella Iannuzzi a crear en mayo de 2010 la editorial Gallo Nero. “Cuando abrí el fenómeno de la editorial pequeña estaba ya en auge. Pero vi la oportunidad especializándome en la recuperación de obras no editadas en castellano y traducciones”, cuenta Ianuzzi. Esta emprendedora admite que no es un negocio fácil y que implica una gran dosis de riesgo: “Se necesita invertir en la promoción de diferentes productos, porque cada libro es distinto y puede que no encuentre el favor del lector”. Gallo Nero edita una obra al mes y, como dice Ianuzzi, “cada mes me juego el sueldo. En este negocio tiene mucho que ver el azar, pero busco ser rentable con mi apuesta”.

Fuente: Expansión (11/05/2012)