Las comarcas de Baza y Huéscar demuestran su potencial para el cultivo de ‘oro negro’

En Caniles hay una finca de 2.000 metros cuadrados que ya está comenzando a dar las primeras criaillas. En Centro Micológico de Caniles fue el lugar elegido por el Grupo de Desarrollo Rural para celebrar una jornada informativa y formativa sobre truficultura. Un cultivo que está siendo un motor económico en otras zonas de la geografía española.

Hace unos años se realizó en el proyecto Micología, Conservación y Desarrollo (Micodes) que surgió dentro de la orden de cooperación de la Red Rural Nacional a través del cual se realizaron distintas actuaciones de sensibilización en torno a las setas y trufas y a su desarrollo socioeconómico, dentro de lo que marca la sostenibilidad real. 

1171Finalizado el proyecto, el Grupo de Desarrollo Rural Altiplano de Granada decidió continuar a nivel comarcal con las actuaciones, para lo que se obtuvo la financiación de la UE-Feader y de la Junta de Andalucía a través del programa de desarrollo rural Lider A.

Setenta personas interesadas en el mundo de la trufa, desde aficionados a personas interesadas en su cultivo asistieron a la cita. El programa incluía una visita a una parcela demostrativa implantada por Viveros Zuaime con la financiación y el asesoramiento que supuso la cooperación nacional de Micodes. Se trata de una finca de dos mil metros cuadrados, plantada con encinas y jarillas micorizadas, que en su tercer año ya está empezando a dar sus primeras ‘criaillas’, ya que las trufas negras requieren más tiempo.

La presentación de las jornadas fue realizada por María Pilar Vázquez, alcaldesa de Caniles, y Mariano García en su condición de presidente del Grupo de Desarrollo Rural. García destacó que desde el GDR se está realizando un programa formativo sobre las posibilidades que ofrece el sector primario en las comarcas de Baza y Huéscar, con el objetivo de tratar de orientar a los desempleados de nuestros pueblos en la búsqueda de autoempleo, además del gran interés de este tipo de acciones para transferir conocimientos hacia los productores del territorio, para que puedan llevar a cabo proyectos innovadores en la valorización de los recursos locales y así generar riqueza y empleo.

Una vez más se recurrió a un experto internacional en truficultura como es Mario Honrubia, quien realizó la introducción en la materia y habló del cultivo y mercados, para posteriormente dirigir la visita a la plantación piloto de Viveros Zuaime.

Según todos los expertos, el potencial de determinadas zonas de las comarcas de Baza y Huéscar para el cultivo de trufas es muy importante. Las condiciones de suelo, insolación o las precipitaciones son idóneas para el cultivo de trufas, a semejanza de otras zonas donde ya existe una importante producción de trufas.

Las trufas son el fruto de un hongo subterráneo que se desarrolla en asociación con las raíces de ciertos árboles o arbustos –especies truferas– como la encina, la coscoja o las jarillas, y destacan por su aroma y sabor. De la treintena de variedades comestibles, en las comarcas del norte de Granada se dan por ejemplo la trufa negra, o Tuber melanosporum, muy cotizada en el mercado; la trufa de verano, o Tuber aestivum, y las turmas o criaíllas, del género Terfezia, que son bastante abundantes y muy buscadas por los aficionados.

Fuente: Ideal (13/06/2013)