Hacer I+D+i en 2013 tiene premio: las ayudas fiscales se multiplicarán por cinco

No hay organismo internacional que no haya puesto el marco español de incentivos fiscales a la I+D+i como ejemplo a seguir a la hora de diseñar un entorno institucional favorable a la innovación tecnológica.

Su aplicación real, sin embargo, ha resultado decepcionante. Las dificultades burocráticas a la hora de acreditar la condición de ‘deducibles’ de los gastos en innovación y el hecho de que las ayudas se hayan articulado como una desgravación en el Impuesto de Sociedades, lo que expulsa del sistema de incentivos a las empresas que no tengan beneficios, han condicionado el acceso a estas ayudas. 

Un reciente estudio encargado por el Ministerio de Economía concluía que un 36% de las empresas españolas innovadoras no tienen acceso a las ayudas fiscales y que un 70% de las deducciones reconocidas por Hacienda quedan pendientes de cobro por no tener ganancias las empresas potencialmente beneficiarias. 

En total, el ahorro efectivo que los incentivos fiscales proporcionan anualmente a las empresas ronda los 300 millones de euros (281,09 millones para 2013). 

2013, un buen año para hacer I+D+i 

Ésa es la cuantía de las deducciones aplicadas, es decir, las que efectivamente redujeron la factura fiscal de las empresas en el Impuesto de Sociedades del año en curso. 

Porque hay en torno a 700 millones de euros más cada año que Hacienda aprueba como deducibles pero que las empresas no se pueden ahorrar bien porque no presentan beneficios o porque éstos no son suficientes para poder aplicarse esa ventaja fiscal.

 

Según la Fundación Cotec, que promueve la innovación tecnológica, el fenómeno tiene consecuencias, ya que ha terminado por expulsar del radio de acción de las ayudas fiscales a la I+D a las empresas de menos de 250 trabajadores.

 

Y no sólo eso. Esta distorsión constituye el motivo principal de que una tercera parte de las empresas innovadoras ni se planteen optar a esas ayudas fiscales.

 

Tal vez por ello, el proyecto de Ley de Emprendedores aprobado por el Gobierno incluye la implantación de un impuesto negativo que permitirá a las empresas en pérdidas beneficiarse de la deducción fiscal sin necesidad de esperar a tener ganancias a través de un sistema de devoluciones.

 

Los cálculos oficiales apuntan a que 4.000 empresas se beneficiarían de este cash back y que el ahorro para los contribuyentes sería de 427 millones de euros, lo que supondría duplicar de un plumazo el apoyo fiscal del Estado a las empersas innovadoras.

 

Pero es que el proyecto aún prevé otra medida de estímulo fiscal más: el llamado patent box. ¿Qué es el patent box? Pues un incentivo ya existente en España y muy de moda en Europa, que reduce en un 50% la carga fiscal sobre los ingresos obtenidos por la explotación de patentes.

 

El impacto que ha tenido este incentivo hasta ahora ha sido casi marginal: apenas 121 empresas se lo han aplicado y el ahorro obtenido desde que entrara en vigor hace ya tres años apenas llega a los 150 millones de euros.

 

«Pero tiene un enorme potencial, tanto para fomentar las actividades de I+D+i por parte de las empresas españolas como para atraer a empresas de otros países por el favorable tratamiento fiscal que les ofrecería», subraya Emmanuel Mielvaque, responsable para España y Portugal de la consultora especializada en financiación de actividades innovadoras Alma CG.

 

La intención del Gobierno es ampliar del 50% al 60% la exención fiscal sobre los beneficios de la explotación comercial de patentes y, además, extender el incentivo fiscal, aunque con menor intensidad (50%), a las empresas que adquieran patentes realizadas por terceros para su uso.

 

No hay estimación oficial del ahorro que generaría esta última figura a las empresas beneficiarias, pero desde la consultora Alma lo cifran en 800 millones de euros.

 

De concretarse estos cálculos, la Ley de Emprendedores multiplicaría por cinco los incentivos fiscales a las empresas por sus actividades de I+D+i, ya que su cuantía pasaría de los 281 millones de euros previstos para este año a alrededor de 1.500 millones de euros.

 

Problemas de financiación

 

Un espaldarazo financiero que llegaría, además, en el mejor momento.

 

Según el Barómetro Internacional de Financiación de la Innovación en Europa, elaborado por la consultora Alma CG, España es junto con Portugal uno de los países donde más ha caído la financiación para este tipo de actividades: un 34% frente al 22% de media del resto de países.

 

El 45% de las empresas españolas innovadoras se han visto afectadas por este cierre del grifo de la financiación, que no ha sido ajeno a las políticas de ajuste desde el sector público.

 

La reducción de los fondos presupuestarios destinados a I+D ha reducido la participación pública en la financiación de las actividades de innovación del 66% al 57%, y ha obligado a las empresas españolas a tirar de fondos propios para financiar sus estrategias tecnológicas.

 

Fuente: La Vanguardia (13/06/2013)