La nanotecnología crece en Granada

Se impone la lógica, sobre todo la lógica industrial, esa que indica que cuanto más pequeño, más barato y menos consuma, mejor. Detrás de aplicar esta máxima en su versión tecnológica está el grupo de trabajo que dirige Francisco Jesús Gámiz Pérez, responsable del proyecto del CEI BioTic La celda de la memoria RAM. La UGR en la frontera del conocimiento TIC, un título que encierra cómo serán, por ejemplo, los móviles del futuro. 

La importancia del proyecto en el que trabaja Gámiz, profesor de Electrónica y Tecnología de Computadores, y su equipo de 17 investigadores se puede vislumbrar si se tienen en cuenta algunos datos: sólo hay en todo el mundo tres empresas con la tecnología suficiente para fabricar chips de memoria y los beneficios de esta industria se elevan hasta los 35.000 millones de euros. 

La historia comienza en 1968, cuando se patenta el primer sistema capaz de almacenar datos, la primera memoria. Desde ese momento, el trabajo de los investigadores se ha dedicado a desarrollar este tipo de memoria cada vez más pequeña y más potente, más barata y que consuma menos. Tan pequeño que ya se entra en el terreno de la nanotecnología. «Han ido apareciendo diferentes estructuras para resolver este problema», indica Gámiz. Primero las universidades estadounidenses de Standford y Berkeley propusieron un modelo para reducir el tamaño de las celdas de la memoria. En 2011, la Universidad de Granada desarrolla su propio proyecto, que presenta en una primera fase al gigante coreano Samsung. 

Después de elaborar un prototipo -gracias a la estrecha colaboración con CEA Leti, una empresa francesa, que les permitió ahorrar un millón y medio de euros en la fabricación de dicho prototipo- los investigadores de la UGR demostraron que su sistema funciona y se patenta sucesivamente en Francia, Estados Unidos, Corea, Japón y Unión Europea. La tecnología que da solución a la demanda de las empresas tecnológicas de una mayor capacidad en un menor espacio y con menos coste tiene el sello de Granada. 

Se trata de un dispositivo de 20 nanómetros -invisibles a la vista, un nanómetro es la millonésima parte de un centímetro-, «la celda de memoria que mejores características tiene» en este momento, señala Gámiz. 

El desarrollo de esta tecnología, sin embargo, requiere de «una inversión muy importante» -basta recordar la cantidad de dinero que mueve este negocio y que ya se han señalado- por lo que parte del trabajo del grupo de Gámiz se centra ahora en presentar la iniciativa en foros para darlo a conocer y ‘buscar’ el interés de las empresas. En el camino, una realidad palmaria. «Estamos muy lejos de esta tecnología», reconoce el docente de la UGR. Por eso, parte del camino de su trabajo se está andando fuera de Granada, concretamente en la localidad francesa de Grenoble, conocido como el Silicon Valley europeo. Su posible aplicación a la vida real, a los móviles, portátiles, tablets… está ahora en manos de la Agencia de Transferencia FIST francesa, perteneciente al CNRS, equivalente galo al CSIF español. 

Mientras, se sigue trabajando en este proyecto, que se puede adaptar a la estructura tridimensional con la que ya trabaja, por ejemplo, Intel. 

Mucho trabajo de investigación desde el edificio CITIC de la Universidad de Granada que, además, ha sabido abrir el camino mediante alianzas estratégicas con otros países. Porque ese, explica Gámiz, es el único camino para desarrollar proyectos de esta envergadura.

Fuente: Granada Hoy (20/05/2013)