La financiación alternativa se abre paso

Almirall, Antolín, Gestamp, Madrileña de Gas, Por Aventura, Tecnocom, Copasa… Cada vez con más las compañías que recurren al dinero no bancario para financiar sus servicios de deuda. Los mercados de capitales o los fondos de deuda se están convirtiendo cada vez más en una alternativa para el tejido empresarial, irrumpiendo así una tendencia que representa la expansión de nuevos canales sin la intermediación necesaria de la banca tradicional, atascada en su proceso de saneamiento y constreñida de forma periódica por exigencias regulatorias.

Este lunes, la ingeniería vasca Elecnor protagonizó el último ejemplo al anunciar una emisión de pagarés por importe de 100 millones de euros. De la mano de Banca March, la cotizada ha optado por acudir al mercado alternativo de renta fija (MARF) para optimizar sus necesidades de capital a corto sin contar con la financiación bilateral bancaria, por lo general más cara y condicionada por la existencia de otras líneas de crédito y de negocio cruzado. Una inversión con un perfil de riesgo, siempre en función del emisor, para la que hay apetito en el mercado entre inversores cualificados.

El cerrojazo al grifo del crédito por parte del sector financiero convencional ha dejado desatendida mucha demanda de crédito. Sólo los más grandes del Ibex 35, aunque con precios más caros, han podido seguir acudiendo a la ventanilla de los bancos nacionales e internacionales, aunque cada vez menos, como demuestra que hasta el propio Juan Miguel Villar Mir ha tenido que recurrir a un fondo de deuda como Highbridge para financiar su inversión de 300 millones de euros en la operación de Colonial, una cantidad que antes habría cubierto sin dificultad con un sindicato bancario.

En el fondo, la actual coyuntura sólo está dando lugar a la corrección de una anomalía por la que el sector bancario, sobre todo en España, pero también en Europa, concentra el grueso de la actividad crediticia, a diferencia de mercados como EEUU, donde el peso de la banca comercial en la financiación a largo plazo (o respecto al PIB) tiene un peso muy inferior. Ese tránsito hacia estándares de otras regiones permite esa venta de oportunidad para que el dinero alternativo se convierta en competidor del bancario, como demuestra la reciente irrupción de Mutua Madrileña en este segmento.

Una de las primeras iniciativas en salir al mercado identificando esta situación fue Oquendo Capital, que a principios de 2013 levantó un fondo de 100 millones de euros entre el Fondo Europeo de Inversiones (FEI), Banca March e inversores institucionales para desarrollar un proyecto de financiación alternativa no bancaria bajo diferentes formatos (préstamos participativos, convertibles o acciones preferentes), aunque desde el ángulo del capital. En cualquier caso, este iniciativa demostró la existencia de un espacio para nuevos operadores en un nicho ocupado sólo por fondos extranjeros.

Este entorno ha permitido que incluso nuevas iniciativas españolas como Toro Finance se lance al mercado como alternativa de financiación bancaria. De la mano de Mar Torrado (ex ICO), esta firma ha sido capaz de captar 400 millones de los fondos de inversión JZ Capital y Avenue Capital para desarrollar una empresa financiera. El simple servicio del factoring, es decir, habilitar mecanismos para el circulante, tesorería y cuentas a cobrar sin tener que optar a fórmulas de descuento comercial tiene una ventana de oportunidad que han identificado los inversores internacionales.

En este caso, el fondo anglosajón JZ Capital ha decidido ampliar su radio de acción en España ante el éxito logrado con Gedesco, una de las firmas de descuento de papel más pujantes del sector. Al principio, el negocio estaba en la mera gestión de la morosidad y el recobro, oportunidad que identificaron fondos como Elliot Advisors, que compró la plataforma Gesif. Luego, el mercado ensanchó el negocio a la compra carteras de deuda corporativa, como desarrolló el broker español JB Capital con su vehículo Savia. Así hasta llegar a la financiación de las pequeñas y medianas empresas.

Los proyectos alternativos son cada vez mayores. Aunque los vehículos de deuda del mercado son en su mayoría extranjeros (KKR, Apollo, Blackstone, HIG…), un grupo de financieros españoles está en proceso de levantar un fondo de 500 millones de euros para operar en el mercado nacional. La gestora Black Toro Capital, formada por Ramón Bentolaza, Ignacio Foncillas y José María de la Infiesta, trabaja desde hace meses en la puesta en marcha de este proyecto, concebido tras la identificación de la falta de crédito existente en el mercado empresarial español. La oportunidad existe.

Estas expectativas han hecho que otras gestoras estén valorando la posibilidad de lanzar nuevos vehículos. Uno de ellos es Arcano, la firma española de asesoramiento financiero, que entre su oferta de gestión de activos ya opera un fondo de deuda para invertir en el mercado secundario(investment grade, high yield, estructurados…). El equipo de Manuel Mendivil se plantea ahora la posibilidad de crear un fondo de deuda para el mercado primario, para prestar directamente a empresas. Otras gestoras internacionales como Magnetar ya han dado ese paso aliándose con un socio local como Bankinter.

«Hay un hueco para la financiación alternativa», explica Paulino de Evan, socio de Finanzarel, una plataforma de financiación de deuda a corto plazo (pagarés), que cruza la demanda de crédito con la oferta de inversores cualificados. «Los bancos tienen que desapalancar sus balances y hay una oportunidad para otro dinero no bancario (compañías de seguros, gestoras de fondos, grandes patrimonios…)». Este proyecto, en el que también participa Jorge Bustos (Everis), pretende replicar un modelo de desintermediación que en Reino Unido ya canaliza más de 500 millones de libras al año.

Mientras las nuevos proyectos locales van tomando forma, como ocurre con el vehículo que prepara Incus Capital, otros fondos extranjeros siguen considerando el mercado español como una oportunidad de negocio. Uno de los últimos en considerar esta opción ha sido la gestora de capital riesgo Generation Investment, participada por el expresidente de EEUU, Al Gore, que ha levantado un vehículo de deuda para «aportar soluciones flexibles para empresas de tamaño pequeño y mediano con necesidades de financiación». Hay dinero donde no alcanza la banca.

Fuente: El Confidencial (01/04/2014)