La esteticista emprendedora que lleva la belleza sobre ruedas a la Granada vaciada Micro Van · Una joven emprendedora convierte una ambulancia americana camperizada como centro de estética en un innovador negocio itinerante
La versión granadina 2.0 de los negocios itinerantes de toda la vida que recorrían los pueblos –¿Quién no recuerda el ‘atención señora, ha llegado a su localidad el camión del tapicero?– se llama ‘Microvan, belleza sobre ruedas’ y su creadora es la joven esteticista Estefanía Escolano, una emprendedora que se ha propuesto acercar el microblanding de cejas y el lifting de pestañas a las vecinas de los pueblos de la Granada vaciada. Con tesón y toneladas de entusiasmo, Estefanía ha camperizado una antigua ambulancia americana para transformarla en un innovador centro de belleza móvil, el primero de España de estas características, con el que piensa recorrer hasta los rincones más recónditos.
La joven técnica en micropigmentación y microblanding llegó hace cuatro años desde Valencia a Granada por amor y, aunque la relación se acabó, el enamoramiento con Granada sigue y se ha quedado a vivir en Cenes de la Vega.
Encontrar la ambulancia que quería –la compró de segunda mano en La Coruña– y transformarla en este innovador negocio ha sido toda una odisea. Y es que Estefanía tenía clarísimas las ideas en su cabeza, pero ha tenido que vencer muchos noes para hacerlas realidad.
«Emprender no es fácil, los últimos seis meses para mi se quedan», suspira Estefanía, que tiene, no obstante, una ilusión y un entusiasmo a prueba de bombas. Además de invertir todos sus horros en el proyecto ha contado con el espaldarazo de un microcrédito de CaixaBank, para poder sacar adelante su nueva empresa sin avales. «Veo el emprendimiento como un crecimiento personal, no solo profesional. Trabajo en lo que me gusta y tenía que ir a por ello, siempre he tenido esta ambición y ser mi jefa para tratar a los clientes como yo quiero», añade.
El miedo a que no lleguen las clientas, que «lo vean como algo muy hippie o no se fíen» está ahí, pero la fe en que su apuesta va a salir bien pesa más. «Lo difícil es empezar, necesito que me conozcan y por eso estoy luchando, para que vaya funcionando el boca a boca y las vecinas de los pueblos se organicen y me vayan llamando», comenta.
Fuerzas y ganas, le sobran a esta emprendedora que es su propia chófer, la técnico de microblading, la que lleva las redes sociales y todo lo demás en su empresa. «Yo por una clienta me muevo a donde haga falta. Estoy dispuesta a hacer kilómetros y a trabajar sábados y domingos. No tengo hijos ni perro así que puedo moverme, ¡Ojalá trabaje tanto que me tenga que quedar a dormir en la furgoneta todos los días!», afirma entusiasmada.
Por lo pronto ha enviado ya correos a todos los ayuntamientos para anunciar sus servicios y pedir que le echen una mano con las vecinas. Solo le ha respondido Bácor, pero eso sí, la han hecho feliz: «¡La alcaldesa me ha dicho que le entusiasma la idea, que vaya que me deja aparcar hasta en la plaza!»
Luchar por la regulación de este negocio nuevo es otro de las batallas que está dispuesta a librar la empresaria. «Para las food trucks hay normas pero para mí el vacío es total y todo son dificultades. Me quieren denunciar en todos lo sitios», lamenta.
Otro reto es fichar colaboradores y llevar también a los pueblos, fisioterapeutas, tatuadores o maquilladoras sobre ruedas. «Mi sueño es que Microvan se convierta en una franquicia y llegar a toda la España vaciada. Se que detrás de mí van a venir muchos más, en Estados Unidos hay hasta dentistas», concluye.
Fuente: Ideal