Innovación ‘made in’ Costa de Granada Una cooperativa salobreñera triunfa con su «microarquitectura avanzada»

Diecisiete años de existencia no son un mal aval para una empresa cuyo principal puntal es la innovación. Pero la trayectoria de esta empresa adquiere un ‘plus’ añadido cuando su producción no se queda anclada en su propia rutina industrial y permanece en continua evolución. Ser innovador en la Costa de Granada continúa siendo tan arriesgado como emocionante. «Y nosotros decidimos apostar por la I+D+i», explica Antonio Martín Fernández, gerente de Montajes Industriales Alborán, una cooperativa ubicada en Salobreña y cuyo sello se expande ya por todo el país en forma de novísimo equipamiento urbano de última generación. Tanto que la firma ha conseguido ya ubicar en tierras gallegas varios modelos de módulos prefabricados -encuadrados en lo que puede denominarse ‘microarquitectura’- que serán utilizados por los vigilantes de Protección Civil. Se trata de un prototipo, registrado y patentado, idea del arquitecto motrileño Alberto Martínez Quesada y la totalidad del proceso productivo se realiza en Salobreña, salvo algún elemento muy concreto. Las novedosas casetas son el fruto de seis años de trabajo, investigación y un concienzudo examen sobre cálculo de estructuras, comportamiento de materiales, etc. «No es un producto convencional -comenta Martín- se ha realizado en base a fórmulas y criterios de total ahorro energético».

Más aún, dentro del inmenso taller ubicado en el polígono industrial de La Villa, se respira olor a metal y madera envueltos en tecnología punta y un modo de trabajar lejos de la producción en serie, lento y concienzudo. Hasta el momento se han construido tres módulos y cada uno supone un avance sobre el anterior. Son módulos con aplicaciones tan variadas como posibilidades para su uso: pueden ser un kiosco-bar, un moderno puesto de venta de prensa, etc. «Esto es una prueba de que aquí podemos innovar y crear». El gerente de esta cooperativa sueña con una factoría de producción de diseño aplicado a este tipo de creaciones; algo genuino, avanzado y muy profesional que sirva de bastión de la creatividad andaluza frente a la invasión barata de materiales y productos que se limitan a copiar.

Indefensos ante la copia

«Como muchos otros industriales, estamos indefensos ante la inexistencia de un mínimo respeto a la propiedad industrial», lamenta. Esto lleva a situaciones de imitación flagrante de productos que suponen un auténtico atentado contra la ‘patente de utilidad’.

La empresa ha fabricado bancos, maceteros, papeleras y duchas para playas (las destinadas a minusválidos son una creación propia). Todo fabricado en función de parámetros de estudio, diseño y calidad. Entre sus marcas más conocidas hay que citar ‘Inentor’. En cuanto a los principales destinos de sus productos son el propio territorio nacional. «Un 15 o 20% se exporta, principalmente Francia y Portugal».

«Pienso que los empresarios tenemos que asumir la conciencia de mejorar, no pensar sólo en los resultados a corto plazo y sí en los beneficios de la I+D+i, a los que no se ve retorno inmediato», señala el gerente de esta empresa. Claro que las pymes no lo tienen fácil para ello, según Martín, y menos en lo referente a la financiación de las entidades bancarias. «Ve y le explicas al banco que quieres financiación para innovar. Aquí solo se ha apostado por el ladrillo», lamenta.

Mientras tanto, y en paralelo al ‘módulo’, la actividad sigue su curso en esta empresa en la que trabajan cinco profesionales y que se mantiene viva desde 1993, a pesar de que ya existía en tierras catalanas mucho antes. «Muchos se extrañaban de que aterrizase en Motril con este tipo de empresa», rememora Antonio Martín. Pero él lo tiene claro, la innovación en la Costa sí es posible.

Fuente: Ideal (18/10/2010)