El vino, caldo de cultivo para tus nuevos negocios

No todo es gastronomía y turismo cuando hablamos de negocios relacionados con el sector del vino. Algunos emprendedores prueban fortuna con la formación, la personalización y las nuevas tecnologías.

El sector vitivinícola ofrece un amplio abanico de oportunidades empresariales. A las más tradiconales relacionadas con el cultivo y la producción de vino se suman las que le unen al sector gastronómico y del turismo. Pero hoy la gran baza de estos negocios tiene un nuevo campo para crecer ligado con la formación, la atención personalizada y las nuevas tecnologías.

Las hermanas Ana y Mar Sánchez son un ejemplo de cómo aprovechar las oportunidades. Mar Sánchez ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en el mundo del turismo. Gracias a sus viajes fue introduciéndose en la cultura del vino y observó las posibilidades que ofrecía este sector. Al principio como afición y después con miras profesionales, amplió su formación en este campo hasta convertirse en sommelier. En 2011 creó junto a su hermana Entre Cepas, un negocio que ofrece a empresas y particulares la opción de diseñar a su gusto catas, talleres formativos y viajes. Su objetivo era desmitificar el sector del vino: “No es tan elitista como parece y sólo hace falta quitarse el miedo inicial para aprender y disfrutar de este producto”, comenta Ana Sánchez. Muchos de sus clientes son empresas que a través de catas a ciegas y vistas a bodegas quieren fomentar el trabajo en equipo y la colaboración.

Es fundamental formar un equipo de confianza, implicado y que sepa asumir distintos rolesSaber cambiar

Estas emprendedoras reconocen que “nuestra idea de negocio era ofrecer plena libertad al cliente para diseñar el servicio que buscaba: una escapada de fin de semana, una experienicia de cata y maridaje de productos… Sin embargo, nos dimos cuenta de que necesitaban partir de una propuesta que después ellos podían modificar a su gusto”. De este modo rediseñaron su página web y su modo de trabajo. Afirman que lo más complicado fue conseguir clientes: “La situación económica ha repercutido de manera muy fuerte en el sector del ocio. Para afrontarlo hemos ajustado mucho los precios –la cata media ronda los 45 euros y el fin de semana los 130 euros– y hemos ampliado nuestra oferta introduciendo otros productos con chocolate, gin tonic, agua mineral, miel o puros”.

Adiós a la venta a granel

La Finca de los Arandinos es una bodega y hotel de cuatro estrellas en Entrena (La Rioja) que actualmente produce más de sesenta mil botellas al año. Una produccción, de la que el setenta por ciento se exporta a Estados Unidos, China, Corea del Sur y a varios países de Europa. Estos resultados son el fruto del cambio de orientación de negocio que tres primos dieron a los viñedos de la familia. Roberto Guillén, uno de los socios comenta que “el proyecto supuso el paso de una actividad básicamente agrícola con el cultivo y la venta de uva, a cerrar el ciclo con la elaboración y comercialización de nuestros propios vinos”.

Para diferenciarte de la competencia necesitas centrarte en un valor añadido que cautive al clientePara la puesta en marcha del proyecto han destinado alrededor de 8 millones de euros que han ido invirtiendo en distintas fases. La primera fue la creación de la bodega en 2006 y la última ha culminado este verano con la apertura del hotel y un restaurante abierto al público. Eva Valgañón, enóloga y directora técnica de la bodega reconoce que “es un sector con mucha oferta y competencia.

Por eso es fundamental cuidar al máximo tu producto y centrarte en un valor añadido que te diferencie de los demás”. En los vinos han apostado por los crianzas y en el hotel por un cuidado diseño arquitectónico y de interiorismo además de una propuesta gastronómica para los amantes del slow food.

Pero insisten en que “para hacer realidad una iniciativa lo más importante es formar un equipo de confianza, plenamente implicado y que sepa asumir distintos roles”.

Fuente: Expansión (21/09/2012)