El sector tecnológico europeo ante el futuro Tratado de Libre Comercio UE-EEUU

La Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (Transatlantic Trade and Investment Partnership, TTIP) es un acuerdo actualmente en negociación entre la Unión Europea y los Estados Unidos. Su objetivo es la eliminación de las barreras al comercio en una amplia gama de sectores económicos para que sea más fácil de comprar y vender bienes y servicios entre la UE y los EE UU. La consecución de un acuerdo permitiría configurar la mayor área de libre comercio internacional del mundo. El comercio de bienes y servicios entre la UE y EE UU equivale al 30% del comercio mundial, aproximadamente dos billones de euros diarios.

Las negociaciones del TTIP empezaron en febrero de 2013. Los componentes del futuro tratado se están debatiendo bajo tres grandes bloques: acceso a los mercados; aspectos regulatorios y barreras no arancelarias; normas, principios y modos de cooperación.

La Comisión Europea recibió un mandato del Consejo de la Unión Europea para actuar como interlocutor en la negociación ante los EE.UU. El mandato no tiene carácter público, aunque existen supuestas versiones del mismo circulando por Internet. La Comisión Europea ha publicado documentos de posicionamiento sobre algunas de las áreas de la negociación en julio de 2013 y mayo de 2014. Hasta julio de 2014 se han celebrado seis rondas de negociación. Se espera que la negociación se cierre en el año 2015, siendo necesaria después la ratificación del acuerdo por parte del Parlamento y Consejo de la Unión Europea.

Entre los documentos de posicionamiento publicados por la Comisión Europea no se encuentra ninguno referente al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Ello no significa que estos temas no sean objeto de la negociación. La no existencia de un posicionamiento oficial probablemente se deba a que, según los expertos, no se perciben en este sector grandes barreras no arancelarias por ninguna de las dos partes negociadoras. La existencia de posiciones coincidentes de partida en algunas de las áreas del sector TIC se manifiesta en haber alcanzado ya acuerdos parciales. Estos acuerdos no son públicos aún, pero fueron anunciados en comunicado de la Comisión Europea tras la sexta ronda de negociación.

La industria tecnológica europea ha impulsado que se consoliden acuerdos en las áreas de coincidencia conocidas. Así, por ejemplo, Digital Europe señaló la viabilidad de alcanzar un acuerdo sobre e-accesibility y e-labelling, materias en las que la industria TIC de ambos lados del Atlántico mantienen posiciones similares. Los representantes de la industria europea apuestan por crear en el TTIP un capítulo dedicado a la economía digital, pero que dejará a un lado aspectos regulatorios polémicos como los relativos a la protección de datos personales. En el ya mencionado comunicado de la Comisión Europea tras la sexta ronda negociadora, se añadía a las materias del sector TIC dónde estaban produciéndose avances la encriptación y e-health.

Como se ha indicado en el párrafo anterior, la regulación sobre protección de datos personales se configura como uno de los principales escollos para acordar el TTIP. Las revelaciones sobre la vigilancia digital masiva por parte del NSA no contribuyen a un acuerdo sobre la materia. La industria de los EE UU ve imprescindible que el TTIP incluya en su alcance un libre flujo de datos, al considerar que las diferencias regulatorias en éste ámbito es una de las barreras para el desarrollo, por ejemplo, de los servicios de cloud computing. Por su parte, actores importantes en Europa, entre ellos el Parlamento Europeo, consideran que la protección de datos personales debe quedar fuera de un tratado de libre comercio al ser una materia relacionada con los derechos individuales.

Otro de los asuntos sobre la mesa de negociación que levanta opiniones encontradas entre la UE y EE UU es la inclusión y alcance de normas para la resolución de conflictos entre inversores y Estados (Investor-state dispute settlement, ISDS). ISDS es un instrumento de la legalidad internacional que permite a los inversores privados interponer recursos ante una corte internacional de arbitraje si consideran que inversiones realizadas en un Estado se ven perjudicadas por una decisión de su gobierno. Las negociaciones sobre ISDS dentro de TTIP fueron paralizadas en enero de 2014 por la Comisión Europea, que abrió una consulta pública sobre la materia. La consulta recibió un número de aportaciones mayor que la media habitual, por lo que la Comisión Europea aún está estudiando las mismas. Si las empresas tecnológicas de EE UU dispusieran del instrumento ISDS, el impacto sobre la economía digital en Europa sería impredecible. Por poner un ejemplo concreto, algunos expertos aventuran que, de estar vigentes, las normas ISDS habrían sido utilizadas por Google contra las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE en materia de protección de datos personales.

El desarrollo del Mercado Único Digital en la Unión Europea es uno de los grandes objetivos de la estrategia Europa 2020. La Agenda Digital para Europa consideraba para ello necesario el fortalecimiento del sector TIC europeo, haciéndole capaz de dar respuesta a la industria TIC de otros rivales comerciales. El TTIP introducirá una variable sobre la hoja de ruta al habilitar una competencia más directa entre las empresas tecnológicas de ambos lados del Atlántico. Es aún pronto para saber si las empresas europeas se verán beneficiadas o dañadas con esta competencia. Habremos de esperar a la conclusión de negociaciones del TTIP en año 2015 para poder hacer un primer balance de ganadores y perdedores del tratado en el ámbito de la economía digital.

El autor de este artículo es Emilio García (@egarciagarcia), funcionario del Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información.

Fuente: TicBeat (05/09/2014)