El éxito es el mejor acelerador de tu negocio

Si eres uno de los emprendedores que ha logrado triunfar en poco tiempo con su ‘start up’, gestionar bien esa buena racha es imprescindible para no morir de éxito. 

Replicar, copiar, transformar y hasta reinventar los éxitos. Todo vale para emprender y crear un nuevo negocio. Eso es lo que ha hecho Eduardo Sacristán: sacó partido a la buena marcha del sector de la cerveza artesanal creando su propia marca, Cerveza Sacristán. Una empresa que, por ahora, lleva en solitario. Hace poco más de un año, justo cuando terminó su MBA, este ingeniero agrónomo decidió emprender y aún no conoce el fracaso. Invirtió 5.000 euros en la puesta en marcha de la empresa y ya ha facturado 38.000 euros. Explica que reinvertir, vender la cerveza sólo en la provincia de Alicante y contar con el apoyo de Bardisa –tienda y distribuidora de productos gourmet– han sido las bazas que le han ayudado en su éxito: “Una etapa que hay que gestionar de forma adecuada si se quiere consolidar en el tiempo”. 

Ser capaz de manejar la fase de lanzamiento de una nueva empresa es, según Luis Moltó, responsable del programa de acompañamiento a pymes de Fundesem, el primer paso para aprender de los éxitos: “Se basa en mantener los pies en la tierra, conservar el entusiasmo pero sin perder de vista los costes fijos. A veces la buena marcha en el corto plazo, nubla la vista en el largo plazo. Por ese motivo muchas start up que han logrado situarse muy bien en el mercado no superan los tres años de vida, porque no han sido conscientes de su éxito”. 

La buena marcha inicial del negocio no sirve de nada si no planificas la evolución futura 

Para Enric Serraller, director del MBA de la UOC, “analizar a qué se ha debido ese primer triunfo empresarial e incidir en ello puede ser una de las claves para una trayectoria brillante. Puede ser debido a un crecimiento de clientes o al acceso a un nuevo mercado”. Añade que “el motivo de la muerte prematura de las empresas de nueva creación es que, logrado el éxito inicial, no han planificado la evolución, una segunda fase que les permita ser sostenibles en el tiempo”. 

Según Moltó el autoanálisis es también otra cuestión básica para la consolidación: “Conviene valorar otras opciones para seguir un buen rumbo. No hay que tener miedo a asociarse con otra firma o a desarrollar nuevos productos. Si la empresa es autosuficiente es complicado mantenerse en la cresta de la ola mucho tiempo. A menudo compartir los riesgos es una de las mejores recetas para lograr una gran compañía de éxito”.

Fuente: Expansión (14/02/2013)