El 77% de las micropymes forman a sus trabajadores

A pocas semanas de que el anteproyecto de Ley de Formación vea la luz, la Fundación Tripartita ha hecho público el balance de resultados de 2013 en materia de formación profesional para el empleo. Los datos hablan por sí solos, frente al mito de que las microempresas son las que recurren con menor frecuencia a programas formativos estatales o autonómicos, durante el pasado año fueron 369.395 las empresas de menos de diez trabajadores las que ofrecieron formación a sus trabajadores, 18.775 más que el año anterior. Es decir, un 77% sobre las 478.621 compañías que participaron en acciones formativas para sus empleados. Las cifras contrastan con el segmento de medianas y grandes empresas, con absolutos de 105.462 en las compañías de tamaño medio y 3.648 en las grandes.

A tenor de los últimos datos publicados por la Fundación Tripartita los resultados auguran una mejoría una vez finalizado el ejercicio del presente año, ya que durante el primer semestre son ya 267.386 las empresas las que han concurrido a alguna de las 8.422 iniciativas de formación activas.

El balance pone también de relieve el comportamiento anticíclico de las empresas en este ámbito. Desde el inicio de la crisis, el número de sociedades que participaron en los programas específicos para formación de ocupados crecieron un 250%. Lo que en números redondos supone cerca de 342.000 compañías más sobre las 136.789 a cierre de 2007. Y eso a pesar de la caída constante del presupuesto que se ha visto mermado en más de 500 millones de euros desde el año 2010, en que las partidas presupuestarias para estas actuaciones alcanzaron los 1.545 millones. Según explican analistas y fuentes conocedoras del estudio «las bonificaciones fiscales por participar en este tipo de programas de formación ha sido uno de los factores claves en el crecimiento del número de empresas suscritas a algún programa». De hecho las sociedades, independientemente de cuál sea su tamaño, cuentan con un crédito mínimo de 420 euros anuales para la formación de trabajadores que pueden hacer efectivo mediante la aplicación de bonificaciones de sus cuotas a la Seguridad Social.

Cae la tasa de cobertura formativa

A pesar de que la participación de las empresas ha crecido de forma constante durante la última década, la tasa de cobertura informativa ha sufrido un descenso del 1,1%, hasta colocarse en el 30% frente al 31,1% del año 2012. Una caída que según el informe de la Fundación Tripartita «se debe al incremento de empresas inscritas en la Tesorería General de la Seguridad Social -sobre cuya base se calcula la tasa de cobertura-, consecuencia del cambio normativo de 2011 que integró a los autónomos del régimen agrario en el régimen general».

Si atendemos a la clasificación por tamaño el descenso de esta tasa de cobertura formativa no ha afectado igual a todos los segmentos. Mientras que en el caso de las micro y medianas empresas la caída ha sido de nueve y cinco décimas respectivamente, las grandes sociedades mercantiles alcanzaron la tasa más altas de los últimos diez años con un 93,4% de cobertura formativa para sus trabajadores.

Por comunidades autónomas Madrid con un total de 56.990 empresas participantes en programas de formación se coloca en la primera posición en cuanto a tasa de cobertura formativa -un 36,2% y más de 690.000 participantes-. Le siguen Asturias, País Vasco y Cataluña, con cifras que de entre el 29,1 y 30,7%, que superan la media nacional. En el otro lado de la tabla los archipiélagos de Baleares y Canarias junto con las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, con tasas inferiores al 25%.

Más de 19.000 jóvenes formados

A través del Programa Específico de Jóvenes 2013, que contó en 2013 con una dotación de 41,3 millones de euros, se convocaron un total de 83 actuaciones formativas en la que participaron 19.011 jóvenes, la práctica totalidad de ellos en situación de desempleo. El 51% correspondieron a proyectos de acciones no laborales o vinculados a un certificado de profesionalidad, mientras que el 24% se integraban en acciones con compromiso de contratación. En este último caso fueron 3.678 los empleos generados a partir del programa. La cifra, consecuencia del descenso presupuestario, cae en casi 3.000 jóvenes menos con respecto a 2012 . De los menores de 30 años que se beneficiaron de alguna de las actuaciones resulta llamativo que sólo el 5,4% optase por la teleformación frente al 43,6% de los participantes mayores de 30 años que sí que optaron por este modelo.

Por otra parte, la entrada de los profesionales del transporte en las actuaciones orientadas a la obtención de la capacitación profesional ha tenido un impacto positivo en el número de trabajadores que ha finalizado un Permiso Individual de Formación (PIF), que aumentó un 60%. Frente a los 18.909 PIF finalizados en 2012, el pasado año cerró con 30.226 programas terminados.

En el análisis de la dinámica sectorial los resultados se mantienen similares a los obtenidos en el ejercicio anterior, el sector servicios (sanidad, educación, comuinaciones, etc…) fue el que más demandó formación aunque se produjeron ligeros repuntes en el sector agrícola e industrial.

 Escasas convocatorias en 2014

En 2014 el presupuesto estatal transferido a las Comunidades Autónomas para el desarrollo de iniciativas de formación profesional para trabajadores ocupados ascendió a un montante de 111.200.000 euros. Sin embargo y, aunque los plazos aún están abiertos, al análisis del mapa de convocatorias para la formación pocas son las CCAA que han puesto en marcha alguna iniciativa en este ámbito. Concretamente sólo Asturias, Navarra y Cataluña han publicado alguna convocatoria pública para formación de ocupados. También en lo relativo a la formación para jóvenes, Asturias, Cataluña y Galicia demuestran ser las más cumplidoras.

En el caso de la formación para desempleados el número de actuaciones publicadas en los Boletines Oficiales Autonómicos no es mucho más elevado, a las cuatro comunidades anteriores sólo se añaden Castilla y León, Comunidad Valenciana, Ceuta y Canarias.

No obstante, la escasez de convocatorias es algo habitual, y no es el primer año en el que no se agotan la totalidad de los fondos transferidos. Según fuentes cercanas a Hacienda, «hay remanentes de 2012 que ya se descontaron de la cantidad que correspondía transferir en las partidas de 2013, como situación de tesorería de origen».

Fuente: El Economista (24/06/2014)