Cómo encontrar el mejor socio para tu empresa

Localizar a la persona adecuada que te acompañe, tanto si el viento sopla a favor como si lo hace en contra de tu compañía es la mejor garantía para una gran travesía empresarial que te lleve a buen puerto. 

Como sucede con los amigos, quien tiene un buen socio tiene un tesoro. Por este motivo, en la búsqueda del más adecuado conviene no dejarse arrastrar por la pasión y el entusiasmo inicial que supone la puesta en marcha de un negocio. Conocer a fondo su escala de valores, si realmente su aportación complementa la empresa y su opinión merece respeto son algunas de las pistas para descubrir al socio idóneo para sacar tu empresa adelante y mantenerla a flote. No trates de buscar una persona afín, con la que compartas gustos y opiniones. De poco te servirá cuando os enfrentéis a un problema y compartáis, además, el mismo punto de vista. Eso puede hacer fracasar la relación. 

Francisco Monteverde, CEO de Códice Software, señala dos factores que pueden fortalecer y dividir una buena alianza entre dos socios: «Su capacidad financiera y el conocimiento del negocio. Si se dan las dos variables el tándem es perfecto. Sin embargo, en el caso de un socio capitalista que desconoce el sector, lo adecuado es que se establezcan las bases de la relación desde los inicios. Una opción es dejarle al margen de la marcha diaria del negocio e informarle de la evolución en el consejo. El financiero no participa en la selección y gestión del personal, pero recibe una parte de los beneficios según lo invertido». Este perfil se aleja de lo que Monteverde considera el compañero de viaje ideal: «Que conozca el negocio y tenga una capacidad de trabajo equivalente». 

Para Javier Arcos, responsable de la preincubadora de empresas del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid, «el mejor socio es el que no se tiene, el que no es necesario». Por esta razón asegura que es clave valorar si realmente es imprescindible para conseguir los objetivos del negocio. «Que comparta las mismas expectativas, se implique a partes iguales y que la relación se base en la confianza es fundamental. Cuidado con la falta de ética que, en el caso de patentes, puede dar al traste con el futuro de la compañía». 

En cualquier caso, firmar un acuerdo que siente las bases legales de la relación y contemple la disolución de la sociedad es imprescindible, más aún si se trata de una empresa familiar. 

Monteverde advierte que «el plano personal debe quedar siempre al margen. Puede suponer un lastre para el futuro de la empresa. Una buena relación ajena al negocio es un espejismo inicial que, en ocasiones, se puede volver en contra». 

Arcos conoce varios casos de relaciones personales que han sido el principio y el fin de muchas sociedades empresariales: «Se puede convertir en un arma de doble filo. A menudo lo mejor para acertar con un socio es llevar a cabo un proceso de selección similar al que se utiliza para contratar un profesional». Sin embargo, Javier Roa, socio de Demede, no tiene tan claro que este proceso garantice el éxito de la relación. «Lo más eficaz es detectar las habilidades y que cada cual se centre en aquello que mejor hace. Eso es lo más productivo, aunque a veces no tenga nada que ver con lo que realmente te gustaría hacer», concluye. 

Guía para los emprendedores novatos

Una sociedad empresarial es como un matrimonio: las discusiones son inevitables, pero pueden merecer la pena si se persigue un objetivo común. En el caso de los negocios rentabilizar la inversión y, con el tiempo, crecer. Otros consejos también te pueden ayudar: 

1 Tres son multitud. El número ideal es dos. Si hay demasiadas personas implicadas en la toma de decisiones, se puede frenar el desarrollo de la empresa. 

2 Siempre alerta. Potenciar tu ‘networking’ te permitirá descubrir candidatos muy válidos que enriquecerán tu sociedad. 

3 Deja a un lado las emociones. Analiza de forma objetiva si esa persona es válida. Conócela antes de firmar un acuerdo. 

4 Establece las expectativas desde el principio: qué derechos y deberes tiene cada uno con la compañía, y sella las condiciones en un contrato sin fisuras. 

5 El fracaso no existe. Si la sociedad se rompe no desesperes. Identifica cuál es la causa que ha provocado la ruptura y busca un nuevo socio que realmente te ayude a sacar adelante tu negocio.

Fuente: Expansión (07/11/2012)