Comerciantes de Salobreña activarán un plan para atraer a los clientes extranjeros

Instalarán carteles en varios idiomas y editarán un manual para, al menos, chapurrear el inglés y no perder clientela.

Dentro de poco a ningún comerciante de Salobreña se le resistirá el soltar un ‘jelou’ o un ‘cenquiu’ con la misma naturalidad con que ahora dicen ‘hola’ o ‘gracias’. La idea es que, aunque no se conviertan en bilingües de la noche a la mañana, todos aprendan a defenderse mínimamente en la lengua de Shakespeare. La propuesta surge de los mismos que se han empeñado en levantar la economía local con proyectos como ‘Salobreña Ciudad Gastronómica’ y otros tantos que tienen entre manos.

El que plantean ahora se llama ‘Salobreña, comercio bilingüe’ aunque las pretensiones son menores que hablar el inglés con la misma fluidez que el salobreñero. Ante todo, son realistas.

De hecho los empresarios locales tienen los pies tan en el suelo que reconocen «la mala situación del comercio salobreñero, la dejadez, mala gestión y falta de iniciativas de los responsables políticos de la Villa, la necesidad de mejorar los servicios que prestan los comerciantes y de la recuperación y creación de un mayor número de comercios que restablezcan el flujo comercial del municipio».

La proyección exterior de Salobreña, la posibilidad de recuperar los visitantes que han dejado de acudir al pueblo (muchos de ellos con segunda residencia en la Villa), y la necesidad de captar nuevos nichos de mercado, son el objetivo primordial de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de la Playa de Salobreña (ACEPS) y la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Salobreña (ACESA), que están dispuestas a tomar medidas conjuntas necesarias para conseguirlo.

Ambas asociaciones son las que pondrán en marcha el proyecto de mejorar las relaciones con los extranjeros, pues según cuenta, Modesto Sánchez, presidente de los empresarios de la playa, muchos de estos clientes se marchan a otros lugares, como Nerja, a comprar porque allí hay negocios «donde les entienden». Así, los salobreñeros sienten que no pueden dejar escapar estos potenciales consumidores por no lanzarse a hablar inglés.

«Nosotros somos conscientes de que aprender inglés es un proceso lento, de hecho hay cursos de idiomas para comerciantes que no logran este objetivo, así que hemos pensado tomar otras medidas», apunta Modesto Sánchez que indica que lo primero será llamar la atención de los clientes que no sean hispanohablantes con reclamos que les atraigan.

Por ejemplo, cuenta el presidente de los comerciantes de la playa que en los escaparates que aparezcan precios de productos en euros, también se mostrarán en libras, y que fuera del negocio se instalarán banderas de otros países y se rotulará en inglés y dentro algunas etiquetas de los productos estarán en otras lenguas además de en español.

A los comerciantes, en vez de exigirles que aprendan inglés, se les facilitará la vida con un sencillo manual que editarán en el que vendrán palabras para defenderse, y estas aparecerán en fonemas para aprender a pronunciarlas. «Tenemos que soltarnos y que no nos dé vergüenza al igual que los extranjeros que intentan hablar el español sin cortarse», dice Sánchez.

Fuente: Ideal (22/01/2011)