Mercados exóticos en los que triunfan los productos españoles

El Icex hacía públicos hace unas semanas los resultados de las exportaciones españolas durante los once primeros meses de 2014, los cuales revelaban un repunte de las ventas al extranjero. Concretamente, España experimentó un aumento del ritmo de crecimiento de las exportaciones de mercancías del 2,2% interanual, lo que supuso más de 220.000 millones de euros y un nuevo máximo en la serie histórica. 

Este crecimiento llama más aún la atención si lo comparamos con el que han vivido otro países vecinos, un hecho que destaca la buena salud de la que goza el producto nacional fuera de nuestras fronteras. En este sentido, es importante saber que nuestro aumento de las exportaciones superó al de los franceses, que descendió en un 0,8%; al de Reino Unido, que llegó casi a los 12 puntos porcentuales negativos; al incremento del 1,4% de la zona euro y al escaso 1% de la Unión Europea. Estos indicadores son claros: el producto made in Spain ha hecho algo más que subirse al carro común de las exportaciones, ha consolidado su marca y cuenta ya con nombre propio en el mercado internacional.

Tomando como referencia los continentes, es interesante ver cómo Asia se ha colocado justo por detrás de la zona euro, la Unión y el resto de países europeos -el 69,6% de las exportaciones se dirige a estas tres regiones-, acaparando un 8,9 del total vendido en el extranjero por España. Por detrás se encuentra África, con un 7%; seguido por América del Sur con un 6,4% y América del Norte con un 4,2%.

Por países, los primeros puestos de la lista de principales receptores los ocupan nuestros socios franceses, alemanes, portugueses, italianos y británicos. Además, estos, junto a EEUU, Países Bajos y Bélgica, constituyen casi el 60% del total de las exportaciones que hicimos de enero a noviembre de 2014.

Sin embargo, en el ‘ranking’ de los primeros 24 países de la exportación española se han colado otros no tan habituales, sobre todo en lo que respecta a la variación entre las importaciones de 2013 y 2014. Asimismo, el Icex da cuenta de otros que, fuera de clasificaciones y récords, prometen ser buenos anfitriones para determinados productos nacionales.

Crecimiento en Corea

El dato más remarcable lo dio Corea del Sur, país que compró a España un 110,5% más que el año anterior. Probablemente, parte de la culpa de esto la tenga la creación, en 2013, de la Cámara de Comercio-España Corea, la cual ha mejorado exponencialmente nuestras relaciones con el socio asiático. En concreto, los sectores más favorecidos han sido el agroalimentario, las bebidas, los bienes de consumo y materias primas, los productos industriales y los bienes de equipo.

Y sin movernos de Asia, probablemente muchos bodegueros españoles todavía no se hayan enterado de que nuestro mercado vinícola funciona muy bien en Japón. Y es que el consumidor nipón prefiere ahora tomar vinos medios, segmento que España lidera, a lo cual ha contribuido la proliferación de locales de restauración españoles, como indica el Icex. Así, para este tipo de vinos, las estadísticas de 2013 -a falta de conocer las de 2014- nos dejaron, para importaciones de embotellados y a granel, un aumento del 23,9 y del 33%, respectivamente. En conjunto, un significativo repunte, al totalizar un valor de 800 millones de euros, un 24,2% más que durante el año anterior.

Alejándonos un poco de los grandes centros económicos del continente, en el sudeste asiático se encuentra Camboya, cliente del sector automovilístico con muy buena proyección. Así, y aunque el nuestro no se posiciona todavía como uno de los principales países exportadores de coches allí, en 2014 España logró sumar 254 millones de euros. Además, según datos del Icex, las ventas generales a este país se reactivaron el año pasado, crecimiento que se tradujo en una facturación de casi 42 millones de euros.

Y más al oeste, los seis países que forman el Consejo de Cooperación de los Países Árabes del Golfo Pérsico -GCC-, junto a Arabia Saudí y Bahréin, confirmaron el pasado mes de enero sus intenciones de conectar estos territorios por tren. Así, la primera edición de la GCC Rail and Metro Conference 2015 concluyó con el cierre de las políticas y regulaciones sobre las que se llevará a cabo el proyecto. Estos acuerdos sólo pueden significar buenas noticias para el sector ferroviario español, cuyas exportaciones supusieron, de enero a noviembre, una facturación de 640 millones de euros, 24 de ellos sólo en la península arábiga, lo cual significa un 53% más que en 2013.

Ya más cerca, el crecimiento que están viviendo algunos países africanos repercute directamente en las posibilidades que tienen las empresas españolas de comercializar allí sus productos. Un claro ejemplo es Argelia, que durante los primeros once meses de 2014 importó materiales de construcción -cemento, madera y hierro- por valor de 2.628 millones de euros. En la actualidad, España es el segundo proveedor de cemento de Argelia, por detrás de Francia, lo cual se traduce en 1,56 millones de toneladas por valor de 66,2 millones de euros.

Dónde ser el primero: Islas Salomón

Quizá a muy pocos les suene este país de Oceanía, antigua colonia británica y con capital en Honiara, cuyo nuevo gobierno pretende abrirse a los mercados extranjeros para promocionar el turismo, la pesca y la agricultura. O al menos así lo confesó su primer ministro, Manasseh Sogavare, en una rueda de prensa concedida en diciembre a una radio neozelandesa, cuando expresó sus planes de convertir el sistema de gestión de las Islas Salomón en un modelo de desarrollo sostenible que les permita la independencia económica.

De momento, las relaciones de España con el archipiélago son poco significativas, y nuestras exportaciones allí sólo supusieron 200.000 euros durante el año 2014, frente a los más de 6,2 millones de las importaciones. Asimismo, es importante destacar que todavía no existe ninguna inversión española en las Salomón, pero, ¿qué hay mejor que llegar a un mercado libre de competencia para poder establecerse cómodamente?

El planeta está lleno de mercados diferentes, consumidores con gustos variopintos y oportunidades escondidas por todos los rincones. La clave está en conocer la propia empresa, para establecer así un plan de negocio seguro, sin más incertidumbres que las estrictamente necesarias. Aunque no existen herramientas que garanticen el éxito, sí que puede servir de ayuda estudiar bien cada momento, para no desperdiciar la ocasión de hacernos un hueco en el inhóspito e inmenso, pero excepcional, mundo de los mercados extranjeros.

Fuente: El Economista (09/02/2015)