Voy a convertir mi ‘hobby’ en un empleo rentable
Si soy un experto en lo que me gusta puedo crear un negocio con mis aficiones.
En cuestión de empleo no está la cosa para demasiadas alegrías. Muchos se darían con un canto en los dientes con tal de tener trabajo, así que escoger el que más nos gusta es ya un lujo al alcance de pocos.
Algunos afortunados tienen trabajos de ensueño con los que se ganan (y muy bien) la vida. Hay probadores de videojuegos, de golosinas y hasta de atracciones de parques temáticos. Algunos casos son espectaculares, como el de Ben Southall, que fue seleccionado entre 35.000 aspirantes de los cinco continentes para convertirse en vigilante de Hamilton Island, un archipiélago idílico de la Gran Barrera de Coral australiana. O el de Roisin Madigan, una británica de 22 años que gana 1.000 libras al mes por probar camas de diseño fabricadas para la firma Simon Horn Ltd.
Hay quien, sin tanta fortuna, muestra mucha tenacidad, y consigue hacer de una afición un negocio rentable. Julie Aigner-Clark comenzó produciendo vídeos sobre arte y música casera para educar a sus hijos y terminó creando Baby Einstein Company, una empresa que, cinco años después de su creación, generaba unos ingresos de 20 millones de dólares anuales, y que en noviembre de 2001 pasó a formar parte de The Walt Disney Company.
1. La sola pasión no convierte a nadie en magnate. Conviene tener un plan de negocio. También es bueno calcular los objetivos a uno, dos y cinco años vista, estimando los costes y la forma de financiar el supuesto negocio. Hay que buscar consejo, y no está de más formarse acerca de determinadas cuestiones como impuestos, aspectos legales y fiscales, etcétera.
2. El hobby es un factor favorable que genera compromiso, pero estos proyectos tienen además un aspecto empresarial que resulta básico. Si ese hobby coincide con una necesidad clara, esa pasión puede ser muy valiosa.
3. El proyecto en el que se fija el capital riesgo ha de tener un gran potencial de crecimiento, tanto en España como fuera de nuestras fronteras; debe estar en condiciones de competir en un mercado grande, y en tres o cinco años, debería multiplicarse por diez.
4. Si su idea es tan buena como para tentar a un inversor, debe saber que para el capital riesgo el ingrediente número uno es el emprendedor. Es el principal factor que lleva a apoyar un proyecto. Lo ideal es que se trate de un empresario con potencial. Es mucho mejor encontrar esto que una idea perfecta.
5. Ayuda bastante que el emprendedor tenga un magnetismo especial, que siempre es necesario para atraer recursos financieros, inversores ángel, consejeros o gente valiosa.
Si usted y su hobby con perspectiva de negocio se inician en la aventura empresarial tendrá que tener en cuenta que los emprendedores de estas características deben ser capaces de generar la mejor dinámica de equipo. Esto tiene que ver con la capacidad para saber formar un buen grupo y para buscar personas que sean complementarias. Al final, no sólo se valora la idea de un individuo, sino también el equipo que apoya en distintos aspectos a la compañía que se quiere montar.
Fuente: Expansión (05/07/2011)