Un negocio que es ‘La Polla’ Tres jóvenes -dos de Jaén y uno de Granada- utilizan el famoso término como base para vender camisetas y, en el futuro, otros artículos

Todo empieza en una cafetería, como todas las buenas ideas. Allí estaban David Martínez, Carlos Quesada y Raúl Gómez, compañeros en una escuela de diseño gráfico, buscando la manera de «crear algo real» para un proyecto de tienda virtual que les habían mandado en clase. «Decidimos que teníamos una edad como para hacer algo viable», cuenta Carlos. Y entre café y café, había una palabra que no dejaban de repetir: «¿Qué pollas vendemos? ¿Qué pollas hacemos? Nos dimos cuenta de que se decía mucho». 

De ese punto de partida, estos tres jóvenes concluyeron que «la gente de aquí, cuando se va fuera, remarca mucho más esa palabra, son como nuestros orígenes y raíces. En Granada o Jaén puede parecer a veces chabacano, pero te vas fuera, y hasta el más pijo dice: ‘Este cubata pa’ mi polla'». Cuenta Carlos que «pensamos que a eso había que sacarle provecho de alguna manera, así que llegó el reto de transformar esto en algo que produzca risa y sea simpático. Así surgió el personajillo de La Polla -que ellos mismos diseñaron- y las frases típicas». 

De hecho, la oración del cubata se convirtió en el logo de su primer producto: «Pensamos en pósters y mil cosas, pero nos decidimos por las camisetas como la primera opción porque podía ser la más atractiva». Y así, el pasado mes de junio, comenzaron el proceso para fabricar las camisetas, en pleno verano, en Granada. Por supuesto, no iba a ser fácil: «De primeras, cuando pides un presupuesto para 300 pegatinas de una polla, ni te responden», cuenta entre risas Carlos. 

¿Cuál es el público potencial al que se dirigen? Responden estos emprendedores: «Pensamos en cualquiera de aquí, o en un Erasmus que haya pasado por aquí y sepa lo que esto significa. Queremos que esto sea algo representativo de Granada, no una prenda que te pones una vez y no la vuelves a usar, que tenga calidad». Eso se puede observar fácilmente en el tejido y la atención a los detalles: las etiquetas en las mangas, el ‘packaging’ en el que viene (un envase como el del pollo asado), la postal con logo de polla que difunde este ‘léxico’ y que va incluida dentro, y hasta las instrucciones para lavar la camiseta (ni una ‘mijitilla’ de lejía). Cada frase, incluidas ‘Puntas de Pollas’ o ‘Pollas en Vinagre’, viene además con su correspondiente traducción al inglés. ‘La Polla’, internacional. 

Y la pregunta importante: ¿Esto realmente funciona? «Se vende bien, mejor de lo que habíamos pensado. Creíamos que solo tendríamos camisetas de pijamas para toda la vida». El crecimiento solo lo pueden conseguir a través de las redes sociales: «Este es un tema muy viral, así es como se multiplica, Internet te abre una puerta enorme. Esto llama mucho la atención», recalcan, al tiempo que destacan que «no queremos que el negocio sea solo de camisetas, sino que la gente nos diga qué otras cosas quieren y con qué diseños». 

De cara al futuro, preparan para el próximo jueves una ‘Fiesta de la Polla’ en el Pub Tantra con la que seguir dando a conocer sus productos. Y es que ‘La Polla’ se está convirtiendo en todo un éxito. De hecho, el año pasado, Andrés Cárdenas ya estuvo en Nueva York «para hablar de las pollas» y de su libro, que versaba sobre el asunto. El próximo mes de mayo, Cárdenas volverá a la Gran Manzana con motivo de las II Jornadas de la Malafollá Granaína. Así que ahí están, exportando ‘pollas’ y ‘malafollá’. Quién iba a decir que escondían un gran negocio.

Fuente: Ideal (18/02/2013)