Trópolis abre sus puertas para convertirse en un referente turístico del sector de las cuevas

El complejo Tropolis ha completado el equipamiento museístico de siete de sus salas. El complejo da un paso más hacia la consecución de su objetivo de convertirse en un museo taller en el que dar a conocer al visitante el patrimonio etnográfico de la comarca de Guadix. 

Desde el pasado viernes el museo celebra jornadas de puertas abiertas durante todo el fin de semana para darse a conocer entre los vecinos de la zona y que estos se conviertan en los principales valedores de este esfuerzo de la localidad de Valle del Zalabí, que sean los embajadores.

La musealización del complejo se ha realizado a través de la empresa Tannhauser Estudio, y según uno de sus responsables, Antonio Fernández Torres, el hilo conductor de la visita a este museo interactivo es la propia tierra. «Lo que hacemos es que la tierra toma la palabra y nos va contando lo que podemos ir viendo a lo largo de la comarca y esto marca todo el recorrido por el museo-taller», aseguró el diseñador. Para el equipo de Tannhauser dotar de contenido el espacio de Tropolis ha sido todo un reto, partiendo de un espacio en el interior de la tierra que les impresionó desde el primer momento. «Tiene cierta complejidad por el recinto, por la cueva en sí, pero la verdad es que es un espacio increíble, que ya vacío era sobrecogedor», explicó.

Las salas que han quedado equipadas están dedicadas al vino, la artesanía y el pan. Entre los espacios dedicados al pan del Zalabí, calificado por el propio museo como «el mejor pan del mundo», destaca la ‘cátedra del panadero’, donde se rinde homenaje a los panaderos que a lo largo de las últimas décadas han dado fama con su trabajo al famoso pan de Alcudia y Exfiliana.

Precisamente, en esta sala es donde los usuarios podrán vivir la experiencia de amasar y cocer su propio pan, como ejemplo de museo interactivo. En este impresionante espacio, los más modernos elementos interactivos se mezclan con los utensilios de la tradición agraria y panadera del trigo y del pan con los que el museo pretende enseñar el valor de este alimento básico cotidiano que ha permitido la evolución del hombre, provocando revoluciones y movimientos demográficos.

Para el alcalde de la localidad, Manuel Aranda, el Valle del Zalabí «’el pueblo del pan’ es una zona donde este alimento se transforma en una obra artesana con propiedades únicas».

 

Fuente: Ideal (08/07/2013)