Tienes una buena idea de negocio, ¿hay que patentarla? La legislación imposibilita la patente de las ideas de negocio, pero existen alternativas.

Patentar o no una idea de negocio. Esta es una cuestión que suele surgir a menudo a los emprendedores. ¿Es posible patentar una idea? Lo cierto es que no lo es realmente.

Así lo establece la legislación española sobre las patentes. La ley, tal y como recogen en Crear mi Empresa, indica que son patentables las ideas que sean nuevas, que impliquen una actividad inventiva y que sean susceptibles de aplicación industrial.

Sin embargo, la legislación considera que no son patentables ni los descubrimientos, ni las teorías científicas ni los métodos matemáticos. Tampoco lo son las obras literarias, artísticas o cualquier otra creación estética, así como las obras científicas. Ni los planes, reglas y métodos para el ejercicio de actividades intelectuales o los programas de ordenadores son patentables.

Esto significa que una idea como tal no se puede patentar, pero su aplicación industrial sí podría patentarse.

En este sentido, se podría patentar un diseño industrial o se podría proteger la marca que se creara para comercializar dicho diseño.

Acuerdo de confidencialidad

Una de las alternativas que existen para proteger una idea de negocio y evitar que otros copien la idea es recurrir a los acuerdos de confidencialidad. De esta manera, cada vez que se tenga que compartir la idea de negocio con terceras personas se haría que estas firmaran un acuerdo de confidencialidad, esto es, un documento en el que se comprometerían a no revelar la información que se ha compartido sobre esa idea con terceras personas.

Los expertos recuerdan que un acuerdo de confidencialidad requiere de una estructura específica. En él se tendrá que indicar de quién es la propiedad de la información, qué alcance tiene esto y la duración del acuerdo, entre otras cuestiones. Es importante que a la hora de redactar un acuerdo de confidencialidad se recurra a un abogado que sea el que redacte el documento de forma que este proteja al usuario en el caso de que la otra persona no respete las cláusulas que se establecen en él.

Cuando uno tiene una idea de negocio es importante que intente proteger con los mecanismos a su alcance la idea que ha tenido evitando que otros puedan sacarle provecho.

Fuente: Cinco Días