Por qué estarías dispuesto a trabajar cada vez más horas

Algunos estudios concluyen que los españoles están dispuestos a trabajar más horas. Sin embargo, hay compañías que tienden a ofrecer el tiempo como recompensa, por encima del sueldo o los ascensos.

¿Prefieres el tiempo libre a una promoción o incluso a ganar más? Cada vez más empresas dan por sentado que la respuesta a esta pregunta es «sí». Por eso han empezado a proliferar en muchas organizaciones teorías (o iniciativas reales puestas en práctica) que hablan de autogestión del tiempo y de las vacaciones, de eliminar el presentismo y sus nefastas consecuencias, y hasta de cuestionar la necesidad de acudir al lugar de trabajo para trabajar.

Sin embargo, un reciente estudio incluido en el último informeRandstad Employer Branding, concluye que 8,6 millones de empleados españoles (un 48%) estarían dispuestos a aumentar su jornada laboral.

Otro estudio de Adecco sostiene que un 12,2% de los ocupados españoles desea emplearse más horas de las que tiene su jornada. Pero en este caso se presenta un obstáculo a sus deseos: no encuentran dónde hacerlo.

La recompensa del tiempo

Todo esto coincide con el hecho de que las organizaciones exigen cada vez más una disponibilidad de 24 horas a sus empleados. Las iniciativas que apuntan a la flexibilidad total y a la posibilidad de gestionar el tiempo y el lugar de trabajo no casan demasiado con la realidad de que las compañías interfieren cada vez más en nuestra esfera privada.

Los estudios que hablan de una disposición de los empleados a trabajar más horas se deben contrastar con la tendencia a que los profesionales aprecien cada vez más su propio tiempo. La retribución y el estatus no parecen importar tanto.

En este cambio de paradigma son conocidas iniciativas como la de Richard Branson, el emprendedor fundador de Virgin, que invita a sus empleados a cogerse todas las vacaciones que quieran sin tener que pedir permiso. Así reconoce que es posible trabajar desde cualquier sitio y que es necesario confiar en la profesionalidad del propio equipo.

También General Electric ha ofrecido vacaciones ilimitadas a unos 30.000 empleados (más del 40% de la plantilla) en Estados Unidos. Además, compañías como Adobe Systems brindan años sabáticos por cada lustro de permanencia en la empresa, y Boston Consulting Group otorga a los profesionales que llevan en la consultora a partir de cinco años un periodo de ocho semanas «para reflexionar y rejuvenecerse».

Lo que parece claro es que este tipo de iniciativas sólo funcionan con gente exigente y flexible, y sólo se dan en organizaciones en las que no existe cultura de presentismo. Requieren además mucha madurez en la compañía y en sus profesionales.

Según el estudio de Randstad, los que están dispuestos a trabajar más horas a la semana lo harían por incrementar sus ingresos; para conseguir una promoción; para completar su desarrollo personal, o para tener más influencia en el trabajo. Las mujeres ampliarían su jornada laboral para mejorar su salario, mientras que los hombres lo harían por promocionar o por tener mayor influencia en el entorno laboral

Las razones por las que los ocupados ampliarían su jornada también cambian en función de la edad. Así, los empleados más jóvenes están motivados para trabajar más por promocionar, por desarrollarse personalmente o por aumentar su influencia; mientras que los de mayor edad consideran el aumento de ingresos como el factor más destacado.

Del 8% de empleados que afirma que trabajaría menos horas de las actuales, el 69% asegura que la principal razón que les lleva a tomar esta decisión es disponer de mayor tiempo libre. Un 65% cree que de esta manera conciliaría mejor la vida personal y la vida laboral. El 47% querría reducir su jornada para dedicárselo a sus hijos, y el 37% para disponer de más tiempo para sus aficiones.

Las conclusiones del estudio de Randstad muestran asimismo que, a mayor edad, mayor es el grado de satisfacción laboral. Los más insatisfechos son los menores de 25 años. Un 62% de este segmento no está de acuerdo con su horario actual. Les siguen en insatisfacción los ocupados de entre 25 y 44 (57%) y los mayores de 45 años (55%).

En cuestión de satisfacción laboral, el grado de ésta depende del nivel de los conocimientos de los ocupados. Así, a mayor formación, menor es el grado de satisfacción con la jornada laboral. El 55% de los profesionales con estudios primarios está descontento con su jornada, un porcentaje que se sitúa en el 56% para los trabajadores con estudios secundarios y en el 57% para aquellos que cuentan con formación académica elevada.

La aspiración del trabajo

La investigación de Randstad analiza también cómo perciben el teletrabajo los profesionales españoles. Así, el 24% de los ocupados (4,3 millones) prefiere acudir diariamente a su puesto, mientras que el 74% de los encuestados prefiere teletrabajar. El 45% de los ocupados en España prefiere hacerlo ocasionalmente; al 18% le gustaría que fuese un número fijo de días semanales; y el 11% querría teletrabajar todos los días. Esto se da a pesar de que algunos estudios internacionales no se muestran demasiado optimistas con las posibilidades reales del teletrabajo, sobre todo en términos de reconocimiento, promoción y recompensa por parte de sus jefes o de sus compañías: una conocida investigación de Korn Ferry realizada en 71 países afirma que seis de cada diez ejecutivos opinan que el empleo desde casa ralentiza la carrera. La dificultad para contactar con personas que en la oficina sería sencillo abordar para solucionar asuntos de forma casi inmediata implica un aislamiento y una pérdida de networking que se traduce en una desventaja.

Y según la Society for Human Resources Management, aunque los profesionales que trabajan desde casa son un 13% más productivos que los que desempeñan sus tareas en la oficina, tienen la mitad de posibilidades de promocionar en su empresa.

La cultura presentista va en contra de las aspiraciones profesionales de una nueva generación de empleados hiperconectados, decididos a terminar con el concepto tradicional de que, para trabajar, es necesario estar en la oficina, porque la profesionalidad ya no se puede seguir midiendo por el tiempo que pasamos en nuestro puesto, sino por los objetivos reales que conseguimos.

Fuente: Expansión (19/07/2016)