‘Merchandising’ cofrade, un negocio que no conoce la crisis

El mundo de las cofradías vende. Y mucho. En tiempos de zozobra económica, apostar por un modelo de negocio que tenga como fin estampar la imagen del Cristo o Virgen de la hermandad de turno sobre cualquier objeto imaginable es apostar a caballo ganador.

De ello pueden dar ejemplo decenas de pequeños establecimientos diseminados por el callejero de la ciudad. Caso, por ejemplo, de ‘Al siglo sevillano’, toda una institución para los cofrades, y que regenta un local de sabores clásicos desde 1883 en la calle Álvarez Quintero.

Tres siglos han visto pasar las paredes de este comercio consagrado a la confección de túnicas de nazarenos, la venta deaccesorios para nazarenos –escudos, cordones, hebillas para los zapatos, calzado específico, etc- o los costaleros –costales y fajas, sobre todo-. En su catálogo también se ofrecen otros productos más profanos, tales como la creación de banderas y estandartes.

Francos, Chapineros o Alcaicería son otras de las vías donde se concentra el grueso de comercios especializados en materia cofrade. Tiendas donde, aparte de vestirse para realizar su estación de penitencia, el cliente puede adquirir una talla de un crucificado o una virgen para convertirse en casa en una suerte de Pepe Garduño, vestidor de la Esperanza Macarena.

Establecimientos como los descritos permanecen fieles a un arquetipo que parece clavado en el siglo XIX. Aparte de por su catálogo, por su fisonomía.

Lo clásico al poder

La auténtica evolución del ‘merchandising’ cofrade se puede comprobar a pie de besamanos o besapié, que es cuando las hermandades despliegan enormes mesas petitorias en las que se vende lo inimaginable, aunque siempre con el escudo de la corporación o el rostro del Cristo o la Virgen correspondiente.

No sólo de estampas, llaveros, medallas, pines y pisacorbatas ya en desuso viven las hermandades. A eso hay que unir el DVD con la salida procesional del último año –o de hace un lustro, según la inclemencia del tiempo con la cofradía-, el boletín o el anuario –producto al alza- corporativo así como los caramelos con el escudo de la hermandad, una auténtica revolución auspiciada hace pocos años por tres periodistas locales –José Antonio Rodríguez, Fernando García Haldón y José Santos- quienes lanzaron hace tres años la firma ‘Nazareno dame un caramelo’, que surte a cada cofradía de la tradicional golosina solicitada por los más pequeños a los nazarenos con la heráldica de la corporación. Una ingeniosa idea que ya facturado más de 15.000 kilos del goloso producto para toda España.

Y del caramelo, al chupete o la ropa para el bebé –cuna, baberos, bodies, etc.- en la que aparezca sobreimpreso la leyenda «Soy de…» y a continuación el nombre de la hermandad de sus ancestros. Todo un modo de fidelizar a las futuras generaciones de cofrades y que gana adeptos entre los padres más cofrades.

La venta de artículos cofrades no decae en tiempo de crisis. Incluso el gran almacén por excelencia ha abierto un corner específico para atender al mercado capillitas. En la tercera planta de su centro de la plaza del Duque, El Corte Inglés ha habilitado ‘El Rincón del Nazareno’, un espacio en el que el cliente puede realizarse su túnica a medida, comprar su cíngulo o faja de esparto y su capirote mientras se deleita viendo las últimas novedades del mercado audiovisual ‘morado’. La Semana Santa convertida en mercancía. Ya saben: A Dios lo que es que Dios, al César lo que es del César.

Fuente: El Mundo (28/03/2013)