Los amigos como soporte de emprendimiento Dicen que los amigos son la familia que uno elige, aquellas personas de las que nos gusta rodearnos porque aportan valor a nuestra vida. Los amigos de verdad están ahí en los momentos importantes, y decidirte a emprender y poner en marcha tu propio negocio es uno de ellos.

Lanzarse a crear tu propia empresa no es tarea fácil. Hay muchas variables a tener en cuenta, mucho tiempo que dedicar, mucho que aprender, muchas incertidumbres que afrontar… Para arrancar hace falta dinero, una prospección del mercado y de las necesidades reales a cubrir con el producto o servicio, un equipo de personas adecuado para desarrollarlo, y muchas, muchas horas de esfuerzo hasta conseguir ponerlo en marcha. Emprender es, en sí mismo, un reto, y es importante sentirse acompañado, tener una red de apoyo alrededor que te ayude a sobrellevar las dificultades que van surgiendo. En esa red, los amigos ocupan un lugar esencial, y además de su soporte emocional, sus opiniones y consejos son muy valiosos.

Pueden ser amistades de trayectoria profesional, con experiencia previa en el ecosistema de emprendimiento, que aportan una visión enriquecedora basada en sus propios aprendizajes. Pueden ser amigos de toda la vida que te conocen bien y tienen la confianza de decirte abiertamente lo que piensan acerca de tu proyecto, con respeto y ánimo constructivo. O pueden ser incluso compañeros de viaje y parte integrante del equipo fundador, que se lanzan conjuntamente a dar forma a ese desafío.

Una mezcla de los dos últimos define el germen de AUARA, la empresa social que crearon Antonio Espinosa de los Monteros y Pablo Urbano, junto a Luis de Sande. Ambos se conocían desde el colegio y se convirtieron en socios para poner en marcha esta marca de agua mineral, cuyos dividendos se dedican íntegramente a financiar proyectos sociales para facilitar el acceso a agua potable a poblaciones de países en vía de desarrollo que carecen de ella.

Antonio, CEO y cofundador de la compañía, destaca este consejo que recibió en sus inicios: “Un buen amigo me dijo que cuando pudiera haber conflictos entre la amistad y la empresa siempre priorizara la amistad, ya que una amistad sana y sólida, con sinceridad, siempre iba a ser capaz de encontrar la forma de solucionar los problemas empresariales. Y creo que nos lo hemos intentado aplicar siempre, no solo yo, sino todos los buenos amigos que hemos formado este proyecto”.

Family, Friends and Fools

Los amigos, junto con los familiares, suelen ser un elemento importante a la hora de conseguir la primera financiación necesaria para materializar el proyecto. De hecho, la primera inversión que reciben muchas startups suele denominarse ‘Family, Friends and Fools’ (FFF). Son amigos que creen en ti y te apoyan con parte de sus ahorros para ayudarte a hacer realidad tu sueño. Esta forma de financiación está presente en prácticamente todas las startups, como es el caso de APlanet, especializada en tecnología aplicada a la gestión de la sostenibilidad para las organizaciones, o en Natuka, startup de alimentación animal basada en una dieta de productos frescos y naturales creada por dos amigos amantes de las mascotas.

“Más allá de esta confianza y ayuda económica, el soporte que te dan los amigos en los momentos duros te permiten centrarte en seguir emprendiendo. Un amigo de confianza está ahí no para decirte lo que tienes que hacer, sino para dejarte hacer y  apoyarte en lo que necesitas”, afirma José Ángel Rosell, CEO y cofundador de Natuka.

Por su parte, Johanna Gallo, CEO y cofundadora de APlanet, destaca estos dos consejos que le dieron sendos amigos: “El primero, que nos esforzáramos en crear una cultura de empresa y de transmitir nuestra visión desde el minuto 1. Esto aplica a la forma en que se contrata y se crea el equipo, a la comunicación interna, etc., y tiene una enorme repercusión en los resultados. El segundo, que entre tantas horas de esfuerzo y de darlo todo, cuidáramos siempre nuestra salud y nos tomáramos algún pequeño respiro, pues de ese modo estaríamos más enfocados y seríamos más eficientes”.

‘Testers’ de confianza

Para identificar las necesidades de los usuarios reales, como muestra auténtica de los que tendrá la empresa, es frecuente solicitar a los amigos cercanos el testeo del producto o servicio en fase inicial. El emprendedor se fía absolutamente del feedback, y puede incorporar ajustes, mejoras y nuevas funcionalidades basadas en su experiencia de usuario.

En el caso de Lingokids, startup especializada en contenidos digitales en inglés para niños, a la hora de crear una app que incorporara metodologías innovadoras de aprendizaje de este idioma, los amigos sirvieron tanto para chequear la forma en que sus niños cercanos estudiaban inglés, como para determinar qué aspectos debía cumplir esa nueva herramienta tecnológica no solo para enseñar con éxito, sino también para divertir y entretener.

“Mis amigos jugaron un papel fundamental en mis comienzos. Siempre he valorado mucho sus opiniones respecto a nuestra app, que me han permitido tomar decisiones para mejorarla y evolucionarla. Creo que para crecer es fundamental estar siempre abiertos al feedback y a las críticas”, subraya Cristóbal Viedma, CEO y cofundador de la compañía.

Los pies en la tierra

Iñigo Juantegui, creador en 2011 de La Nevera Roja (que después vendió a Just Eat) y actualmente CEO y cofundador de Ontruck, empresa digital de transporte de mercancías por carretera, también recurrió a sus amigos como conejillos de indias.

“Mis amigos han sido un gran apoyo en mi trayectoria como emprendedor. Por sus opiniones,  su apoyo moral, su soporte económico como inversores de mis proyectos… De ellos he aprendido una lección muy valiosa: que su amistad y aprecio es independiente de cómo le vaya a mi empresa, que ni eres Bill Gates cuando tienes éxito, ni un fracasado cuando las cosas van mal. Esto me ha ayudado a mantener los pies en la tierra mientras tienes la cabeza en las nubes, y a saber que da igual cuánto fracases porque ellos van a estar ahí cuando lo necesites”, apunta Iñigo.

Algo similar opina Jorge Dobón, fundador de Demium, empresa especializada en captar talento, convertirlo en equipos capaces de liderar startups de éxito e invertir en ellas para ayudarlas a crecer. “Con mis amigos de toda la vida me encanta la sensación de poner los pies en la tierra. Cuando emprendes y llevas un ritmo vertiginoso, y te rodeas de otros emprendedores que igual que tú intentan ir a toda velocidad, a veces puedes perder la perspectiva. Es crítico contar con esa red de seguridad emocional, tanto para apoyarte si estás pasando un mal momento, como para bajarte a la tierra si has subido demasiado arriba”.

Amigos para todo

Cuando la amistad es incontestable, en ella es posible encontrar todo lo que necesitamos. Lucas González-Guija, cofundador y CMO de la foodtech de alimentación plant-based Vegan Food Club, explica que los amigos han sido su principal apoyo en sus retos de emprendimiento: “Me han aportado la confianza para lanzarme a perseguir grandes sueños y pensar que son factibles. Otras veces me aportan tranquilidad y nuevos puntos de vista que no estaba teniendo en cuenta. Y algunos, con sus conocimientos sobre proyectos con impacto, me han ayudado mucho a dar forma y a hacer crecer nuestro proyecto”.

Fuente: Ticpymes