Las razones por las que España va a crecer más que sus vecinos europeos

En el verano de 2012, la economía española acaparaba los titulares de la mayoría de los medios internacionales. España estaba al borde del colapso. Los más dramáticos incluso auguraban la disolución del euro. Dos años más tarde, nuestro país ha dejado de ser el problema y en las previsiones de crecimiento para los próximos años sale incluso mejor parada que sus socios europeos. Mejorando sus propias estimaciones, la Comisión Europa, en su informe de primavera, estima que España crecerá un 1,1% este 2014, en línea con la media de analistas. No obstante, es la cifra de 2015 la que más sorprende.

Bruselas cree que nuestra economía crecerá un 2,1%, muy por encima del promedio de la zona euro (1,7%), y de lo que avanzarán nuestros principales vecinos: medio punto más que Francia (1,5%); una décima más que Alemania (2%) y casi un punto por encima de Italia (1,2%). Hemos preguntado a los analistas por qué este crecimiento diferencial para España. La mayoría coinciden en que la principal razón es porque aunque quedan cosas por hacer, nuestro país ha hecho razonablemente bien los deberes.

Las exportaciones

Las exportaciones son una de las principales bazas con las que juega España. Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, explica a ABC que «en un entorno de recesión, las empresas españolas han aumentado sus exportaciones un 12% desde de primer trimestre de 2012 hasta el último trimestre de 2013, frente a un aumento del 3,5% en el resto de la Unión Europe». Este dinamismo exportador ha sido posible gracias a las ganancias de competitividad de la economía. El pasado agosto España registró su primer superávit comercial desde 1997.

Para el economista Juan Iranzo, nuestro crecimiento se basa en exportaciones debido a su alta elasticidad. Además, el empuje del producto nacional al exterior no solo se traduce en más crecimiento, sino en generación de empleo.

Reformas más intensas

En segundo lugar, hay que tener en cuenta que el proceso de refomas ha sido más intenso que en otros países vecinos. Ejemplo de ello es el de la reforma laboral. Según BBVA Research, la moderación salarial de 2012 ha salvado alrededor de 220.000 empleos. De haberse puesto en marcha la reforma en 2009, al inicio de la crisis habría un millón de parados menos.

Ajustes fiscales

Al igual que Cardoso, Iranzo coincide en que la mayor parte del proceso de consolidación fiscal se ha dejado atrás. BBVA Research calcula que para reducir el déficit público desde el 9,1% en 2011 al 6,6% del PIB al final de 2013 (sin ayudas a una parte del sector financiero), el Gobierno tuvo que implementar medidas por entre 7 y 8 puntos del PIB (dado el deterioro cíclico de los ingresos y gastos, además del aumento en el pago por intereses). Reducirlo al 4,2% del PIB a finales de 2015 requerirá entre 1 y 2 puntos porcentuales del PIB en medidas, dada la recuperación que se espera de la economía. Otros países, sin embargo, como Francia, están anunciando ya fuertes recortes para los próximos meses y años que tendrán como consecuencia menor crecimiento.

El coste de la deuda, en mínimos

En 2012, la tasa de interés sobre la deuda española llegó a rozar el 7%. El pasado jueves el bono a diez años marcó un mínimo histórico del 2,878%. Hito alcanzado tras la rueda de prensa del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. «El interés exigido a nuestra deuda es el reflejo de cómo se ve nuestro país», explica Javier Urones, analista de XTB. En el mercado bursátil, la reputación lo es todo y España ya no es la imagen de un país frágil expuesto a cualquier «chispa alarmante». «Poco a poco parece que estamos saliendo de la crisis», resalta. Pero dar los primeros pasos hacia la mejora no significa haber acabado la maratón.

El turismo como fortaleza

Según Iranzo, el turismo es una de las fortalezas que España debe explotar. Y tiene muy claro la nacionalidad objetivo: China, ya que son estos turistas los que mayor nivel de gasto realizan. «Siendo la tercera potencia de Europa, solo controlamos el 6% del turismo», señala. Para él, la oferta turística de España se debería exportar con mayor empuje al exterior. Por tanto, si se juega bien esta baza, y se logra no ya aumentar el número de turistas, sino, fundamentalmente, el gasto de estos, el sector puede ser un gran impulsor del crecimiento en los próximos años.

La España precrisis se cimentó sobre buenas cifras de turismo y el auge de la construcción. Cuando la burbuja explotó, la economía nacional tuvo que recoger lo que quedaba de un sector desmantelado y recontruir su dignidad financiera. Para Urones, la etapa de destrucción ahora ha dado paso al proceso de conversión. Un periodo en el cual el empleo y el capital destinado a la construcción vuelve a fluir en otros ámbitos de la economía.

Impulso del crédito

No obstante, tal y como apuntó el think tank EuropeG en el informe «Aspectos clave en el ajuste de la economía española 2012-2014», pese a que los bancos cada vez pagan menos por la deuda, el crédito sigue estancado en el intermediario y no llega a los trabajadores y pymes. Claro que, tal y como recuerda Urones, también hay que analizarlo desde el punto de vista de las entidades financieras. La tasa de morosidad sigue estando «altísima». Para el analista, la solución sería que los bancos volviesen a abrir las puertas del crédito pero aplicando criterios más estrictos que en los tiempos de bonanza.

Con tanto titular positivo, los ciudadanos no pueden evitar mirar a sus propios bolsillos en busca de esa mejora de la que tanto se habla en el Ibex 35. Para Urones, el actual reto del Gobierno reside precisamente en este punto. «Ahora parece que hay una hoja de ruta sobre la mesa», afirma el analista. Y en ese camino trazado, la siguiente colina que escalar es la del empleo juvenil. «¿De qué sirven los tipos de interés tan bajos si no llega el crédito a los españoles?» se pregunta también Iranzo. Con vistas al futuro, estimular la demanda interna, con su necesaria mejora de la tasa de desempleo, es la diana a la que apuntar.