Las pymes y su condición de motor del crecimiento europeo

Las pymes son claves para el crecimiento, no sólo de nuestro país, sino que su importancia se ha extendido al ámbito del continente. Es la principal conclusión que se extrae de la última Cumpre de Pymes, celebrada recientemente en Nápoles, Italia.

Ello se debe a que las pequeñas y medianas empresas son vitales para que Europa recupere la senda del crecimiento económico. Y es que son varios los indicadores que nos ayudan a comprender esta situación. El primero de ellos tiene que ver con la presencia de las pymes a nivel interno de cada país. Así, este colectivo configura el 99 por ciento del tejido productivo empresarial Europeo.

No es de extrañar, por tanto, que sean las pymes las que dan trabajado a dos de cada tres ciudadanos del continente y que, a su vez, representen dos tercios del valor agregado que cada uno de los países que configuran este continente producen anualmente.

Así, sobre su responsabilidad recae la creación de empleo en Europa, el principal lastre que ha generado la crisis. Un objetivo que está cifrado, al menos en lo que respecta a este año: 740.000 nuevos puestos de trabajos son los que está previsto generen las pymes europeas. Una cifra, sin embargo, que se antoja muy corta si se compara con los 26 millones de desempleados que registra Europa así como los casi nueve millones de empleos perdidos desde el año 2008, fecha de inicio de la crisis.

Fórmulas de apoyo

Pero, ¿cómo conseguir que sean estas organizaciones las que muevan la economía del continente? Fundamentalmente, a través del apoyo al emprendimiento y a la iniciativa empresarial por parte de las instituciones, tanto nacionales como comunitarias.

Entre ellos destaca el proyecto de Unión Bancaria, que está previsto entre en vigor en los próximos meses y con el que se espera mejorar el proceso y los trámites para constituir formalmente un negocio, además de obtener financiación a medida. De la misma manera, también está pendiente la firma de tratados de libre comercio con Estados Unidos y Japón, los cuales alentarían a los empresarios a invertir en nuestro continente y, en paralelo, la capacidad exportadora de las pymes europeas.

Con respecto a las medidas de apoyo llevadas a cabo directamente por la Unión Europea destaca la implantación de un nuevo programa de estimulación de pymes, denominado Cosmo. El mismo tiene como propósito principal que estas obtengan la financiación suficiente y en las mejores condiciones y está dotado con más de 2.300 millones de euros.

Este punto es especialmente de interés para los gobernantes puesto que las condiciones de financiación de las pymes europeas continúan siendo extremas. Y es que sólo en 2013 dos de cada tres pymes que solicitaron financiación no consiguieron obtener las cantidades que precisaban sus proyectos.

Fuente: El periódico del emprendedor