«Las escuelas del sentido común son más baratas que las escuelas de negocios»

Es uno de los emprendedores más reconocidos de nuestro país. Y también uno de los más mediáticos. El fundador de Room Mate, Kike Sarasola, presenta estos días Más ideas y menos masters, un libro de tajante título en el que el hotelero comparte alguna de las recetas de su éxito al mismo tiempo que ofrece consejos a otros emprendedores. Aprovechamos la promoción para charlar un rato con él. 

–¿Qué nos encontramos, grosso modo, en Más ideas y menos masters? 

–Quiero transmitir un poco de ilusión, de positivismo (sic). En España es muy difícil emprender, y ahora mismo hay mucha gente que quiere hacerlo pero no se atreve a dar el paso. Lo que intento es animar a la gente que lo intenta y decirles que para emprender lo que hace falta es una buena idea.

Un emprendedor puede tener dos masters, otro ni siquiera haber acabado la universidad… Hay muchos caminos.–Hablemos de escuelas de negocio. ¿Han monopolizado o jerarquizado el hecho de emprender?

–No, no lo creo, ni quiero pensar que sea así. Las escuelas de negocios son buenísimas y necesarias. Para mí, un master te ayuda a coger una visión global y a ordenar tus ideas, pero todos los caminos llegan a Roma. Un emprendedor puede tener dos masters, otro ni siquiera haber acabado la universidad… Hay muchos caminos. Y, como digo en el libro, las escuelas del sentido común son mucho más baratas que las de negocios.

–En Room Mate, cada hotel tiene un nombre de un amigo ficticio y  una personalidad vinculada a la de ese amigo ficticio. ¿Crees que hay negocios faltos de personalidad? 

–No lo sé, la verdad. Hay empresas que no tienen mucha personalidad porque ni siquiera la necesitan. Una empresa de tornillos no necesita eso, porque funciona perfectamente sin ello. Pero a mí me gusta que mis empresas tengan personalidad. Nosotros le hemos dado una magia al hecho de viajar y a estar en nuestros hoteles. 

–Room Mate está muy ligado a la figura de Kike Sarasola. ¿Crees que es bueno que las empresas sean tan personalistas? Conocí a un emprendedor para el que esto fue perjudicial a la hora de intentar vender. 

–Hombre, tiene su lado bueno y su lado malo. De todos modos, yo soy el portavoz de Room Mate, pero ahora somos 500 personas y he delegado muchísimo. Sí, al principio mi figura era importante, pero, a medida que la figura del hotel crece, la mía decrece. Y eso es bueno.

¿Sabes la de empresas que se destruyen a diario? ¡Se puede tardar una generación entera en recuperar eso!–Una vez te oí decir que a un cliente no hay que echarle un polvo, sino hacerle el amor. ¿Es malo echar un polvo a un cliente? 

–Sí, es malísimo. Si le echas un polvo, puede que no vuelva. Para mí, una persona que viene un día no es un cliente, sino una visita. Yo quiero enamorar al cliente que tiene que venir 4 ó 5 veces al año, o al que viene todas las semanas, o a la pareja que quiere un sitio especial… Y vinculo todo esto a un servicio. En España creemos que si pagas 1.000 euros por una habitación te hacen la ola, y si pagas 80 por una doble, te tiran la llave a la cara. Y eso es una barbaridad. A nosotros nos importa lo mismo el que se gasta un euro y el que se gasta 1.000. La habitación cara puede tener más servicios, pero eso no quiere decir que yo vaya a tratarle mejor que al de 80.

–El discurso emprendedor está en la bandera de todos los partidos. ¿Saben de lo que hablan?

–Por lo menos se han dado cuenta de que solo podemos salir de la crisis si los emprendedores crean empresas y dan trabajo. La Administración está menguando y el sistema financiero está menguando, así que nos queda el turismo. Parece que los partidos al fin se han dado cuenta y están haciendo cosas. Se podría hacer mucho más, pero es mejor algo que nada. 

De todos modos, no es normal que gastemos cientos de miles de millones en el sistema financiero para comprar nuestra propia deuda, y que las empresas sigan sin tener crédito. Los políticos tienen que hacer mucho más. ¿Sabes la de empresas que se destruyen a diario? ¡Se puede tardar una generación entera en recuperar eso! Hay que hacer mucho más. 

–Me hablas de emprendedores y empresarios. ¿Hay diferencias?

–No, porque un emprendedor se acaba convirtiendo en empresario. Al final, cuando tienes un proyecto consolidado y lo tienes que mantener, eres un empresario.

Ahora hay muchísima más creatividad, es cierto que la crisis agudiza el ingenio.–Parece que el discurso emprendedor tiene ahora bastante glamour. Te hago la pregunta e interprétala como quieras: ¿hay mucha tontería en esto de emprender?

–[Risas] No, no lo creo. Lo que yo veo ahora mismo es mucha ilusión. Gente que me manda sus proyectos, que me los cuenta, que me pregunta… Veo muchísimas buenas ideas, y a mucha gente buscando sus propios nichos. Hay muchísima más creatividad, es cierto que la crisis agudiza el ingenio. Hay ideas brillantes ahora mismo.

–Si hoy Kike Sarasola se arruinase, ¿qué haría mañana?

–Volver a empezar. El emprendedor tiene que aprender a caerse y a levantarse. Cuando en Estados Unidos te presentan un CV, todos te enseñan las cosas que han querido montar y no han funcionado. A mí me asustan un poco las personas que nunca han fracasado, porque no sé cómo van a reaccionar cuando vengan las vacas flacas. Yo tuve dos empresas que no funcionaron, pero no se me quitaron las ganas de seguir montando. El deporte me ha enseñado muchas cosas: disciplina, sacrificio y, sobre todo, humildad. Una noche puedes ganar una carrera, pero al día siguiente todos los corredores vuelven a empezar de cero.

Fuente: El Confidencial (09/05/2013)