«Las escuelas deberían impartir una asignatura de emprendeduría», cree Joan B. Renart Montalat, del Grupo Vichy Catalán

Negocio y placer no están reñidos; al contrario, es la mejor combinación para que emerja de manera natural el potencial emprendedor. Abrir los ojos a otras culturas y países en un momento en que las exportaciones son uno de los pocos datos económicos que arrojan luz puede ayudar a encontrar buenas ideas para la internacionalización de empresas. Pero antes de salir de expedición, es importante conocer la cara positiva y la negativa del destino a visitar. Este es el granito de arena que aporta El Mundo en sus manos. La guía para hacer negocios a nivel internacional, un manual que recoge tanto los datos macroeconómicos de 196 países del mundo –los miembros de la ONU, Ciudad del Vaticano, Puerto Rico y Taiwán- como sus grandes atractivos turísticos. “El complemento entre negocios y placer es una ecuación que sorprende por los buenos resultados que puede dar”, comentan en la introducción del libro sus autores: Joan B. Renart Montalat, consejero delegado del Grupo Vichy Catalán, y el periodista y fotógrafo Román Hereter Pascual. 

Lugares exquisitos, como islas Maldivas, Brasil, Argentina, Australia, entre otros, son ideales para ir de vacaciones, pero también para que aquellas empresas que estén planteándose conquistar nuevos mercados o bien descubrir nuevos productos y servicios a ofrecer hallen nuevas oportunidades. “De la misma manera que cuando estamos en viaje de placer fluyen constantemente ideas que después podemos poner satisfactoriamente en práctica en nuestro ámbito empresarial, también cuando estamos de viaje por motivos profesionales debemos saber encontrar el justo contrapunto placentero para disfrutar del entorno en el que nos encontramos”, explican los artífices de este manual que aspira a ser de referencia en su ámbito. 

A la pregunta de “¿de dónde nació el proyecto?”, Renart Montalat explica que fue al descubrir que “no había encontrado ningún libro de este tipo” y que podría ser “una herramienta de trabajo” para muchas personas. A lo que se suma la experiencia de los autores como viajeros. Hereter, autor del material fotográfico que incluye la guía, se ha pasado más de dos décadas recorriendo mundo a razón de 150 días al año, mientras que una de las grandes pasiones de Renart es viajar. Reconoce que “cada país tiene sus cosas buenas y malas”, características propias de cada lugar que El Mundo en sus manos recoge de manera precisa y amena. 

Cómo detectar una oportunidad de negocio

Sobre los aspectos que pueden resultar especialmente útiles de conocer a la hora de llevar a cabo un proyecto en el extranjero, Renart se fija, por ejemplo, en datos como la estructura de edad de cada país, el Producto Interior Bruto (PIB), en el sector en que se sustenta la economía -industrial, agrícola o de servicios-, y a partir de aquí se tiene que “ir definiendo cuáles son los países que interesan” para un determinado producto o servicio. Además, la organización y la planificación del viaje son imprescindibles, “hasta el detalle más insignificante”, para conseguir un buen resultado. Y añade: “En el momento en que encuentre al futuro cliente le debo hablar de cosas de su país para que vea que tengo conocimiento, de esta forma creo empatía con esa persona de cara a tener una relación comercial con ella, a la vez, que me enriquezco culturalmente”. 

Sin embargo, hay que dejar un cierto margen a la improvisación y perderse en algún momento por la ciudad o el lugar donde nos encontremos. “Hay que tener los ojos abiertos e ir mirando”, afirma el consejero delegado del Grupo Vichy Catalán. “A veces nos obsesionamos con la posibilidad de hacer un negocio y precisamos dejar fluir la mente, los conocimientos que uno tiene y realizar una simple y corta pregunta “¿esto puede ser un negocio?”. Si nuestra mente está relajada, obtendremos una respuesta sincera, honrada con nosotros mismos”. 

En la misma línea, Joan B. Renart desvela su debilidad por probar las bebidas gasificadas de los países que visita. “Cuando estuve en Barbados encontré un refresco de coco con gas que me pareció muy bueno”. El siguiente paso es “pensar si en tu país puede gustar o no” el producto o servicio en cuestión, de lo que dependerá en gran medida de las diferencias culturales. En este sentido, “hay que tener una capacidad de análisis rápida para poder decidir en pocos minutos” para determinar si podría funcionar. 

Pero, ¿es posible a estas alturas encontrar buenas oportunidades de negocios en el extranjero? Renart está convencido de que se puede “reinventar lo que ya está inventado” ya que siempre es posible “encontrar una mejora”. Y pone como ejemplo la evolución de las cámaras fotográficas, que aunque haga décadas que existen, con el paso del tiempo han ido incorporando importantes innovaciones en sus mecanismos. 

¿Dónde invertir en el extranjero?

Para el coautor de El mundo en sus manos , que es también patrono de la Fundación Príncipe de Girona, la seguridad ciudadana y empresarial es el aspecto más preciado a la hora de destinar esfuerzos, recursos y tiempo a un proyecto en un país determinado. Mientras que las trabas burocráticas y fiscales con las que se topan los emprendedores en determinados sitios, como España, los acaban ahuyentando. No obstante, advierte que “no se tienen que incentivar a las empresas excesivamente” para evitar que se instalen solo por las subvenciones que reciban, lo cual “tampoco genera riqueza para toda la sociedad”. 

También considera que en España está “muy fiscalizado el fracaso”, lo que ocasiona que la gente “no quiera fracasar y se desmotive” para abrir una empresa. Lamenta el desconocimiento sobre esta materia que existe entre la ciudadanía y, por eso, opina que desde los gobiernos debería fomentarse el talento. “Las escuelas deberían impartir una asignatura de emprendeduría” con el objetivo de animar a los jóvenes a emprender.

Fuente: La Vanguardia (27/02/2013)