Las 232 habitaciones que abrieron Almuñecar como destino

Una noche de julio del 89 las luces de los balcones del Helios interrumpieron la vida del paseo marítimo de San Cristóbal, en una Almuñécar resacosa por el éxito de sus primeros hoteles que habían ido desapareciendo al quedarse obsoletos y tener instalaciones eléctricas de cuando aún no se estilaba el interruptor.

Que fue el primer gran hotel puede medirse ahora, en el recuerdo, por las exclamaciones de turistas y almuñequeros ante esas diez plantas y 232 habitaciones construidas para acoger ciudadanos temporales. «Claro que fue un reto y surgió por un intercambio de terrenos con Ávila Rojas en el Serrallo». Rafael Lamelas, que llegó de director en el 91 y lo sigue siendo, rememora cómo los socios de la cadena Helios, hoteleros de toda la vida, se quedaron encandilados con Almuñécar y supieron verle el encanto y los mimbres para ser un destino turístico. Estos días, el mítico establecimiento hotelero cumple 25 años orgulloso de decir que no han cerrado ningún invierno por muy flacas que se pusiesen las vacas.

Lamelas resalta la importancia de la promoción turística y la formación del sector

Antes de levantar el hotel, que se construyó en once meses, se estudió la cercanía con el aeropuerto de Málaga, con Granada, con Jaén y se tanteó a los touroperadores extranjeros para descubrir si estaban dispuestos a apostar por la cuna de la chirimoya y el aguacate.

Solo en su hazaña por convencer de las peculiaridades sexitanas (también estaban Los Fenicios en La Herradura) el Helios dio sus primeros pasitos con una boda de 800 invitados y echó los dientes en su primer invierno con apenas 30 huéspedes al mes. Impulsada por el entusiasmo turístico de aquel Juan Carlos Benavides -el alcalde- de los 90, Almuñécar era un páramo en el que la oferta se resumía en los eternos chiringuitos al sol y algo de vida en ‘los bajos’.

Aquellos comienzos tenían el encanto de algunos turistas de los pueblecitos de Jaén contando en la cabina del Helios cómo era dormir en un hotel por primera vez y de recorrer España para explicar que había una Costa Tropical con las espaldas cubiertas por Sierra Nevada. «De Almuñécar gustaba su encanto de pueblo andaluz, que no había moles, la cerveza con la tapa y la simpatía de su gente», recuerda Rafael Lamelas que apunta que desde primera hora hubo que enganchar al turismo extranjero porque el nacional llenaba el hotel tan solo en los meses verano.

El director del Helios tiene grabado el día en que la agencia Saga, un touroperador inglés muy exigente, decidió apostar por el hotel y por el destino Almuñécar. Ya llevan trabajando con ellos 21 años durante los que también se ha apostado por los suecos, daneses, holandeses y noruegos. «El turismo internacional es una constante para aguantar los inviernos porque con el Imserso baja mucho la rentabilidad», apunta el director de este hotel de tres estrellas que ahora cumple años y por el que han pasado figuras relevantes que acudían a los cursos de verano de la Universidad de Granada. A finales de los 90 y animadas por el éxito del Helios otras cadenas hoteleras se interesaron por Almuñécar y llegaron el Meliá, el Bahía Tropical o el Victoria Playa. «En 2001 ya éramos varios directores de hotel buscando clientes, se perdían algunos, pero así fuimos haciendo destino», señala Rafael Lamelas.

Escuela hotelera

Con más de 40 trabajadores durante el invierno y unos 60 en los meses veraniegos, el director de este hotel se siente orgulloso de mantener empleados que llevan 25 años y de ser una especie de ‘escuela’ dentro del sector, que sirve de pasaporte para trabajar en otros establecimientos.

Este mítico hotel presume de no haber tenido que cerrar ningún invierno

Los peores años de la vida del Helios, según su director, fueron los de las obras del parking de San Cristóbal «cuando los ingleses vinieron muy poco porque no les gustaba el ruido o el polvo» y los mejores entre el 98 y el 99 o entre 2005 y 2006 cuando se gastaba alegremente. «Este verano pasado también ha sido bueno porque hemos vuelto a las pernoctaciones que teníamos años atrás aunque la rentabilidad sea más baja».

En esta aventura de vender puerta a puerta un destino, Lamelas señala que a veces se ha sentido solo pero que ha tenido grandes apoyos en José Andrés Fernández o en Paco Castillo de Chinasol. «Cuando uno entra en hacer comparaciones se da cuenta de que todavía estamos a años luz de costas como Gandía, La Manga o Roquetas cuya oferta complementaria de ocio es superior porque aquí echamos de menos una buena discoteca para los jóvenes, por ejemplo». Para Rafael Lamelas, presidente de la asociación de hoteleros de la Costa Tropical, algo se estará haciendo mal «mientras se cierren hoteles en invierno». Por eso anima a romper con el fantasma de la temporalidad insistiendo en la promoción turística y en la formación del personal.

Aunque ya las habitaciones se reservan por internet y todo luce moderno e impecable, el Helios sigue con el espíritu de los comienzos peleando cliente a cliente, convenciendo de que Almuñécar forma parte de una costa con alma, diferente, siempre en un eterno despegue.

Fuente: Ideal (23/06/2014)