La verdad sobre la productividad de los trabajadores españoles

Quien cree que los trabajadores españoles son poco productivos se equivoca. Y mucho. Según datos de la OCDE, en las grandes empresas del país, los empleados superan en productividad a sus compañeros alemanes y británicos, para colocarse en niveles similares a los trabajadores estadounidenses.

Entonces, ¿todo bien? No. Según la misma estadística, los trabajadores de las pymes españolas son ligeramente menos productivos que sus colegas alemanes y mucho menos que los británicos. Y, en España, las pequeñas y medianas compañías (incluyendo a los negocios unipersonales) representan más del 99% del total.

En concreto, según un estudio de la Comisión Europea, un 55% de los negocios españoles son «microempresas sin asalariados»; es decir, autónomos. Otro 40% del total está compuesto por empresas de menos de nueve asalariados y sólo un 4% son empresas con más de 10 y menos de 49 trabajadores. Las grandes compañías sólo representan un 0,1% del tejido empresarial nacional.

España comparte esta situación con otros países del sur de Europa, como Portugal, Italia y Grecia. «En compañías de este tipo sucede, en ocasiones, que funcionen lógicas más orientadas hacia el paternalismo de los propietarios que hacia el crecimiento competitivo y la innovación», explica Enrique Quemada, presidente de ONE to ONE Corporate Finance, banco de inversión especializado en operaciones corporativas entre pequeñas y medianas empresas. «Esta situación tiende a desmotivar a los empleados, que reducen su productividad», explica el ejecutivo.

Así, según Quemada, «la solución al problema de la productividad pasa, en parte, por el crecimiento de las compañías«. El ejecutivo matiza que no hay una relación de proporcionalidad directa entre tamaño de las empresas y productividad, “sino que las empresas más grandes, sobre todo si están en crecimiento, son más innovadoras y tienden a motivar más a sus empleados”.

Además, el hecho de crecer, sobre todo vía internacionalización, «mejora la solidez de unas compañías que antes tenían en España un mercado en pleno crecimiento y, ahora, es demasiado pequeño para que todas puedan funcionar».

Quemada ha predicado con el ejemplo: tras fundar ONE to ONE en 2004, el empresario ha ido expandiendo la firma, que ahora cuenta con varias oficinas en diez países de países de Europa e Iberoamérica, para las que trabajan más de 130 personas. Según el ejecutivo, que está preparando la apertura de más oficinas, «en muchos casos, crecer es una necesidad porque en necesario tener músculo financiero para poder internacionalizarse».

En este sentido, Quemada matiza que, en España, hay margen para el crecimiento de las empresas, sobre todo por medio de operaciones corporativas. “Si bien es cierto que hay muchas empresas sobreendeudadas, que están abocadas al cierre o a ser absorbidas, más de un 50% de las compañías españolas cuenta con una deuda inferior a su beneficio bruto de explotación (Ebitda), lo cual significa que pueden asumir una posición compradora”, asegura el máximo responsable de ONE to ONE.

«Me permito dar un consejo a los empresarios que tienen grupos pequeños, pero saneados: que crezcan y sean innovadores. Por un lado, tendrán empleados más productivos y mayores posibilidades de salir al extranjero y, por otro, comprándolas, evitarán que las compañías más débiles quiebren, destruyendo tejido empresarial», concluye Quemada
Fuente: Expansión (09/03/2013)