La fórmula del éxito

La ciencia de las matemáticas suele estar muy lejana a las ciencias que regulan el éxito de los profesionales en las empresas. Ante la dificultad que tenemos en establecer criterios puramente racionales, científicos, que expliquen y justifiquen el éxito profesional tendemos a decir que la gestión de la empresas es más un arte que una ciencia.

Será que el comportamiento humano se halla lejos de ser una ciencia objetiva donde 2 + 2 son siempre 4. Sólo nos queda acudir a las leyes de la experiencia y de la intuición para justificar las bases reales del éxito. Así, observando aquellos profesionales que lo tienen, he llegado a la conclusión de que hay una característica común en todos ellos, aplicada en la siguiente fórmula: E= Tc-tc

Es decir, E (éxito)= Tc (tiempo que los demás emplean en criticarte) – tc (tiempo que tu empleas en criticar a los demás).

No lo dudes, cuanto mayor sea la cifra resultante (en positivo, claro) más éxito tienes. Esta fórmula se aplica con escrupulosa exactitud en la mayoría de los profesionales de éxito que conozco.

Los profesionales, normalmente, quieren triunfar. Hacerlo rápido. Ser reconocidos por ello. Es obvio que no siempre sus deseos se convierten en realidad. Desconcertados, tienden a buscar las razones fuera de ellos mismos (más que afrontar la incómoda tarea de buscar las razones en ellos y afrontarlas con inteligencia y determinación).

Desesperados porque a ellos no les va bien, se dedican a criticar a aquellos a los que sí les va. Es más fácil y liberador. ¿Realmente lo es? No. Las críticas nos hacen más pequeños, nos impiden concentrar la energía en mejorar las habilidades que tenemos que desarrollar. Finalmente la critica es energía negativa. No ayuda a nadie, y menos a nosotros mismos.

Me permito recomendarle que tienda a eliminar la crítica de su catálogo de actitudes. Que sustituya ese tiempo y esa energía en preguntar a los demás qué tiene usted que mejorar. Y que, finalmente, utilice esa información, después de procesarla a través de su razón y su intuición, para mejorar sus capacidades y habilidades. Vera que, poco a poco, su tc se convierte en Tc. Así, se acercará al éxito que tanto desea.

Ya saben. Las matemáticas no fallan. Se lo dice uno que estudió en la rama de Letras.

Fuente: Expansión (04/04/2011)