Joel Montgomery de la Fundación Endeavor piensa que «El emprendimiento no vive solo de internet, otros sectores crean mucho más empleo»

A menudo, parece que el emprendimiento en todo el mundo gira en torno a internet. Incluso los medios de comunicación, quizá atraídos por el ‘glamour’ de la red, centramos nuestra atención en los grandes líderes de internet que consiguen levantar dinero y convertirse en millonarios en muy poco tiempo. 

Sin embargo, ¿es oro en internet todo lo que reluce? ¿Será la red la responsable de construir un nuevo modelo productivo y levantar el empleo en nuestro país? Desde luego, si atendemos a a los datos de empleo, no lo parece. 

Desde una opinión similar se mueve Joel Montgomery, director de expansión internacional de la Fundación Endeavor, que este año añadirá España a la lista de 15 países en los que ya tiene presencia ayudando a emprendedores de alto impacto que crean un índice significativo de empleo.

«Hay una burbuja en torno a internet»

Y es que «de todo nuestro ‘portfolio’, aproximadamente, sólo el 30% es tecnología, incluyendo internet», explica. Esto se debe a que «para tener un ecosistema emprendedor saludable necesitamos mucho más que tecnología, necesitamos que la industria sea variada». 

De hecho, «la manufactura, por ejemplo, o la energía, están creando mucho más empleo que internet». 

Para Montgomery, «en todo el mundo hay una burbuja en torno a internet. El potencial de crecimiento es enorme, evidentemente, pero es muy importante no dar de lado a las demás industrias». 

Sirva un caso práctico como ejemplo: «Nosotros en Turquía estamos apoyando a una carnicería que está creciendo muchísimo y que genera 20 millones de dólares. ¿Quién iba a pensar que una carnicería podría ser innovadora? Pues lo puede ser, y son sectores a los que tenemos que seguir apoyando, porque son muy importantes a la hora de crear empleo».

Emprendedores de alto impacto

Por eso, desde su fundación no solo se centran en los proyectos de internet, sino en lo que ellos llaman emprendedores de alto impacto: «Buscamos emprendedores que no sólo facturen mucho dinero, sino que, además, puedan ser capaces de crecer y crear mucho empleo». 

Y ahí reside la diferencia: «Hay empresas que pueden ganar mucho dinero sin necesidad de crecer, pero nosotros apoyamos a los que crecen y dan trabajo a otras personas». 

Hasta ahora, la fundación ha analizado cerca de 30.000 proyectos y seleccionado 443 empresas. Estas empresas han creado cerca de 200.000 puestos de trabajo y facturan más de 5.000 millones de dólares.

Selección, apoyo y crecimiento

En la Fundación Endeavor están preparando su desembarco en España, que se producirá a lo largo de este 2013. Partiendo de seleccionar a un reducido número de emprendedores de alto potencial, su proceso consta de tres frases: encontrarlos, apoyarlos y proporcionarles el ‘give back’. 

Y es que, una vez encontrados y seleccionados los emprendedores que pueden crecer de manera considerable, desde la fundación les apoyan realizando una evaluación estratégica, para determinar de qué manera se puede producir y agilizar el crecimiento de la empresa y, sobre todo, de qué modo podrá ser sostenible y crear empleo. 

Para ello, los participantes en su programa reciben la mentorización de grandes empresas multinacionales, que ponen sus conocimientos a disposición de estas empresas para buscar el crecimiento exponencial. En la mente de todo el programa hay una palabra clave: resultados. 

Así, desde Endeavor están preparando su llegada a nuestro país para, a finales de este año, dar comienzo a los primeros programas de apoyo y selección.

El empacho de la palabra ‘emprendedor’

Por el momento, Montgomery está pasando periodos muy cortos de tiempo en España, pero ya hay cosas que le llaman la atención: «Hay centros de formación que me cuentan que algunos de sus mejores alumnos se acaban yendo del país. ¡Qué pena! La juventud española está más preparada que nunca y eso es un gran recurso, pero es una pena que tengan que irse de España».

El caso es que él es un firme embajador del discurso emprendedor, pero observa cierto empacho con la palabra: «Está muy bien que haya gente que se plantee montar su propio negocio, pero también hay gente que no quiere emprender. Y no hay ningún problema en eso». 

Para él, «cada persona tiene que hacer lo que se le dé bien. A veces da la sensación de que si una persona no emprende no se le valora, y hay que cambiar eso. Cada uno tiene su función, no todo el mundo tiene que emprender. Hay que respetar y valorar a los que no quieren hacerlo».

«No podemos obligar a la gente a emprender»

Además, cree que hay que ser cauto al lanzar mensajes que impulsan a emprender por emprender: «Hay tantas actividades y programas para emprendedores que uno podría pensar que el panorama está bien, pero no sólo hay que alegrarse de que la gente emprenda, hay que ver también los resultados». 

Y es que «muchas veces nos alegramos de que alguien lance su negocio, pero el hecho de que una persona emprenda no significa que le esté yendo bien. Y si luego fracasa, no nos enteramos». 

En su opinión, «una vez que se consigue que alguien emprenda, hay que saber ayudarle para que consiga resultados. No podemos limitarnos a obligar a la gente a emprender, eso no sirve de nada».

Fuente: El Confidencial (01/03/2013)