El impacto del ecosistema emprendedor en la economía nacional
A 100.000 millones de euros se calcula que ascendió el año pasado el valor del ecosistema emprendedor en España. La cifra se extrae del estudio ‘Spain Ecosystem Report’ realizado por Dealroom.co en colaboración con Kfund, BBVA Spark, Endeavor Spain, GoHub Ventures, Wayra, SpainCap y Enisa en el que se analiza la industria de empresas de base tecnológica en España. El crecimiento registrado en 2023 sería un 14% más alto que el año anterior.
La valoración del ecosistema la calculan teniendo en cuenta, entre otras cosas, factores como la inversión recibida por las startups las cuales recaudaron el año pasado 2.200 millones de euros a través de más de 850 rondas de financiación. Según el estudio, 46 de estos millones fueron a parar a Valencia, cuarto territorio nacional favorecido por la inversión por detrás de Madrid (605 millones), Barcelona (457 millones) y Sevilla (70 millones). La quinta del Top5 nacional sería San Sebastián.
El informe de dealroom.co coincide con otro hecho público la semana pasada sobre ‘Empresas Tech e Innovadoras’ en España realizado por la publicación de El Referente donde también se analiza el ecosistema emprendedor nacional. Como datos principales de este análisis caben señalarse los cerca de 100.000 empleos al año que generan las startups existentes en nuestro país y la riqueza aproximada de 11.541 millones de euros anuales que se le atribuyen. Según éste, en España habría más de 7.000 compañías tecnológicas activas de las cuales 3.640 son startups y 1.185 están en fase de escalado o crecimiento.
Lo que varía en el informe de El referente respecto al de dealroom.co es el orden de las comunidades autónomas que más inversión atraen, dado que la primera fuente lo que tiene en cuenta para su catalogación es la inversión acumulada por comunidades. Conforme a ésta, la valenciana ocuparía el tercer puesto por detrás de Cataluña, que ocuparía el primer lugar seguida de Madrid..
Efecto multiplicador
El informe de dealroom.co cita también a una serie de empresas que han servido como cantera al nacimiento de otros emprendedores que acometen sus propios proyectos una vez que se desvinculan de ellas. Entre las más notables en este sentido cita a Glovo, Jobandtalent o Cabify. Solo de esta última habrían surgido ya más de 90 compañías fundadas por ex empleados, según la organización Endeavor. También Glovo puso en macha su propia factoría de startups mediante el programa Glovo House. Otras polinizadoras serían Wallbox, Fever o Factorial.
En ninguno de los casos mencionados cabe hablar ya de startups, como poco habría de referirse a ellas como scaleups, es decir, organizaciones que llevan creciendo a un ritmo anual superior al 20% durante tres ejercicios consecutivos en números de empleados o facturación y una facturación que ronda ya el millón de euros, conforme a la definición de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Otro ranking, este titulado ‘The Next 35’ e impulsado por PATIO Innovation & Startup Campus recoge a las 35 scaleups nacionales que podrían relevar, en el futuro, a las actuales compañías integrantes del Ibex 35. Wallbox, JobandTalent, Cabify, Heüra y MundiMoto encabezan la lista.
El punto débil
Es en los estadios de crecimiento o growth cuando las startups empiezan a aumentar el tamaño de sus ingresos y generar riqueza una vez que han conseguido implantar su producto o servicio en el mercado y consolidar un equipo que funciona. Para acelerar el crecimiento lo habitual en estas fases es acudir a rondas de inversión mayores, las llamadas serie A o serie B con importes muy superiores a los iniciales. Sin embargo, es en este punto donde se muestra más débil el ecosistema nacional, con unos fondos de inversión que apuestan más por los proyectos en fases pre-seed o seed que por seguir empujando lo que ya está en marcha.
De los 2.200 millones de euros que dice el estudio de dealroom.co que se invirtieron el año pasado en España, 1.000 fueron a parar a rondas de financiación inferiores a 15 millones de euros. La consecuencia de esa falta de acompañamiento en el escalado es, en muchas ocasiones, la venta prematura de la compañía o la búsqueda de fondos extranjeros algunos de los cuales, como en EE.UU, exigen el traslado de la sede original al país inversor.
Inversores españoles, como José del Barrio, socio fundador de Samaipata, lamentan la ausencia de “un marco legal y fiscal ventajoso a nivel internacional” echando en falta medidas como la remuneración en acciones.
En cualquier caso, en esa necesidad de que la inversión madure al ritmo que lo hace el emprendimiento insisten organizaciones como Endeavor así como en la contribución de otros actores públicos y privados. La banca, a través del venture debt, parece haber encontrado un nicho para conciliar sus intereses con el mundo emprendedor. Igualmente las administraciones han dado ya un paso al frente con iniciativas como el recientemente aprobado Fondo de Coinversión ICO, dotado con 2.000 millones de euros hasta 2026 del ‘Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que persigue la atracción de inversión extranjera hacia empresas españolas.
Fuente: Valencia Plaza