¿Estás realmente preparado para ser eficaz en una empresa de nueva creación? Para ser empleado en una empresa de reciente creación es imprescindible tener una mayor flexibilidad, capacidad de adaptación, implicación y entusiasmo.

Tener ganas de hacer las cosas bien, una mentalidad abierta que te permita evolucionar, proactividad, autonomía y responsabilidad. Si te identificas con estos valores, sabes que eres capaz de tomar tus propias decisiones y que para ello no necesitas que un jefe te diga qué tienes que hacer, estás preparado para trabajar en una start up. Esto implica embarcarte en lo que François Derbaix, fundador de Top Rural e inversor en empresas de nueva creación, considera una aventura: «Participar en el lanzamiento y consolidación de un proyecto con un futuro incierto supone asumir un riesgo. Aquí no existe una descripción de los puestos en la que se recojan las funciones de cada profesional. El trabajo y los objetivos pueden cambiar de un día para otro y los profesionales tienen que asumir ese cambio, ser polivalentes y estar dispuestos a realizar tareas por encima o por debajo de sus capacidades».

Los fundadores de firmas como Notificados, Rentamus, Deporvillage, InQbarna, Percentil, Open Ideas y Seocom demandan perfiles que reúnan las carcaterísticas ya mencionafas y que estén dispuestos a compartir la ilusión y el empeño que cada uno de ellos ha puesto en el desarrollo de su propia empresa.

Coinciden también en los perfiles profesionales más demandados: expertos en márketing online –community sales manager–, informáticos para el desarrollo e implementación de sus plataformas tecnológicas y expertos en posicionar páginas web en motores de búsqueda (SEO).

Estas start up aumentarán su plantilla este año y tienen muy claro que para encajar en su proyecto vale más la actitud que la aptitud. «No nos podemos permitir trabajar con personas a las que haya que decirles lo que hay que hacer», asegura Xavier Pladellorens, socio fundador de Deporvillage, una firma dedicada a la venta online de material deportivo. Nació en 2010, tiene una plantilla de diez personas, y este año prevé duplicarla para iniciar su expansión internacional en Italia y Francia. Sus previsiones de facturación para 2013 rondan los cinco millones de euros.

David Martínez, fundador de Rentamus, una plataforma que define como el eBay del alquiler, también tiene pensado incorporar entre diez y doce personas a medio plazo, fundamentalmente programadores web, expertos en márketing digital y profesionales para atención al cliente: «No me importan tanto sus conocimientos en programación como que sean personas creativas, proactivas y se adapten a los cambios. Lo que te hace trabajar es lo que eres, no lo que sabes», dice.

Este cambio de mentalidad empresarial va más allá. Marta Romo, socia directora de Be-Up, asegura que es un nuevo concepto laboral: «No se trata sólo de tener un trabajo, sino de vivir tu sueño y poder disfrutar en el camino. Hay una necesidad de disfrutar impulsada por los nativos digitales, que reclaman el ocio en el propio desempeño de las funciones a través del aprendizaje, el desarrollo y la autorrealización». Una realidad que ilustra Leonard Pera, socio y fundador de Open Ideas –dedicada al social commerce–: «No podemos permitirnos uno o dos años malos, porque no hay recursos si el proyecto no funciona. Aquí sabemos que si las cosas van mal nos vamos todos a la calle, pero si salen adelante nuestro futuro puede ser brillante».

Trabajar por el éxito es una de las grandes motivaciones de una start up, que además aporta otros alicientes. Javier Alonso, socio fundador de Notificados –envío de notificaciones fehacientes– afirma que «el ritmo es trepidante y eso dota al profesional de grandes habilidades y experiencia no comparables con otros modelos tradicionales». Para Iván Ruiz, cofundador de Seocom –agencia de márketing online–, es fundamental que «el profesional vea la empresa como un proyecto, no como un puesto de trabajo. Si no estás a gusto con un empleo se convierte en un trabajo y resulta aburrido. En este caso es mejor que lo dejes».

Contrato y sueldo

La selección y contratación de un nuevo candidato es muy estricta: una start up no puede permitirse el lujo de contratar a alguien que realmente no encaje. Por este motivo, opta por incorporar a profesionales freelance –para ahorrar los costes fijos de un contrato laboral– o como becarios en prácticas. Sin embargo, superada la primera fase de lanzamiento algunos emprendedores como Nacho Sánchez piensan que es mejor contratar. Socio y director general de InQbarna –desarrollo de aplicaciones móviles–, advierte de que «los colaboradores suelen trabajar para diferentes empresas en varios proyectos y son muy disciplinados con el tiempo que dedican a cada uno. Nosotros preferimos a profesionales que estén totalmente involucrados en la empresa y con un autónomo es difícil conseguirlo. Preferimos contratos indefinidos, eso sí, con un período de prueba». InQbarna demanda desarrolladores informáticos y el sueldo medio que ofrece es de 28.000 euros brutos anuales.

Quienes han optado por este modelo para ampliar su plantilla son los fundadores de Percentil, una tienda online de ropa infantil de segunda mano: «Buscamos gente que se implique en el negocio porque tenemos mucho volumen de trabajo. El salario anual que ofrecemos va desde los 10.000 euros para las personas que se ocupan del procesado de ropa, una tarea que no requiere cualificación pero que debe ser muy rigurosa para comprobar la calidad del producto; hasta los 42.000 euros que podemos negociar para perfiles sénior, fundamentalmente informáticos para el desarrollo e implementación de la plataforma», explica Daniel Bezares, uno de los tres socios de Percentil.

En Seocom también buscan responsables de optimización de campañas, y especialistas en márketing online y SEO. Tienen previsto ampliar en cinco personas su plantilla –trece en la actualidad– y barajan una retribución media anual de 24.000 euros. Para desarrolladores muy expertos pueden llegar hasta un sueldo cercano a los 48.000 euros al año.

Los nuevos valientes que cambian el mundo

El 95% de las ‘start up’ no supera los tres años de vida. Pero este dato no amilana a los emprendedores españoles: la tasa de actividad emprendedora en España ha aumentado en un 36,3%, según el último Global Entrepreneurship Monitor (’GEM’). En el exterior tampoco disminuyen las ganas de poner en marcha nuevos negocios. Por ejemplo, en Estados Unidos se crea una media de 600.000 empresas al año.

Parece evidente que las tasas de mortalidad no asustan a aquellos que aún se empeñan en lanzar al mercado una idea y dedicar todo su esfuerzo a que sea un negocio de éxito, un empeño que también se suponeen aquellos que deciden formar parte de ese equipo. Antonio Fontanini, profesor de la EOI, afirma que trabajar para una start up es decidir invertir en ella: «Se necesita una mente abierta, sin prejuicios o esquemas preconcebidos y confiar en el corazón como navegador. Apostar por las personas que están al frente, compartir su sueño y visión. Es crecer y aprender, querer cambiar el mundo». Este entusiasmo es el que atrapa a los innovadores y les da fuerza para crear proyectos. Muchos de estos nuevos empresarios son emprendedores en serie que utilizan sus éxitos y errores como acicates para poner en marcha un nuevo proyecto. Fontanini los denomina im-presarios, «porque son capaces de crear, motivar y liderar, haciendo sentir al equipo que son mejoresde lo que creen». Añade que para ello tienen que ser «empáticos, perseverantes y firmes cuando el equipo vacila. Ser siempre un punto de referencia. Creer que todo es posible con esfuerzo, compromiso y pasión. Saber cuando tienen suficiente información para tomar una decisión. Tener la vista como un zoom: liderar el largo plazo sin descuidar el corto».

Fuente: Expansión (18/03/2013)