«España saldrá de la crisis como una de las mayores potencias europeas» cree Larry Fink

Discreción ante todo. El poder que concentra Larry Fink (Van Nuys, California, 1952) es directamente proporcional a su desconocimiento entre la población. Fundador y consejero delegado de BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo, controla de forma directa activos por valor de 3,79 billones de dólares: solo tres países en el planeta tienen un PIB superior a este patrimonio (Estados Unidos, China y Japón). Durante una visita relámpago a Madrid, a Fink le han impresionado los progresos económicos de nuestro país. Si continúan las reformas, apuesta por que España saldrá de la crisis como una de las mayores potencias europeas, si bien advierte que «aún quedan 3 o 4 años de trabajo duro». Y alerta de los riesgos del sistema bancario europeo y pone de ejemplo la reforma financiera norteamericana. «En EE.UU. hemos sido más agresivos con los bancos que en ningún otro país europeo», asegura. Su compañía, BlackRock Solutions, fue una de las protagonistas de este proceso, al asesorar a la Casa Blanca y convertirse en uno de los ejes principales de la ruta Washington-Wall Street durante la reestructuración del sistema financiero estadounidense entre 2008 y 2009. Ahora la economía norteamericana se recupera y Fink ha salido de la crisis reconvertido en el hombre fuerte de Wall Street. Hasta el punto de que su nombre estaba en todas las quinielas para ser el nuevo secretario del Tesoro de Estados Unidos. 

—¿Ha mejorado la imagen exterior de España entre los mercados? 

—Por supuesto. Solo hay que fijarse en cómo ha bajado el interés de la deuda española. El Gobierno de Rajoy debería agradecer las palabras de Mario Draghi en julio, ya que dibujó una raya en el suelo y avisó de que si se cruzaba, el BCE actuaría. Esto dio un balón de oxígeno a España y disipó las dudas sobre la solvencia y continuidad del euro. Pero incluso así, Rajoy necesita más tiempo para aprobar decisiones impopulares y resolver los problemas estructurales del país. 

—¿Cómo ve la economía española? 

—España va en la buena dirección para salir de la crisis ya que las reformas están funcionando. Ahora se está viendo que mientras en Alemania han subido los salarios en los últimos años, en España han bajado y empezamos a recoger los efectos positivos de este aumento de competitividad: España está mostrando una gran vitalidad económica y tiene superávit comercial así como en su balanza de pagos. 

—Entonces, ¿contempla que la recuperación llegue en 2013? 

—A pesar de estas señales positivas, hasta que no se vean mejoras en el mercado inmobiliario y la vivienda no vuelva a ser una buena inversión de nuevo, será difícil hablar de recuperación. España tiene aún 3 o 4 años de trabajo duro por delante y de momento solo ha avanzado la mitad. El Gobierno de Rajoy y los bancos deben afrontar una auditoría profunda de todos sus activos financieros. En EE.UU. este proceso comenzó en 2009 cuando el entonces secretario del Tesoro, Timothy Geithner, forzó a las entidades a reconocer el valor real de sus activos. Aún así, el país ha mejorado mucho en los últimos dos años: veo un futuro realmente brillante para España. Si el Gobierno continúa con su programa de reformas, España saldrá de la crisis como una de las economías estrella de Europa. 

—Sin embargo, incluso Alemania se está desacelerando con esta fórmula… 

—Pero esto se produce porque en los dos últimos años Alemania ha comenzado a ser menos competitiva y España lo es más. Cada vez más compañías se están yendo a España porque allí es más barato producir: Renault, Ford, Nissan… Las reformas están comenzando a tener efecto. Desde España aún no se ve este cambio positivo porque su economía sigue en recesión pero Alemania está perdiendo empleos por la competitividad de España y de EE.UU.. 

—¿Han mejorado las perspectivas de la economía europea? 

—Sí, Europa se puede financiar mejor que hace un año y hay otra percepción en los mercados desde julio: ya nadie cree que el euro se vaya a romper porque se ha visto con hechos y decisiones que eso no va a ocurrir. Si antes se apostaba por el fin de Europa, ahora se acepta que la región tiene problemas, lo que supone una gran diferencia. La eurozona tiene lastres estructurales enormes y debe salir de la recesión e impulsar el crecimiento. Por ejemplo, su política energética es la menos competitiva del mundo y le condena a depender del gas ruso y de las importaciones de crudo. La UE está perdiendo empleos en beneficio de EE.UU. porque no potencia opciones como el «fracking» -nueva técnica de extracción de petróleo y gas criticada por sus efectos medioambientales- sobre sus yacimientos, lo que aumenta su dependencia del exterior. Ahora en EE.UU. tenemos el gas natural más barato del mundo industrial y eso es una ventaja competitiva increíble que puede transformar nuestro tiempo. 

—¿Pero continúan los riesgos financieros en Europa?

—Aún queda mucho por hacer, como saber la cuantía de los activos tóxicos en el balance de los bancos de la UE. Aquí en España muchas entidades se han recapitalizado y están en mejor estado que en el resto de Europa. Pero la economía continental aún es muy débil frente a la recuperación de EE.UU.. Esto se explica porque la reacción de Washington a la crisis fue mucho mejor que la de Bruselas. En primer lugar porque fuimos más agresivos con los bancos que ningún otro país europeo y ahora nuestras entidades están mucho más saneadas. Si tomas las decisiones difíciles rápido, sales antes de la crisis y esto es una lección que Europa no ha aprendido. En segundo lugar, nuestras corporaciones tienen 1.7 billones de dólares en efectivo y están deseando invertir. En tercer lugar está nuestro mercado inmobiliario: si en 2007 teníamos siete millones de casas sin vender ahora tenemos dos millones. 

—¿Teme que las agencias de calificación rebajen la nota de EE.UU. si sigue sin haber acuerdo sobre el «abismo fiscal»? 

—No. Pero el Gobierno español es un buen ejemplo para la Casa Blanca sobre cómo tomar decisiones duras pero necesarias. El Ejecutivo de Obama está avanzando, ha respondido a la presión y está dando algunos pequeños pasos. Pero aún falta el salto definitivo. Necesitamos grandes cambios: asegurar nuestra solvencia futura y evitar tener un déficit público descontrolado. Si se resuelve, creo que EE.UU. volverá a liderar el crecimiento global. Desde Washington y Nueva York, todos esperamos que en los próximos 90 días se produzca algún tipo de acuerdo para reducir el déficit.

—¿Cree que persisten los riesgos de volatilidad en las bolsas mundiales? 

—Posiblemente veamos más volatilidad en los mercados a medida que se acerque la primavera. Los inversores han estado en una montaña rusa desde que empezó la crisis. Pero curiosamente, y aunque tengamos una sensación distinta, la volatilidad del mercado de renta variable está cercana a sus patrones históricos. Los datos sugieren que el período de baja volatilidad al que nos habíamos acostumbrado, o la «Gran Moderación», podría ser lo anormal, y la volatilidad acusada, la norma. 

–¿Cree que la desaceleración en los países emergentes será más grave de lo estimado? 

–Las economías emergentes están en mucha mejor forma (especialmente en términos de deuda) que los países desarrollados, y esto es una buena señal para el crecimiento económico global y los precios de los activos. La renta variable emergente ha registrado peores resultados que la estadounidense y la europea desde que tocara fondo a principios de 2009. Es probable que esto cambie. Tomemos el ejemplo de China en particular. Yo diría que la economía china continuará volando, aunque a una altitud más baja que hasta ahora. La ralentización de la economía china parece haber alcanzado un punto de inflexión. 

– En 2012 Apple sobrepasó a Exxon como la mayor compañía bursátil. ¿Cree que es un símbolo del buen momento de las tecnológicas? 

– Nos gusta el sector tecnológico desde un punto de vista global. Durante la crisis, las compañías han podido mostrarse más reticentes a la hora de invertir en recursos. Pero las empresas estadounidenses, por ejemplo, disponen ahora de una gran cantidad de efectivo, y la tecnología es uno de los recursos en los que es más probable que empiecen a invertir de nuevo, lo que debería beneficiar a la industria. 

—¿Han funcionado los estímulos de la Reserva Federal? 

—Sin duda, están funcionando, pero requieren mucho tiempo. Hemos tenido tipos bajos desde 2008, lo que ha permitido que las entidades se recapitalicen y revaloricen el precio de sus pasivos. Ahora, con el tiempo y los estímulos de la Fed, los bancos están más dispuestos a conceder créditos porque necesitan prestar dinero. 

—¿Pero no cree que la Fed está provocando una guerra de divisas? 

—EE.UU. se está beneficiando de tener un dólar barato a la hora de exportar. Pero tengo dudas de que esto signifique que estemos en una guerra de divisas porque no es que el dólar y el yen sean baratos, es que el euro es demasiado caro. Que un euro valga 1,35 dólares no es competitivo para la eurozona. ¿Esto es problema de la Fed o del BCE? Dejo que usted decida.

«No es necesario el rescate, el país va en la buena dirección» 

—Tres o cuatro años de «trabajo duro» para España es mucho tiempo. En este escenario, ¿cree que pedirá el rescate? 

—Ahora mismo no creo que España necesite pedir el rescate ya que tampoco va a incrementar mucho sus emisiones de deuda en 2013 y, si continúan las reformas, los mercados seguirán comprando deuda soberana. Sin embargo, si falta voluntad política para tomar decisiones, los diferenciales de la deuda española volverán a dispararse y, quizás, se pediría el rescate, lo que sería un error. El país debe continuar mejorando su competitividad y atraer inversión extranjera ya que sigue siendo más difícil abrir una empresa en España que en Alemania. 

—Con este optimismo, ¿ha aumentado BlackRock su exposición a deuda española en los últimos meses? 

—Sí, somos un comprador muy activo de bonos soberanos españoles. 

—¿Hay oportunidades interesantes para el inversor entre la renta variable de nuestro país? 

—Las hay. Las grandes firmas españolas lo están haciendo bien. Entre ellos, los bancos, que están devolviendo los préstamos del BCE y a los que vuelven los depósitos tras la fuga de capitales que se produjo en 2012.

Fuente: ABC (11/02/2013)