Entrevista al autor de «Ha llegado la hora de montar tu empresa», libro repleto de consejos para los emprendedores.

Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña (Madrid, 1973) creó su primera empresa con veinte años. Desde entonces, ha participado en numerosos proyectos en sectores como hostelería y biotecnología, siempre con internet como referencia. Es inversor privado -en términos anglosajones, Business Angels-, posición desde la que ha impulsado la participación de fondos de capital riesgo en proyectos empresariales. Y acaba de publicar «Ha llegado la hora de montar tu empresa» (Deusto), libro en el que vuelca sus vivencias como emprendedor.

-Desde las administraciones no se deja de fomentar el autoempleo, ante las dificultades del mercado laboral. ¿Qué ofrece de nuevo su libro?

-Una visión alejada del mundo institucional. En esto del emprendimiento hay mucha gente preparada y otra que no lo está, y a estos, a los que se les pinta todo muy bonito, se les está empujando al fracaso. Montar una empresa exige sacrificio y flexibilidad de horarios. Es más difícil para un hombre con 40 años, tres hijos y con una hipoteca que pagar.

-Muchos se están lanzando a la aventura por necesidad.

-Estas personas han aumentado de forma alarmante. Hasta hace tres años, el 100% era vocacional. Lo primero que deben plantearse es si tienen espíritu emprendedor.

-¿Y después qué?

-Formar un equipo. Es muy importante rodearse de talentos y de contactos. Y ser conscientes de que lo importante no es la idea, sino la ejecución. El iPhone no es original de Apple, su mérito es que ha sabido rentabilizado.

-¿Y la financiación?

-Es lo más crítico, y lo más urgente de resolver. Por eso han cerrado en España durante la crisis 350.000 empresas. Para iniciar un proyecto, es más fácil hacerlo con fondos que con bancos, porque éstos van a exigir que avales con tu patrimonio. Aunque no todos los tipos de proyecto van a estar respaldados por un fondo, sólo que ellos vean que tienen capacidad de crecer, aquellos que en sus planes tengan objetivos de crecimiento muy agresivos.

-¿Pero de verdad hay inversores a los que recurrir y que estén dispuestos a apostar?

-Durante mucho tiempo han estado desaparecidos. Se han dedicado a guardar sus fondos para reinvertir en compañías en las que ya habían participado. Hace seis meses han vuelto a resurgir, y ahora resulta que lo que no hay son buenos proyectos. Es algo cíclico. Los emprendedores se cansaron de buscar financiación y lo dejaron. Y ahora necesitan tiempo para formar equipo, elaborar el plan de empresa, hacer contactos comerciales, etc.

-Usted afirma que en España la media de edad de inicio en el emprendimiento es de 44 años, muy lejos de Europa, donde son 35. ¿Por qué es así?

-La clave está en la universidad. El alumno está cinco años recibiendo teoría, uno o dos de becario y después le dicen que busque un empleo. Se le da la espalda a la empresa, porque nadie le dice que puede tener un autoempleo. En Estados Unidos, Google nació en la Universidad de Standford y se calcula que esta institución ha generado hasta 10.000 emprendedores, que se han mirado en el espejo de Google. En España ninguna empresa de éxito mediano ha salido de la universidad. Hasta hace nada hasta estaba mal visto comercializar los resultados de las investigaciones. Rebajaba nota al proyecto. Ahora están cambiado por el Plan Bolonia y por la asfixia financiera.

-Otro de los problemas que observa es el miedo al fracaso.

-Eso es algo muy mediterráneo. La persona que fracasa en su empresa está marcada, estigmatizada. Pocos se plantean volver. En otros países se considera que gana experiencia. Es algo que se valora. En España no vuelve a recibir un préstamo de un banco nunca.

-Más problemas: aquí es más complicado montar una empresa que en otros países.

-Estamos a la cola de la OCDE. En el mundo desarrollado sólo hacen falta tres trámites y 10 días laborables. Aquí son 16 y 46 días. Las ayudas son para crear una empresa, pero el 90% fracasa antes de tres años, y nadie plantea incentivos para llegar a la línea de meta. Y hay sobrerregulación. Dicen que los diputados trabajan poco pero yo creo que lo hacen demasiado. Legislan para todo y cambian las normas constantemente.

-Un informe del Banco de España afirma que las pymes lo están pasando mucho peor que las grandes empresas. ¿Por qué?

-Las grandes plantean ERE para mantener el beneficio. Las pequeñas no pueden hacerlo, porque si echan a dos empleados cierran. La mayor parte del pastel del ICO se lo han llevado empresas que no lo necesitan. Los grandes ausentes de la reunión con Zapatero fueron los emprendedores. La recuperación no vendrá de las grandes firmas, que en crisis expanden sus negocios en el exterior y se contraen aquí.

-¿Qué nos queda para el optimismo?

-Tenemos la generación de jóvenes con más talento de la historia. Con más dificultades, las anteriores generaciones salieron adelante y lograron colocar a España entre las nueve primeras economías del mundo. Estamos en un momento social en el que la gente empieza a ser consciente de que de esto sale la sociedad. No nos sacan los políticos ni las grandes compañías.

Fuente: Granada Hoy (07/02/2011)