El esparto no pasa de moda en Granada

La espartería San José lleva más de cien años de tradición espartera a sus espaldas.

La espartería San José ha pasado de generación en generación desde 1907, ciento doce años de historia que han dado para mucho.  Los inicios de este negocio, como el de casi todos, no resalta por la abundancia, más bien por un origen humilde.

El bisabuelo de Jesús Molina, Antonio Rosales, creció huérfano y para poder conseguir dinero para sobrevivir se dedicaba a fabricar canastos de esparto y puertas. Este artesano, recorría los municipios de la provincia caminando con sus puertas y canastos de esparto a cuestas para venderlos.

En algunas ocasiones, por ejemplo, iba hasta el pueblo de Alfacar para allí vender a los panaderos de la zona sus canastos.

A su regreso a la ciudad este tenaz emprendedor no regresaba a casa, pasaba a comprar nuevas fibras de esparto o madera para, de regreso a su taller ponerse de nuevo a trabajar en los nuevos canastos y puertas para el día siguiente.

La tienda que ahora luce en el centro de Granada, no siempre se ha mostrado como actualmente. El local sobre el que se encuentra el comercio tenía antes tres puertas. Con los ahorros que Antonio Rosales tenía compró la primera puerta del local y allí estableció su taller.

Poco a poco el negocio fue creciendo y Antonio Rosales consiguió hacerse con las otras puertas y con una nave en Gran Capitán donde pudo contratar a algunos artesanos que le ayudaran en su negocio.

Con la llegada de la Guerra Civil de España, el fundador de la empresa junto con sus empleados “construyeron una casa en la nave para allí poder resguardarse de las bombas” explica su nieto Manuel Molina que añade “mi abuelo era muy trabajador y le gustaba mucho ahorrar”

Manuel Molina salió del colegio Maristas con quince años y aprendió de su abuelo no solo la profesión, también miles de historias que permiten hoy saber más sobre el y su legado “vivía con mi abuelo y me gustaba ir con el y que me enseñara cosas y me contara sobre su vida” señala orgulloso Manuel Molina.

El nieto de Antonio Rosales ahora está jubilado, pero no puede despegarse del negocio de su abuelo y se dedica a buscar a nuevos artesanos ya que según explica, “cada vez hay menos artesanos del esparto y los que hay son muy mayores”

En estos momentos, la espartería San José, es la única tienda de Granada dedicada al esparto y se encuentra en manos Jesús Molina, hijo de Manuel Molina. Todos sus productos son artesanos y están hechos a mano.

El esparto no ha pasado de moda y se sigue vendiendo, “el negocio va bien, la gente sigue comprando” explica Jesús Molina, “tenemos clientes desde hace muchos años y muchos otros nuevos”

Fuente: Granada Digital