Diez habilidades necesarias para conseguir empleo en una start-up

Una de las nuevas opciones para encontrar empleo son las múltiples start-ups que nacen cada día. Sin embargo, conseguir trabajo en este tipo de empresas es complicado, porque requieren unas habilidades y aptitudes distintas al resto de compañías.

«Para enamorar a sus clientes, usuarios e inversores lo importante es la actitud y el talento», explica Marta Díaz Barrera, fundadora de Talentoscopio. De hecho, la experta ha creado un manual de diez puntos en el que explica cuales son los valores profesionales y humanos que las start-ups deberían buscar para que el proyecto crezca.

1. Empatía

En un campo tan competitivo, es indispensable que un trabajador sepa definir un arquetipo de cliente. Hay que tener claro sus principales preocupaciones, saber qué escucha, quiénes son sus personas influyentes, su entorno, etc. En definitiva, conocer la máximo posible sobre los clientes para crear propuestas que realmente les aporten valor.

2. Inteligencia cultural

La inteligencia emocional ya no es suficiente, hay que añadir otra más centrada en el negocio: la inteligencia cultural. Se puede definir como la habilidad para reconocer, leer y adaptarse a otras culturas, detalles y gestos a veces imperceptibles, para ser más efectivos a la hora de trabajar y negociar con personas de otros países.

3. Crear comunidades

Los proyectos que más rápido crecen son las que han logrado crear una comunidad. Tiene una doble interpretación: es importante crear comunidades entre los miembros que trabajan en un proyecto, y es necesario crearlas para conocer mejor al cliente, para establecer un canal directo de comunicación con ellos, establecer patrones de conducta, etc.

4. Consumo colaborativo

El consumo colaborativo es otra de las actitudes valoradas por las start-ups. Por un lado, hay una ruptura con el individualismo de consumo, y por otro una apuesta por compartir e intercambiar estableciendo redes de colaboración. Lo principal es la evolución que se está produciendo en el concepto tradicional de compartir, intercambiar y alquilar para introducir un componente clave, como lo es el de la tecnología y la comunicación a través de diversos canales.

5. Innovación

La capacidad para innovar en la búsqueda de soluciones está en el corazón de las start-ups. Resulta muy útil centrarse en la observación para aportar valor a algo que ya existe.

6. Métricas y resultados

La orientación a resultados es fundamental para que cualquier proyecto sobreviva, pero cobra especial importancia en el ámbito de las start-ups. Los inversores prestan mucha atención a los análisis financieros antes de decidirse a invertir, pero otra de las claves es centrarse en el equipo que va a llevarlo a cabo. Sin talento no hay métricas.

7. Compromiso

El 56% de los inversores echan en falta más compromiso por parte de los CEO y los cofundadores de las start-ups, según el primer estudio sobre el talento en start-ups, llevado a cabo en 2014 por Talentoscopio.

8. Flexibilidad

El tiempo de la rigidez en el mundo del trabajo y de la empresa ha pasado. Ahora vivimos en «un mundo líquido», como recuerda el sociólogo Zugmunt Bauman, en el que la capacidad para adaptarnos a los cambios y para ser flexibles para afrontar las diferentes coyunturas es un valor fundamental.

9. Capacidad de gestión

Las start-ups están vinculadas intrínsecamente a la agilidad. Sin embargo, cuando los equipos empiezan a crecer hay muchas carencias desde el punto de vista de la gestión. No hay que descuidar la gestión del talento, de los recursos financieros, de la organización del día a día…

10. Solidaridad

La solidaridad es un gran activo en el siglo XXI. Ser capaces de entender las necesidades de los demás, aportar soluciones, dar valor y hacerlo con pasión permitirá generar un bienestar que afecte positivamente la vida de miles de personas.

Fuente: elEconomista.es (15/02/2015)