Descubre las vías para financiar tu aventura internacional

Subvenciones, ayudas a fondo perdido, capital riesgo o plataformas de ‘crowdfunding’. Hay distintas formas de lograr los fondos necesarios para afrontar la salida al exterior de tu empresa. Francisco Casáus, director general de Globalíder, conoce muy bien lo que cuesta abrir nuevos mercados. Esta promotora de negocios internacionales nació en 2009 para desarrollar proyectos empresariales en West África.

No sólo asesora, consolida y diagnostica la actividad estratégica de las firmas que acuden a ella para recibir apoyo en su proceso de internacionalización, también ha sabido expandirse en mercados críticos para su negocio. En 2012 abrieron delegaciones en 18 países, entre los que destacan China, Bangladesh, Chile, Perú, México y Colombia, y volvió a España con un proyecto empresarial propio.

Salir al exterior debe plantearse como una opción real para la mayoría de empresas. Globalíder se presenta como una ayuda que pueden elegir las organizaciones que estén tanteando esta alternativa. «Nuestro servicio arranca con un primer análisis de la firma en el que estudiamos hacia dónde va la empresa, cómo se hará y por qué. Una vez cumplido este trámite, iniciamos un proceso en el que se valoran aspectos comerciales, de márketing, captación de clientes potenciales, materializamos una primera venta y la implantamos en el extranjero». El servicio completo, con la firma ya funcionando en el país, asciende a unos 5.000 euros. Cauces Internacionalizar no significa limitarse a exportar.

Casáus lo subraya porque sabe que no son pocas las empresas que confunden estos dos términos. «Tenemos que asimilar que trabajar en el extranjero tiene que ser como hacerlo en tu país de origen. Hay que influir en el mercado de destino». El capital riesgo financia a compañías que facturen entre 25.000 y 50.000 euros al año Además de empresas como Globalíder, los emprendedores que planean internacionalizar su start up disponen de tres canales fundamentales: financiación propia, inversores privados y ayudas públicas.

Miguel Arias, fundador de Imaste, asegura que en su caso pudieron salir al exterior porque su proyecto generaba suficientes flujos de caja en el mercado nacional para financiar la aventura exterior. Si tu organización no cuenta con ese capital es necesario acercarse a las ayudas públicas o privadas. Entre las primeras destacan las líneas ICO de internacionalización y los paquetes que lanza el ICEX.

Arias recuerda, sin embargo, que «estas ayudas suelen ser subvenciones para financiar la actividad comercial y de prospección en el exterior como viajes, asesoría, folletos, la adaptación del sitio web, etcétera». Por desgracia, señala el fundador de Imaste, «la cuantía de estas ayudas ha bajado mucho por la crisis». Para conquistar a un inversor, presenta un plan de negocio y demuestra que tu empresa funciona Entre las privadas, los más socorridos son los fondos de capital riesgo, aunque Rodolfo Carpintier, fundador de DAD y experto en Internet y en creación de empresas, advierte que éstos no financian a ninguna compañía que no facture entre 25.000 y 50.000 euros al año, como mínimo.

Miguel Ángel Trujillo, socio director de BA International Partners, también contempla la opción de los socios en el país de destino, ciertos business angels que pueden hacer de puente entre el mercado local y aquel en el que aspiras implantarte, y algunas plataformas de crowdfunding.

Condiciones Una vez identificados los canales de financiación a los que tu empresa puede acudir, es necesario analizar si se cumple con los requisitos que te van a exigir. Aunque cada sector y tipo de compañía precisa unas condiciones, Trujillo los resume en tres: «Que tenga un buen plan de negocio, que sea escalable y capaz de generar un retorno de la inversión». Hay que tener muy consolidados la logística, los procesos y la tecnología para asumir con garantías la complejidad de los mercados exteriores. Probar la viabilidad de la empresa en casa siempre es una garantía: «Esto no quiere decir que la mentalidad global no deba formar parte del ADN de la empresa desde su creación.

Por eso, hay que ir preparando la tecnología, los procesos y el equipo para ser internacionales desde el minuto uno, y crear redes de conexiones en los mercados objetivos», señala el fundador de Imaste. Trujillo es de la misma opinión. Cree que hay que conquistar el mundo con tu empresa porque el mercado español, de momento, está deprimido.

Fuente: Expansión (05/07/2013)