Decálogo del buen importador: ¿Cómo evitar que te den gato por liebre?

Cada vez más empresas, no sólo las grandes sino también los pequeños negocios, miran los productos procedentes de Asia como la mejor forma de obtener mayores márgenes.

La gran diferencia de costes de fabricación y una mano de obra exageradamente barata hace que los comerciantes acudan a las fábricas de India, China o Tailandia para encargar las mercancías que van a vender luego en occidente.

Sin embargo, estos mercados no son la panacea si se desconoce el terreno que se pisa, algo común en muchos casos. Por ello, la firma de auditoría AsiaInspection ha elaborado un decálogo imprescindible para todo aquel que quiera importar sus productos desde Asia.

Y es que para la compañía la prudencia puede resultar insuficiente cuando se trata de determinados países. “Sea cual sea el tipo de producto que se vaya a encargar hay una serie de pasos que el importador debe tener en cuenta”, asegura Alex Makow, director general de AsiaInspection. Por eso, proponen diez puntos básicos que hay que seguir a rajatabla:

1. Lo primero es localizar potenciales proveedores bien por internet o bien a través de ferias en las que haya expositores asiáticos.

2. Sobre la diferentes alternativas hay que realizar un estudio que sirva para validar las capacidades de fabricación.

3. Una vez seleccionado el socio asiático, desde la firma recomiendan pedir una muestra de la que sería conveniente hacer un test de laboratorio.

4. Otro de los aspectos en los que AsiaInspection hace hincapié es en poner todas las herramientas al alcance parta que el fabricante comprenda perfectamente las necesidades y especificaciones. Comentarios, fotos, descripciones detalladas, dibujos, etc., son imprescindibles.

5. Comunicar el nivel de calidad que se busca y hasta dónde estaría dispuesto a aceptar defectos.

6. Además recomiendan que, pese a lo anterior, se realice una inspección de calidad en la fábrica y otra antes de que la mercancía entre en los conteiner en los que llegará al destino.

7. Así mismo, es misión del importador asegurarse de que se cumplen todas las normas y directivas aplicables al producto.

8. Una clave para que todo el proceso salga bien es la planificación con mucho tiempo de antelación.

9. Es recomendable conocer físicamente al proveedor, ya que en la cultura asiática es muy importante tratar con la persona con la que se van a hacer negocios.

10. Y, finalmente, nunca se puede aceptar un no por respuesta. El caso es que la picaresca en estos países es mucha no son pocas las ocasiones en las que el proveedor rechaza una propuesta por ‘imposible’ cuando en realidad lo que ocurre es que no la quiere hacer porque le aumenta el trabajo y los costes.

Si se siguen estos pasos a rajatabla es bastante difícil que al importador le den gato por liebre. En este sentido, Makow defiende que de no ser así, “podemos asegurar que en un 99% el negocio les acabará saliendo caro porque los proveedores les mandarán algo que no tiene nada que ver con su encargo”.

Fuente: Cotizalia (22/03/2011)