¿Cuándo es el mejor momento para una ampliación de capital?

Una buena idea de negocio está destinada a crecer. Esa evolución requerirá una o varias rondas de financiación, según sus necesidades. Saber cuándo y por qué acometerlas es esencial para mantenerse.

8fit no lleva ni dos meses en el mercado y ya ha cerrado, junto a VitaminaK, una ronda de financiación de 200.000 dólares. Su ejemplo parece precipitado cuando, en realidad, ha seguido los pasos básicos que una start up tiene que dar para acometer la primera ampliación de capital: probar el mercado, encontrar los primeros clientes y haber logrado sus primeros resultados.

Por tanto, nadie sabe con precisión cuándo es el momento para una primera ronda de financiación. Javier Capapé, mánager en Esade Start Up Spain, apunta a que esta inyección «es recomendable cuando se produce un incremento de la actividad tal que exige una aportación adicional de recursos, por ejemplo cuando hay que realizar campañas de márketing porque se estima un crecimiento en el volumen de las ventas a corto plazo, cuando pretendes salir a nuevos mercados o países, cuando se produce un aumento en la producción, etcétera».

Rodolfo Carpintier, presidente de la incubadora de negocios DaD, aconseja, sin embargo, «preparar la ampliación tres meses antes de necesitarla, esto es a siete u ocho meses vista de saber que te vas a quedar sin dinero en caja. Esta previsión se realiza observando el burn rate (nivel de quemado mensual de caja) para calcular si perderás liquidez en ese periodo de tiempo. El porqué es sencillo: si te quedas sin flujo de caja puedes quebrar aunque la empresa tenga buenas perspectivas».

Cuánto vale tu empresa

Si ya tienes decidido acometer una ampliación de capital deberás saber cuánto vale tu empresa. Para las start up recién nacidas, este cálculo puede resultar confuso, sobre todo si sólo son los fundadores los que han confiado financieramente en el proyecto. En cualquier caso, «es una cuestión de oferta y demanda», resume François Derbaix, business angel y fundador de Bewa7er: «Lo suyo es tantear a algunos inversores para comprobar en qué rango de valoración te puedes mover. El valor dependerá, principalmente, del perfil del equipo gestor, de las primeras métricas y del mercado potencial».

Miguel Arias, fundador de Imaste, traza en su blog personal Emprender a golpes, un sencillo esquema en el que encaja el estado del proyecto de negocio con su posible valoración pre-money (evaluación del emprendimiento previo a la entrada de capital) y concluye que «si eres un buen programador y tienes una gran idea en el área digital, tu empresa podría valer 10.000 euros, una cifra que se puede conseguir a través de los friends,family& fools; si ya cuentas con un prototipo de lo que será tu compañía podrías valorar tu start up entre 200.000 y 300.000 euros, para lo que necesitarás recurrir a business angels o plataformas como Seedrocket o Wayra; y si cuentas con los primeros clientes y empleados podrías valorar la firma entre 300.000 euros y un millón».

Capapé advierte que las valoraciones hechas por inversores estadounidenses (Silicon Valley, Boston, Nueva York) «suelen ser más altas que las que se realizan en Europa. Aquí, muchas veces, junto a las métricas sobre la evolución incipiente de la compañía, la confianza en el equipo fundador es esencial para los inversores».

En cualquier caso, Derbaix aconseja no realizar una ronda con una dilución de más de un 25%, es decir, que la inversión no sea superior a una tercera parte de la valoración pre-money y tampoco supere una cuarta parte de la post-money (evaluación después de la inyección de capital).

El mánager en Esade Start Up Spain sabe que encontrar inversores especializados que apuesten por tustart up no es tarea fácil, pero también apunta que «en España hay cada vez más redes de business angels y plataformas para conectar financiación con proyectos». Carpintier recomienda «analizar a todos los posibles financiadores, hablar con los consejeros delegados de las empresas en las que han invertido, conocer qué buscan y hacer una pequeña lista de aquellos a los que crees que puedes ofrecer algo especial».

Derbaix cree que la mejor herramienta para tal fin es Startupxplore, una comunidad online creada para promover el ecosistema emprendedor que funciona como punto de encuentro entre inversores y emprendedores.

Tener a un business angel que confíe en tu idea de negocio no sólo confiere seguridad en el proyecto, también un buen respaldo financiero.

Qué busca un financiador

«En general, el inversor busca una empresa en la que vea que hay buenos gestores, que están muy implicados y en un entorno de alto crecimiento con visión global. Tiene que ver que los fundadores de esa pequeña firma tienen ganas de crear una gran empresa», confiesa Rodolfo Carpintier, presidente de la incubadora de negocios DaD.

Javier Capapé, ‘manager’ en Esade Start Up Spain, afirma que «existen criterios globales –modelo de negocio, producto, equipo fundador y ejecución– y que cada inversor se fija más en unos u otros». También indica que, aunque la mayoría de los financiadores invierten pensando en el ‘exit’ (salida a bolsa y/o adquisición por una compañía del sector), «si se trata de un ‘business angel’, las condiciones pueden ser de tipo consultivo, es decir, ofrecerle la oportunidad de ayudar a los emprendedores con su experiencia.

François Derbaix, ‘business angel’ y fundador de Bewa7er, asegura que los financiadores «deben creerse que la ‘start up’ en la que han puesto sus ojos pueda multiplicar por 10 su valoración en los próximos cuatro o cinco años. Aunque no haya obligación de hacer un ‘exit’ o una venta en un plazo tan corto es importante para cubrir el alto riesgo de la inversión. Por debajo de ese límite un proyecto puede ser una buena inversión para los fundadores o para sus amigos y familiares, pero es poco probable que se convierta en una inversión atractiva para financiadores profesionales».

En el fondo, cualquier inversor siempre busca un retorno, aunque sabe que en las ‘start up’ se juegan mucho. Por eso, en muchos casos necesitan unas ciertas garantías.

Fuente: Expansión (06/07/2014)