Consumo colaborativo en época de vacas flacas

En tiempos de crisis la imaginación de los ciudadanos se dispara. Buena prueba de ello es el consumo colaborativo. “Un concepto paraguas que engloba iniciativas donde la gente comparte poniéndose en contacto mediante plataformas online”, lo define Albert Cañigueral, fundador de Consumocolaborativo. Esta web surgió hace ya casi dos años, cuando en España este tipo de iniciativas aún eran prácticamente desconocidas. Ahora, sin embargo, están un poco más extendidas. 

Lo más demandado por los usuarios, según Cañigueral, es el «car pooling» o movilidad compartida. Ciudadanos que comparten vehículos para realizar largos recorridos (Blablacar), que alquilan el coche aparcado de sus vecinos (Socialcar) o que pagan una cuota anual por moverse en bicicleta (Bicing). A esta opción le sigue en uso el “turismo colaborativo”, una alternativa para aquellos que deseen viajar al menor precio posible. El alojamiento se hace en viviendas familiares a cambio de la realización de tareas domésticas (Helpx) o la cesión de su casa como residencia posteriormente (Airbnb). 

Otras de las iniciativas llamativas dentro del consumo colaborativo son el intercambio o alquiler de juguetes y ropa de los más pequeños (Segundamanita o Creciclando) o la realización de pequeños préstamos por particulares en un momento en el que los créditos bancarios son inaccesibles (Comunitae). 

Sin embargo, el consumo colaborativo llega más allá. Cada vez son más los freelance o emprendedores que deciden recurrir a los “espacios coworking”, lugares en los que un grupo de personas se reúne para realizar su trabajo diario. Pero más allá del alquiler de un espacio para huir de las distracciones del hogar, el coworking sirve para aumentar tu red profesional”, afirma Manuel Zea, fundador de Coworking Spain. De hecho, “en Estados Unidos a estos espacios se les denomina «Serendipity spaces» (lugares de posibilidades de negocio inesperadas)”, continúa Zea. 

El 58% de los coworkers trabajaba antes en casa, según la II Encuesta Anual Mundial sobre Coworking, realizada a principios de 2012 por Deskmag. Este estudio ha mostrado que el coworker medio es un hombre de 34 años, con estudios universitarios e ingresos superiores a la media. Además, según la Radiografía del coworker tipo español, realizada en febrero de 2013 por Coworking Spain, un 85% de los que se han decantado por estos espacios compartidos son autónomos o micropymes, por lo que aún queda pendiente que sean “las propias empresas externas las que vengan al coworking a buscar talentos o inversores”, declara Lucía Enríquez Bos, gestora y usuaria de La Guarida Creativa, el primer coworking space de la zona sur de Madrid. 

El working space de Alcobendas es otro de los 150 lugares creados para este fin en España, una cifra que lo sitúa como país con mayor número de estos espacios per cápita, según el estudio realizado por Deskmag en octubre de 2012. Esta oficina compartida fue una de las primeras en surgir en España y actualmente trabajan en ella arquitectos, interioristas o profesionales del desarrollo y el diseño de web. 

Estos espacios pueden ser alquilados de manera mensual o incluso por días u horas. En nuestro país suelen tener una media de entre 100 y 200 metros cuadrados, lo que supone aproximadamente 10 metros cuadrados por trabajador, según el estudio ¿Cómo son los centros de coworking en España?, publicado en febrero de 2013 por Coworking Spain. 

La mayor parte de estas particulares oficinas se concentra en Madrid y Barcelona (40% del total); en las zonas rurales apenas se han implantado, aunque, según la encuesta de Deskmag, las localizaciones de menos de 50.000 habitantes son el segundo lugar donde más ha crecido el coworking. 

La asignatura pendiente del consumo colaborativo en general es la elaboración de un marco legal y fiscal que englobe estas iniciativas de forma que los usuarios participen con una mayor confianza, afirma Cañigueral. En cualquier caso, asegura que “una vez lo usas, empiezas a ver nuevas oportunidades” y, a pesar de que no es aún “una opción mayoritaria para la mayoría de la gente, se ha visto que el hiperconsumo no es sostenible y la economía colaborativa es más responsable”. 

Plataformas europeas para compartir 

M. Matos 

Consumocolaborativo es el portal de referencia de noticias para este tipo de iniciativas en España. Fue fundado en 2011 por Albert Cañigueral, también conector de Ouishare en Barcelona. 

Ouishare comenzó como un grupo de Facebook creado en 2011 por el francés Antonin Leonard para contactar con personas interesadas en el consumo colaborativo. En España, Italia y Alemania estaban creciendo iniciativas similares, que finalmente decidieron unirse en mayo de 2012 para fundar un proyecto que permitiera aunar todas estas actividades que se realizaban en Europa. Actualmente es la plataforma de referencia sobre noticias en torno al consumo colaborativo en el conjunto de Europa.

Fuente: Cinco Días (11/04/2013)