Con la mirada en el comercio electrónico

Más de 14.000 millones de euros en volumen de negocio. Prácticamente 12 millones de usuarios sólo en España y un gasto medio de 300 euros. Con estas cifras no es de extrañar que el comercio electrónico no sólo se haya revalorizado durante 2014 en nuestro país, sino que se ha convertido en un sector clave en el que se fijan todas las miradas y que puede producir en los próximos años un cambio en la formas de comprar, pero también en las formas de vender y de gestionar los negocios.

A nadie se le escapa ya que las nuevas tecnologías han dado lugar al desarrollo de un nuevo comercio en el que, frente a las tiendas tradicionales, se han roto las barreras geográficas y temporales. Desde los años noventa, pero muy especialmente durante los primeros años de este siglo, el comercio electrónico o e-commerce ha modificado los modelos de negocios y ha creado nuevos clientes, nuevas necesidades y nuevos requisitos legales en paralelo a la evolución de la sociedad hacia el mundo digital.

No obstante, no ha sido una evolución homogénea, pero sí bastante constante. Si bien el modelo ha sido más fructífero en Estados Unidos que en Europa, en donde se exportó más tardíamente, lo cierto es que en los últimos años los ritmos de crecimiento se han asimilado y lo que antes era una ficción se ha convertido en un próspero modelo de negocio al que cada vez se suman más pymes y clientes. De hecho, esta nueva forma de comercio presenta cifras espectaculares cada año: se prevé un aumento de las ventas por este canal superior al 10% en 2015, mientras que los consumidores mantendrán el importe medio de sus compras – es decir, 300 euros , según el informe Evolución y perspectivas eCommerce 2015, realizado por EY y el Observatorio eCommerce (Foro de Economía Digital).

Ventajas e inconvenientes

Sin embargo, y aun cuando el e-commerce es una realidad de la que los negocios no pueden vivir ajenos, sí conviene analizar cuáles son sus principales ventajas, pero también sus posibles problemas. Entre las ventajas que ofrece está la de ser un nuevo canal de comunicación que abre múltiples oportunidades: desde nuevos clientes potenciales a nuevas alianzas y colaboradores, fuera incluso de las fronteras nacionales. Además, el comercio electrónico permite la creación de compañías digitales e incluso, una mayor tecnificación de las pymes, por no hablar de que los costes de implantación de un comercio electrónico son más bajos que los de un comercio tradicional. Pero desde luego, la ventaja más obvia es también la que justifica este tipo de comercio: te permite tener abierto el negocio 24 horas, siete días a la semana y para clientes que se encuentran en todo el mundo.

No obstante, y a pesar de sus buenas cifras y oportunidades, hay que sopesar una serie de inconvenientes asociados a esta práctica, entre otros, el necesario cambio de gestión y de cultura de la organización que permita adaptar el negocio tradicional al negocio online, pues de otra forma los rendimientos no se producirían. Este cambio de gestión debe ir además acompañado de una fuerte inversión en marketing y en una mejora en la gestión de las redes sociales, puesto que en el comercio electrónico, los clientes potenciales se multiplican, pero también la competitividad entre las empresas.

Desconfianza vs. derechos

Pero si hay un requisito imprescindible para el buen funcionamiento del comercio electrónico es la necesidad de salvaguardar la inseguridad y desconfianza que aún esté presente en muchos usuarios y consumidores. Y ello pese a que en los últimos años se han dictado leyes y una extensa regulación que pretende anclar los derechos de los consumidores también en el ámbito online.

Es el caso de la Ley 34/2002 de servicios de la sociedad de la información y del comercio electrónico, que es la principal norma reguladora en España para el e-commerce, junto con otras normas anexas, como la Ley del comercio minorista o la propia Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. Pero también desde el ámbito europeo se ha intentado lograr una regulación armonizada, como la Directiva 200/31/CE, relativa a determinados aspectos de los servicios de la sociedad de la información, en particular, el comercio electrónico en el mercado interior que pretende potenciar este tipo de comercio en el mercado único europeo y vencer así las posibles resistencias que puedan frenar a los consumidores.

Nuevo perfil del consumidor

Pero este tipo nuevo de usuario no sólo busca proteger sus derechos, sino que también ha dado lugar a un nuevo tipo de cliente que tiene una serie de características peculiaridades, entre otras, que se trata de un cliente muy bien informado que ha cambiado su perfil de impulsivo a meticuloso puesto que mira las ofertas, compara entre las múltiples alternativas y sólo después, se decide y comparte su experiencia en foros y redes sociales.

De hecho, ese es otro aspecto a tener a cuidar por parte de las empresas: los clientes ya no buscan información de la propia empresa, sino sobre todo, a través de otros consumidores, de ahí que la inversión en marketing online sea tan importante para los negocios que quieran triunfar en este ámbito. Además, el cliente usuario del comercio electrónico busca las ofertas y las promociones, de ahí que sea también fundamental incorporarlas a la estrategia de negocio.

Por último, hay que tener en cuenta que la evolución de este tipo de consumidor ha dado lugar a que ahora el usuario no tenga ni siquiera que utilizar un ordenador con conexión a Internet, sino que baste su móvil para poder comprar. Y no es una segmente despreciable: según el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, en octubre de 2014 el número de líneas de telefonía móvil automática superó los 53,75 millones. Por ello, el llamado m-commerce es un nuevo reto que se plantea a los negocios, pero también un nuevo canal que abre nuevas posibilidades, y sobre todo, posibles beneficios prácticamente ilimitados.

Las tendencias del futuro

Pero si el uso del móvil en el comercio electrónico es una de las tendencias predominante, no es la única. El citado informe Evolución y perspectivas eCommerce 2015 identifica hasta diez nuevas tendencias de futuro que protagonizará este nuevo año y  que a las que habrá que prestar atención si queremos ser capaces de aprovechar los innumerables beneficios del comercio electrónico. Entre otras, es necesario subrayar el incremento de ventas, una mayor internacionalización, la apertura de nuevas líneas de negocio o incluso, la generación de nuevos empleos dentro del sector. También se crearán nuevas plataformas que faciliten, y den seguridad, a los métodos de pago frente a los tradicionales pagos por tarjetas o Paypal.

En definitiva, el comercio electrónico no sólo ha estado siempre en constante y positiva evolución, sino que además ya no es una tendencia de futuro, sino una realidad en la que poner los ojos para lograr beneficios en un mercado prácticamente infinito.

Fuente: Boletín Hispacolex (21/07/2016)