Cómo evitar las amenazas que llevan a la pyme a cerrar antes de un año

Juan De Blas terminó sus estudios de Administración y Dirección de Empresas, cursó un MBA y decidió que había llegado el momento de poner en práctico todo lo aprendido montando una empresa.

En junio se cumple un año de su aventura para la que tuvo que lidiar con la problemática de la búsqueda de financiación con la que poner en marcha su negocio. «Fue difícil, pero al final reuní lo que necesitaba», recuerda.

Lo que no tuvo en cuenta fue que las dificultades no se limitan a conseguir los recursos suficientes para iniciar su actividad empresarial, sino que a éstas se añaden las del primer año de vida de la empresa. «Haces un plan de negocio, consigues que un banco te preste dinero, das de alta a tres trabajadores, alquilas la oficina… Pero nadie te dice que los proveedores, cuando no has hecho ningún negocio antes con ellos, no te fían y tienes que pagarles puntualmente. O que vas a tardar seis meses en cobrar la primera factura», lamenta.

«Tampoco tuve en cuenta que las cifras del plan de negocio no son absolutas y que puedes tardar un poco más de la cuenta en aumentar la cartera de clientes, o que lo que pensabas que iba a ser un flujo de caja negativo de 10.000 euros se convierte en 15.000», explica.

Uno de cada cinco

Su caso no es aislado. Según las estadísticas del INE, uno de cada cinco negocios cierra antes de cumplir su primer año. ¿A qué se debe? ¿Existen errores tipo que se podrían solventar?. «A veces se peca de optimismo con las cifras de venta cuando se elabora un plan de negocio», explica Juan Manuel Santos-Suárez, presidente de Avalmadrid, una de las sociedades de garantía recíproca que prestan financiación a emprendedores en forma de avales.

En su opinión, «es un problema porque la gente se cree que poner en marcha una empresa es abrir la puerta el primer día, y se olvidan de que hace falta un fondo de maniobra para imprevistos que surjan, como un descenso del 20% en las cifras de ventas estimadas, o un exceso de gastos».

Formación

El diagnóstico de Santos-Suárez es claro: «Hay que ayudar a los emprendedores a que se conviertan en empresarios, porque un emprendedor tiene ideas, pero un empresario es el que tiene capacidad de anticipación sobre lo que puede pasar mañana en su negocio». En este sentido, Avalmadrid participará junto a la Fundación Rafael Del Pino en el desarrollo de un programa de formación para emprendedores enfocado en este sentido.

«Acceder a financiación para iniciar una empresa no es fácil, pero existe otro problema, y es el seguimiento de un plan de negocio», añade Vicente José Montes, director adjunto de dicha fundación. «Hay veces que cuando se concede un microcrédito se produce un fracaso porque esta ayuda necesita un acompañamiento», apunta.

Identificar problemas

En opinión de Montes, los emprendedores no deben descuidar ciertos aspectos que no siempre se incluyen en los planes de negocio. «Antes de abrir no se sabe el grado de éxito que puede tener esa idea ni lo que puedes encontrarte. Y ahí encontramos muchas debilidades a la hora de hacer análisis financieros», señala.

Al margen de los números, otro capítulo es el de los recursos humanos. «Hay emprendedores que cuentan que su fracaso vino por no haber seleccionado bien sus compañeros de viaje. Por eso no sólo es importante perfilar el plan de negocio, sino también acompañarlo», agrega Montes.

David Alva, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios también da su diagnóstico: «Las empresas no suelen dar beneficios en sus primeros ejercicios y eso hay que tenerlo en cuenta».

Fuente: El Economista (25/05/2011)