Cafés Sol y Crema, una empresa motrileña que crece

Elisa, Rosa y Ana son tres mujeres empresarias, que trabajan en el mismo negocio y, además, hermanas. En sus manos y con ayuda de la experiencia del socio fundador, Damián Carmona, está una de las empresas más emblemáticas de Motril, como es Sol y Crema, toda una institución a la hora de elegir un café en la comarca. La fama de este producto que tiene su secreto en la calidad de la materia prima y el tueste diario, se ha ido extendiendo más allá de la Costa Tropical y ahora es un alimento que se conoce también en Málaga y Almería., y que según comenta Ana, «cada vez se demanda más en otros lugares». 

Esta última ha sido el último ‘fichaje’ de un equipo formado por tres hermanas, que además se da la circunstancia de que son segunda generación de una firma fundada en 1970. Ella se encarga de nuevos proyectos, entre los que están exportación, tienda on line o la interacción con sus clientes a través de redes sociales, como facebook o tweeter. Entre las tres, han aportado «frescura», tal y como comenta Rosa, la mayor de las tres y la segunda incorporación, que se ocupa de la parte comercial de la empresa. Elisa añade el calificativo de «fuerza» para seguir adelante con los proyectos consolidados y avanzar en nuevos. 

Ésta fue la primera en formar parte de un negocio que, en un primer momento, fue ofrecido por su padre a su hermano, el único varón de los cuatro. Sin embargo, la negativa de éste hizo que se replanteara la situación. Las opciones eran o vender la empresa, para la cual tenía ofertas encima de la mesa, o quedarse con una firma que funcionaba y que le había costado mucho echar a rodar. 

Así, Elisa, Licenciada en Empresariales, recuerda que empezó «desde abajo» hace ya cinco años. Al igual que sus hermanas, poseía una experiencia profesional anterior, y en el mundo de la distribución. Entre estas circunstancias y su formación, aprendió rápido y actualmente es la responsable administrativo-financiera de Sol y Crema. 

Las tres reconocen que el hecho de ser mujer «y además, tres», añade Ana, sorprende, «sobre todo, cuando vamos a las ferias». También se han encontrado con algunas actitudes machistas, de proveedores o de clientes, dentro de un sector eminentemente masculino, como es la hostelería. Además, se da la circunstancia de que de las 16 personas que integran la empresa, tan sólo hay tres mujeres, que son precisamente ellas. 

Sin embargo, creen que una vez superado ese ‘shock’ inicial, todo está en su sitio, y las aceptan independientemente de su género. Rosa añade que «si tú vendes que eres mujer, te arriesgas a que te traten de modo machista». 

También coinciden en que la mujer empresaria tiene otra visión de negocio distinta. «Tenemos más capacidad de trabajo y somos más hormiguitas», argumentan, aunque confiesan que hoy día tienen que tirar adelante con el trabajo y, aparte, el hogar y la familia. 

El hecho de ser hermanas, lejos de ser un obstáculo, las tres coinciden en que es una ventaja. En la complicidad que se ve entre las tres, se podría inmiscuir la confianza a la hora de discutir, sin embargo, ellas ratifican que es completamente recomendable trabajar entre familia, porque se apoyan en este caso unas a otras. 

Del negocio, han ‘mamado’ el café desde pequeñas. En su despacho, situado junto al tostadero, penetra el intenso olor a este producto que para ellas tiene pocos secretos. Rosa comenta que sólo con ponerle la taza, sin ni siquiera probarlo, ya sabe si será de calidad o no. Así, se suelen fijar en si la crema está quemada o en la leche (que también puede estropear el sabor) o el continente (mejor en taza que en vaso), entre otros factores. 

De ahí que estén muy pendientes de que su producto llegue al consumidor final con la misma calidad con la que se lo han vendido. Para ello, apoyan a los hosteleros, para que «la molienda» sea la adecuada, por ejemplo, y recomiendan que sea la misma persona la que utiliza la máquina cafetera cada día, porque «la medida es muy importante». 

Merece la pena, porque, según las tres, el momento del desayuno es el mejor del día. Y añaden que aquéllo de que «hasta que no tomo un café no soy persona», es verdad, pues «activa la inteligencia y beneficia en muchos aspectos la salud, según los últimos estudios». 

No sólo han cambiado las cosas en cuanto a la fama del café, sino que también en el sector también se están poniendo de moda algunas tendencias. En la actualidad, Sol y Crema comercializa, aparte de café, infusiones, chocolate, azúcar, o galletas de canela, lo último que son las cápsulas, muy cómodas, aunque reconocen que «al cafetero de verdad, le gusta hacerlo en su cafetera italiana de toda la vida».

Fuente: Granada Hoy (26/11/2012)