Así era trabajar con Steve Jobs
Quizá se ha preguntado alguna vez cómo era trabajar con Steve Jobs. Incluso habrá sentido algo de envidia sana al pensar en aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo y de vivir de primera mano cómo fue capaz de revolucionar el mundo de los ordenadores y después el de la música y los smartphone.
«Trabajar cerca de él era duro, no siempre fácil y a veces no era saludable, pero fue una época muy excitante. Tenía liderazgo, visión, talento, imaginación… Una persona de la que aprendí mucho. Era alguien apasionante y muy divertido». Ken Segall era director creativo y trabajaba para Apple en 1997, una época en la Steve Jobs quiso revolucionar la empresa y el mercado tecnológico cuando volvió a la compañía que él mismo había fundado. «Era franco, siempre decía lo que pensaba, implacable y exigente. Todo era porque estaba obsesionado con la simplicidad», pero matiza: «No es lo mismo que ser simple. La simplicidad es más difícil que la complejidad. Es hacer las cosas con cerebro y sentido común».
¿Por qué complicar la vida de los usuarios de los móviles con teclados que cuesta manejar? o ¿por qué hacer dos modelos de teléfono cuando uno puede ser perfecto? «En Apple la simplicidad es un objetivo, un estilo de trabajo, está impregnado en el ADN de la compañía. Él se encargó de que fuera así y ahora la gente que trabaja en la compañía hace lo mismo», afirma Segall, que acaba de publicar un libro en España, Increíblemente simple, editado por Gestión 2000 del Grupo Planeta.
En él cuenta cómo tuvo que ganarse la confianza de Jobs cuando le encargaron una campaña de publicidad. «Yo pensaba que lo que le proponía era bastante bueno y ese era precisamente el problema, que eso no era suficiente. Tenía que ser lo mejor. Él no se conformaba con las cosas a medias». El problema, según Segall, es que no siempre los demás eran capaces de tomarse bien las críticas. Jobs era tan sincero que podía hacer daño, pero era esa sinceridad la que le ayudaba a sacar lo mejor de las personas que trabajaban con él. «Todo el mundo sabía lo que Jobs quería porque él se encargaba de transmitirlo y así no había ninguna duda a la hora de trabajar».
«Jobs nunca tomaba el camino complicado, siempre iba por el más sencillo». Pero si éste era el secreto del éxito de la empresa de la manzana, ¿por qué otras compañías no lo han copiado? Segall conoce bien otras empresas del sector tecnológico como IBM, Intel o Dell porque también trabajó para ellas en aquella época, por eso es capaz de establecer un diagnóstico: «No es fácil hacerlo. No se trata de empezar a hacer las cosas de una forma sencilla y ya está. Se trata de que sea una forma de vida, que te lo creas, que todo el mundo se lo crea y que haya alguien capaz de coger el palo de la simplicidad y ponerlo a funcionar. Ser simple es, en realidad, muy complicado».
Por ejemplo, según cuenta Segall en el libro, Microsoft creó, para competir con iTunes Store, un sistema que se llamaba Zune Store. El sistema era demasiado complicado. En la versión de Apple, todas las canciones tenían un precio. En el de Microsoft había un sistema de puntos y el usuario tenía que calcular la conversión en dólares. Ésta es la complejidad a la que se refería Jobs continuamente y que se empeñó en combatir desde su retorno a Apple.
Segall fue el creativo que ideó una de las campañas más famosas de Apple: Think different. Pero ¿qué significaba esta frase en el complejo mundo de la tecnología? El creativo lo resume así en el libro que ahora presenta:
– Think brutal (Pensar brutalmente): Jobs resultaba duro cuando decía las cosas, pero hacía borrón y cuenta nueva.
– Think small (pensar en pequeño): Jobs hacía pequeños grupos de empleados para aumentar su productividad. Apple anima a pensar en grande y mantener lo demás en pequeño.
– Think minimal (pensar en mínimo): Reducir las opciones al mínimo. Jobs reemplazó más de veinte modelos por una línea de cuatro.
– Think motion (pensar en movimiento): No parar nunca de crear. Si los equipos tienen claros los objetivos no hay nada que les distraiga.
– Think iconic (pensar icónicamente): Apple necesitaba una imagen simple que simbolizara el beneficio del producto. Think different y el botón del iPhone son dos ejemplos.
– Think phrasal (pensar en la importancia de las palabras): elegir el nombre del producto partiendo de la sencillez. Simplicidad es singularidad.
– Think casual (pensar informalmente): En Apple no había reuniones formales y Jobs dejaba que todos los que asistían a una participaran.
– Think human (pensar con humanidad): Apple siempre ha hecho productos que reflejan valores humanos. Apela a nuestras emociones.
– Think skeptic (pensar con escepticismo): Jobs escuchaba a los expertos, pero no les creía ciegamente.
– Think war (pensar con beligerancia): Jobs creía que era bueno tener enemigos. Sus campañas, a veces, eran un ataque al resto.
Fuente: Expansión (03/12/2012)